Toyota, Kia y Nissan se recuperan a mayor velocidad y sacan ventaja
La recuperación de la industria automotriz se estancó en junio, pero no todas las automotrices que fabrican en México se están recuperando al mismo ritmo.
Según el Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (RAIAVL) del último mes, la producción total de vehículos fue de 263,955 unidades, un incremento de 5.52% en comparación al año anterior y 29.89% menor que el mismo mes pero de 2019, antes de la pandemia.
La producción se mantiene muy por debajo de sus cifras prepandemia desde hace seis meses, a pesar que entre el tercer y cuarto trimestre de 2020, la fabricación de automóviles creció incluso por arriba de las cifras alcanzadas para el mismo periodo del 2019.
Desde enero, la manufactura automotriz volvió a caer ante la aparición de la gran crisis que les limita hasta el día de hoy: la escasez mundial de semiconductores.
Pero la crisis no está afectando a las empresas de forma homogénea. Fausto Cuevas, director de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) declaró en conferencia que la escasez “afecta de manera intermitente y distinta a cada empresa y por eso no hay forma de determinar si vamos a lograr mantener la tendencia y recuperar el nivel previo a la pandemia”, publicó El Financiero.
Las empresas más golpeadas por la crisis de los semiconductores han sido las estadounidenses, concretamente General Motors y Stellantis (Fiat-Chrysler) aunque también existe un alto grado de afectación para la producción de la alemana Volkswagen. Por el contrario, las marcas asiáticas como Toyota, Kia, Suzuki y Nissan han resistido mejor la escasez.
Mayoría de paros fueron en armadoras occidentales
La falta de estos insumos -que ahora son básicos para la fabricación de casi la totalidad de los modelos- ha causado el paro técnico en varias armadoras a lo largo del año, sin embargo la duración y número de paros ha sido mayor para la General Motors y Volkswagen.
En marzo, los paros fueron recurrentes entre las armadoras pero General Motors destacó con un paro de labores de dos meses en tres plantas de Norteamérica: una en Estados Unidos, otra en Canadá y la de San Luis Potosí. Además en mayo, la producción en Ramos Arizpe y San Luis sufrió paros de dos y una semana, respectivamente. Por si fuera poco, junio volvió a ser mes de paro para la planta coahuilense así como por primera vez para la de Silao, aunque la duración de las nuevas suspensiones fue menor a una semana.
El caso de Volkswagen también fue representativo a lo largo del año. Las suspensiones comenzaron con ajustes reducidos de menos de una semana en marzo-abril, para llegar a un paro laboral que abarcó casi todo el mes de junio.
La producción acumulada del primer semestre para cada una de las compañías fue menor al mismo periodo pero de 2019 en 22.7 y 38.1%, respectivamente, lo que expresa una recuperación más lenta en comparación a Nissan que ya está 17.5% por debajo del primer semestre de ese año.
La surcoreana KIA, que recientemente ha aumentado su participación en el mercado mexicano, ha tenido una disminución de 18.7%, también menor a la de las dos armadoras estadounidenses.
Pero con un mayor contraste, incluso otras dos compañías japonesas ya lograron superar su producción de 2019, con todo y la crisis de producción por la escasez de semiconductores: las japonesas Toyota y Mazda, incrementaron su producción en 16.3% y 63.4%, respectivamente.
Prioridad de chips para industrias asiáticas
El mejor comportamiento de la producción de las compañías asiáticas se debió a una ausencia o menor intensidad de paros técnicos durante el primer semestre.
Nissan, la principal empresa en el mercado mexicano de autos, fue la más afectada por los paros entre las orientales. A lo largo del año acumuló 20 días de paros técnicos por la escasez de chips y la crisis del gas en febrero. No obstante, la suspensión de actividades sigue siendo mucho menor a la de sus homólogos estadounidenses y alemanes.
También Toyota suspendió labores en lo que va del año, concretamente durante marzo y mayo afectada por la escasez de chips, aunque tampoco acumularon más de 20 días detenidos. Solo KIA Motors y Mazda evitaron los paros técnicos por falta de chips, si bien pararon algunas jornadas durante la crisis del gas.
La clave de la resiliencia de las armadoras orientales se debe principalmente a su acceso a proveedores de microchips en sus países de origen, pues tanto en Japón como en Corea del Sur existe una industria capaz de fabricarlos, si bien a un menor volumen que la taiwanesa y china, de las que se surten las empresas estadounidenses.
“La producción de semiconductores se concentra en Asia y la prioridad la tiene Asia”, dijo a Expansión Alberto Bustamante, director de Comercio Exterior y Normalización de la Industria Nacional de Autopartes.
También el tamaño de las empresas juega un papel importante. La menor producción de las empresas asiáticas en el país les permite sortear la escasez con menores inventarios, aunque también limita su capacidad de crecimiento.