Presidenciables: Meade el político 'apartidista' que quitó los candados del PRI

La capacidad de salir bien parado de situaciones complejas y las relaciones que comenzaron en su juventud ayudaron a José Antonio Meade a trascender dos sexenios y enfilarse a la presidencia.
14 Septiembre, 2017 Actualizado el 16 de Diciembre, a las 09:49
Tres décadas de preparación dieron su fruto, José Antonio Meade está listo para ser el próximo presidente de México.
Tres décadas de preparación dieron su fruto, José Antonio Meade está listo para ser el próximo presidente de México.
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Tres décadas de preparación dieron su fruto, José Antonio Meade está listo para ser el próximo presidente de México.

Corría el año de 1995, una agenda legislativa totalmente atípica hacia estallar a los diputados federales en acaloradas discusiones.

Era momento de tomar decisiones cruciales: el peso se devaluó, los capitales se fugaron, había que resolver la crisis bancaria, modificar los impuestos y devolver la estabilidad a México.

El joven Meade de 26 años restaba horas a su tiempo libre para aprender cómo se reconstruía un país en pedazos.

Dionisio Alfredo Meade y García de León, su padre, quien por entonces asesoraba a una de las comisiones epicentro de la discusión, la de Hacienda y Crédito Público, llevaba a Meade y sus hermanos a la Cámara de Diputados para que contemplara la escena, era parte de su formación.

A Meade lo prepararon para ser presidente y su entrenamiento no pudo ser mejor.

Se formó en dos polos ideológicos, el ITAM y la UNAM. Su paso por cuatro secretarías de Estado le aseguró una experiencia polifacética: sobre la industria energética, la administración de Pemex, la política fiscal, la diplomacia y la política de desarrollo social. Pocos funcionarios pueden ufanarse de tal fogueo.

Su carisma adereza su trayectoria, a Meade se le reconoce por sonreír, ser amable y tener un carácter sereno.

 

 

El primer impulso de su carrera provino de su padre, luego de sus amigos Luis Videgaray y Ernesto Cordero, ambos le posicionaron en el lugar correcto para encaminarse a la presidencia.

El resto corrió por su cuenta, pues José Antonio Meade sabe enfrentar las dificultades y salir bien parado. Durante la crisis de 2009, por ejemplo, le tocó sacar adelante el presupuesto de ingresos frente a una Cámara de Diputados que no tenía una clara mayoría de algún partido como en sexenios anteriores.

 

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En 2017 libró la amenaza de las calificadoras de riesgo de bajar a México la calificación de su capacidad de pago de deuda por la la inestable situación de las finanzas públicas.

Meade no ha sido blanco de escándalos de corrupción, por lo menos hasta ahora, un punto a su favor en la carrera por la presidencia de la República.

Y un buen argumento para ser acogido como candidato por un Partido Revolucionario Institucional (PRI) urgido de renovación y credibilidad frente al avance de Andrés Manuel López Obrador, cuyas posibilidades de triunfo se nutren de los escándalos de corrupción del presidente Enrique Peña y su gabinete.

 

Datos generales

José Antonio Meade nació el 27 febrero 1969, el mismo año que se inauguró la fábrica de billetes del Banco de México y el Sistema Colectivo Metro en la capital del país.

Sus 48 años de vida los ha desarrollado en la Ciudad de México, excepto por el par de años que viajó a Connecticut, Estados Unidos, para estudiar su especialidad en Finanzas Públicas y Economía Internacional y luego su doctorado en economía en la universidad de Yale hasta 1997.

Se formó en dos instituciones estratégicas. Es economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) de corte neoliberal, un caldo de cultivo para las relaciones públicas con empresarios y funcionarios de alto nivel, quienes hacen de maestros y cazatalentos. De ahí se graduó en 1993.

Pedro Aspe y otros exsecretarios de Hacienda formaron a funcionarios como Meade y Videgaray en el ITAM.

 

Al mismo tiempo que el secretario de Hacienda (1988-1994), Pedro Aspe, le confesaba en las aulas que el mejor momento para privatizar las empresas era cuando había puentes porque la gente estaba descansando y se evitaba la presión mediática.

El joven Meade estudiaba derecho en la institución que dio vida al emblemático movimiento estudiantil de 1968, convivió hasta su graduación en 1995 con la intensa vida política e ideologías socialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, la misma donde los estudiantes corrieron al presidente Luis Echeverría en 1975.

De ahí su afición por los Pumas, el equipo de futbol oficial de la universidad.

 

Siguiendo sus pasos

 

Hace 30

Siendo veinteañero Meade comenzaba a dar sus primeros pasos en el mundo de la política, las estrategias y los acuerdos desde el ITAM.

Una tarde de 1988 un grupo de estudiantes itamitas se reunió en su casa para convencer a uno de sus compañeros de renunciar a sus aspiraciones como presidente del Consejo de Alumnos el año entrante.

El objetivo era fusionar las planillas, armar un dream team, de acuerdo con Fausto Pretelin, exinvestigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM y colaborador de la revista Eje Central.

El objetivo a convencer era Franciso González Díaz, hoy director de Bancomext. A la reunión asistieron Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, Abraham Zamora, jefe de la oficina del canciller, Jaime Valls Esponda, secretario general ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), Meade y otros. 

La amistad y el trabajo político de José Antonio Meade y Luis Videgaray comenzó en las aulas del ITAM.

 

Esos mismos acuerdos de política estudiantil llevaron Meade a afianzar su amistad con Luis Videgaray y a este último a convertirse más tarde en presidente del Consejo de Alumnos.

Meade no perdia el tiempo, antes de concluir sus dos carreras comenzó a acumular experiencia, el primer trabajo en su currículum es el de analista de planeación en Banamex en 1991, a los 26 años, justo el año en que comenzó el proceso de la privatización de la banca en México.

Luego trabajó en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas hasta 1993, su primera incursión en el gobierno federal dentro de un organismo dependiente de la Secretaría de Hacienda.

 

Hace 20 años

Hacia 1997 José Antonio Meade regresaba a un México convulso luego de concluir su doctorado en Yale, listo para comenzar su carrera de ascenso dentro de la Secretaría de Hacienda.

El país fue azotado por el huracán Paulina, en la capital Cuauhtémoc Cárdenas asumía la primer jefatura de gobierno del Distrito Federal y un grupo de paramilitares mató a 45 indígenas en la comunidad de Acteal en Chiapas.

Al mismo tiempo el doctor en economía se convirtió en director general de planeación financiera en la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) en el año que nacieron las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).

 

Hace 15 años

Durante el sexenio de Vicente Fox Meade dejó las Afores para acumular experiencia en la banca de desarrollo también dependiente de la Secretaría de Hacienda.

En 2002 se convirtió en director general del Banco Nacional de Crédito Rural que un año después cambiaría su nombre a Financiera Rural, responsable de ofrecer créditos a las cooperativas de agricultores y ganaderos.

Meade se ufana de tener experiencia en el campo por haber trabajado en Financiera Rural.

 

De ahí que Meade se precie de conocer el campo:

“Yo empecé a trabajar en el campo hace muchos años, hace justo 14 años […] Cada vez que llega un funcionario a trabajar en el sector rural que no conoce bien el campo, cómo lo criticamos, ¿qué es lo que decimos? que el único campo que conoce es el campo de golf.

[…] Cuando yo llegué al campo no lo conocía, tampoco el campo de golf, pero tuve muy buena suerte”, dijo durante la firma de un convenio para que el gobierno comprara maíz a pequeños productores en Jalisco.

 

Hace 10 años

Era el primer año del sexenio de Felipe Calderón, en 2007 iniciaba la guerra contra el narcotráfico, mientras tanto José Antonio Meade se desempeñaba como Jefe de la Oficina de Coordinación del secretario de Hacienda, Agustín Carstens.

Un año después le tocó vivir la segunda gran crisis financiera del país, esta vez en una posición muy diferente a la que ocupó en 1995 como espectador de las resoluciones en la Cámara de Diputados.

Como subsecretario de Ingresos lideró y negoció el presupuesto durante la crisis de 2009, año en que el peso se devaluó 50% frente al dólar y el crecimiento económico registró números rojos.

 

Experiencia electoral y partidista

Ninguna. Meade es un político sin partido.

Su currículum carece de experiencia con el voto popular, nunca ha sido senador, diputado federal o gobernador, tampoco ha trabajado para los grandes empresarios del país, por lo menos no formalmente.

Pero su habilidad política es evidente, es uno de los pocos secretarios que ha trascendido en cargos de primer nivel de un sexenio gobernado por el PAN a otro gobernado por el PRI.

José Antonio Meade tuvo la habilidad política y las relaciones acertadas para transitar del gobierno de Felipe Calderón al de oposición de Enrique Peña.

 

Un trabajo que “habla bien de su capacidad, de sus relaciones y de su eficacia política para colocarse en lugares clave del gobierno”, señala el economista, Samuel García.

Sin experiencia electoral y –todavía- sin partido, Meade se encamina a conseguir el cargo más ambicioso de una carrera política y para el cual se ha preparado desde su juventud, la presidencia de la República.

El proselitismo comenzó en 2015. Durante el año que asumió la Secretaría de Desarrollo Social realizó un verdadero trabajo de campo, encabezó un acto público por día hábil, un total de 246, el 60% de ellos en el interior de la República, según documento  Mathieu Tourliere, reportero de Proceso. 

 

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Fue un año muy productivo, le sirvió para tejer alianzas con gobernadores, alcaldes, banqueros, líderes de organizaciones campesinas, representantes religiosos, académicos.

También para realizar convenios con las empresas más poderosas del país como Grupo Carso de Carlos Slim, Bimbo de Daniel Servitje y Femsa que preside José Antonio Fernández Carbajal, entre otras.

Su discurso desde ese entonces es el de un candidato, utiliza por ejemplo frases del fenecido candidato del PRI Luis Donaldo Colosio, como aquella de “Nunca más la sociedad civil va a estar sola”.

Como secretario de Hacienda para la administración de Enrique Peña retomó el proselitismo en junio de 2017 a través de las redes sociales, primero con videos para presumir sus actividades cotidianas como titular de la dependencia.

Su paso por Sedesol le sirvió para comenzar a hacer proselitismo y relacionarse con grandes empresarios como Carlos Slim.

 

Y luego a través de videos publicitarios de programas que poco tienen que ver con la política fiscal y las finanzas públicas.

Por ejemplo el promocional de la puesta en marcha del Programa de Inclusión Laboral -a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social- donde se le ve recorrer una fábrica textil, firma playeras, describir las bondades del programa y donde recibe una ovación. El video se difundió el 2 de agosto a través de sus cuentas oficiales de Twitter y Facebook.

Meade ya no tiene impedimento para convertirse en candidato presidencial del PRI, en agosto pasado la dirigencia nacional canceló el requisito de tener al menos 10 años de militancia para poder convertirse en candidato a un cargo de elección popular.

 

Sus cercanos

El trato cercano con los banqueros de México es inherente a su labor como secretario de Hacienda, pero además Mede guarda vínculos que hizo en el pasado con personajes que pueden ser su puente con uno de los primeros sectores a convencer cuando se quiere ser presidente.

A su paso por la Consar en 1999 tuvo como jefe a Fernando Solís Soberón, quien ha desempeñado diversos cargos en Grupo Financiero Banorte. Como secretario adjunto de Protección al Ahorro Bancario del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) servía a José Vicente Corta Fernández, consejero independiente de Grupo Financiero HSBC.

Luis Robles Miaja, presidente de la Asociación de Bancos de México y José Antonio Meade, secretario de Hacienda.

 

En la lista se cuenta también a Francisco Gil Díaz, quien como secretario de Hacienda durante el sexenio de Vicente Fox puso a Meade a cargo de Financiera Rural. Gil fue consejero de HSBC en Gran Bretaña, así como de Banamex-Accival y Bancomer en México, entre otras empresas.

Agustín Carstens es otro personaje con quien hizo equipo durante dos sexenios.

Como subsecretaría de Hacienda y Crédito Público en la administración de Vicente Fox fue jefe directo de Meade, que entonces era un treintañero a cargo de la dirección general de Banca y Ahorro.

Cuando Carstens se convirtió en secretario de Hacienda durante la administración de Felipe Calderón mandó llamar a Meade para que se encargara de la oficina de coordinación y después asumiera la subsecretario de Ingresos.

En 2018 Carstens se convertirá en el nuevo el titular del Banco de Pagos Internacionales, así que Meade sumará un aliado de relevancia en el ámbito internacional.

 

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A su paso por el ITAM Meade sembró dos amistades cuya cosecha fue determinante para su carrera.

Primero, Ernesto Cordero, quien introdujo a Meade en el círculo cercano del presidente Felipe Calderón.

Al igual que a Luis Videgaray, a Cordero lo conoció en sus andanzas de política juvenil en el ITAM, pues fue presidente del Consejo de Estudiantes en 1990 cuando estudiaba actuaría y Meade economía.

En 2006 coincidió con Cordero en la secretaría de Hacienda, este se desempeñó como subsecretario de egresos por dos años. En diciembre de 2009 se convirtió en titular de Hacienda y en cuanto tomó posesión nombró a Meade como subsecretario de Hacienda y Crédito Público, quien dos años después lo sucedería en el encargo.

Luis Videgaray introdujo a Meade al círculo cercano del presidente Enrique Peña.

 

La segunda fue Luis Videgaray, quien como coordinador de la transición gubernamental del presidente Enrique Peña Nieto en diciembre de 2012 impulsó a Meade para que migrara del sexenio de Calderón al gabinete del partido opositor en una posición clave, como secretario de Relaciones Exteriores.

En septiembre de 2016 Videgaray renunció a la secretaría de Hacienda orillado por sus múltiples errores en el manejo de las finanzas públicas, en su lugar dejó a su viejo amigo Meade, listo para saltar a la candidatura presidencial.

Pero nadie llega solo al poder, a su paso por las cuatro secretarías Meade se dio a la tarea de fichar a hombres y mujeres para integrar a su equipo operativo de confianza.

Entre ellos se encuentra Emilio Suárez Licona, hoy titular de la coordinación de entidades federativas en la secretaría de Hacienda, quien acompañó a Meade a su paso por la Sedesol y la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Vanessa Rubio Márquez es otra de confianza desde que comenzó el sexenio de Enrique Peña, lo demuestran las tareas que le ha encomendado a su paso por tres secretarías.

Vanessa Rubio Márquez es una de las mujeres de confianza da Meade, ha trabajado con él en posiciones clave en tres secretarias.

 

Primero la subsecretaria para América Latina y el Caribe en la Cancillería, luego la subsecretaría de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional en la Sedesol y recientemente la convirtió en la primera mujer en ocupar la subsecretaría de Hacienda y Crédito Público.

José Antonio González Anaya es otro de sus entrañables y aliados, de quien podría echar mano para conformar un posible gabinete. Su relación se estrechó cuando este sirvió a Meade como subsecretario de ingresos en Secretaría de Hacienda durante el sexenio de Felipe Calderón.

El director de Pemex y concuño del expresidente Carlos Salinas ha declarado públicamente que considera a Meade su mejor amigo y lo describe como “una persona brillante que ha inspirado a una generación completa de funcionarios”.

 

Familia

Su papá, Dionisio Meade y García de León es el pilar de su carrera.

Desde joven le enseñó lo que implica el servicio público en las altas esferas, le heredó sus relaciones políticas y le introdujo en el mundo de la estrategia.

Meade se familiarizó a temprana edad con temas hacendarios ya que su padre fue director de estudios internacionales y luego director general de promoción fiscal en la subsecretaría de Hacienda entre 1980 y 1988.

Su infancia y la de sus hermanos giraron en torno a las labores de su padre. En alguna ocasión preguntaron al niño Meade que ¿cuándo saldría de vacaciones? Él respondió que no podrían irse hasta que se aprobara la Ley de Ingresos, según relata el propio Dionisio, quien en una entrevista para el programa En Corto confesó también que era difícil no llevar los problemas laborales a su casa.

Dionisio Meade es pilar de la carrera de Meade.

 

Como diputado federal de 1997 a 2000 a Dionisio le tocó resolver la crisis bancaria desatada en 1995 y ser partícipe de la creación del IPAB.

El instituto que absorbió al Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), a través del cual el gobierno federal adquirió la cartera vencida de los banqueros para rescatarlos de la quiebra durante el sexenio de Ernesto Zedillo, una deuda que los contribuyentes pagan a la fecha.

En 1999, un año después de creado el IPAB, el joven Meade de 30 años se convirtió en secretario adjunto de la institución, quien mejor para asesorarlo que su padre, quien por entonces presidia la Comisión de Hacienda en la Cámara de Diputados.

 

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Meade acostumbra a escuchar a su padre, él y sus hermanos suelen reunirse a menudo con Dionisio para compartir el desayuno, la comida o la cena.

Las puertas de la administración de Vicente Fox se le abrieron a Meade gracias a dos de sus familiares: primero a su padre Dionisio, quien fue subsecretario de enlace legislativo en la Secretaría de Gobernación entre 2005 y 2006, cuando estuvo a cargo Carlos Abascal, hombre cercano al presidente.

Además de su tío abuelo, Daniel Kuribreña, uno de los personajes que fundó el PAN en 1939, el partido político opositor que probablemente le acoja como candidato, el PRI.

Lo culto le viene de su familia materna, su abuelo José Kuri Breña fue un pintor, escultor y músico nacido en Zacatecas en 1912.

Meade convirtió en todo un evento el primer voto de su hijo Dionisio Meade Cuevas.

 

Meade se casó en 1994, justo un año antes de graduarse de su segunda carrera en la UNAM, a los 25 años. Su esposa, Juana Cuevas Rodríguez, es pintora de oficio y economista de profesión, el romance surgió en las aulas del ITAM.

El primero de sus tres hijos, Dionisio Meade Cuevas, nació en junio de 1997, justo cuando regresaba a México luego de concluir su doctorado en Yale. Años más tarde la familia creció con la llegada de José Ángel y Magdalena.

Al igual que su padre lo llevaba a la Cámara de Diputados a presenciar los debates, Meade enseña a su hijo la importancia de las elecciones, pues convirtió en un momento especial el día en que el joven votó por primera vez, el acto fue capturado por una revista de sociales, la familia lo acompañó.

 

Su patrimonio

José Antonio Meade no hizo pública su declaración de conflicto de interés y declaración fiscal.

Pero si su declaración patrimonial ante la Secretaría de la Función Pública, a través de la cual sabemos que gana 2.4 millones de pesos anuales por su función como titular de Hacienda, 206 mil 532 pesos mensuales.

Cuenta con un terreno de 254 metros cuadrados con 194 construidos que adquirió al contado en junio de 2013 y un vehículo Honda Fit 2017 que compró en agosto de 2016 bajo el mismo método de pago y por lo menos cuatro tarjetas de crédito y esculturas de valor.

Su patrimonio revela que es un hombre previsor, Meade contrató un seguro de separación individualizado que es básicamente un seguro de desempleo especializado en funcionarios públicos de alto nivel.

 

MÁS INFORMACIÓN: Trayectoria José Antonio Meade Kuribreña, SHCP, 2017.

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