¿Tenía razón Toyota con su apuesta por los vehículos híbridos?
Al parecer, la otrora criticada estrategia de Toyota de no apostar todo a los vehículos eléctricos, dejando a un lado los vehículos híbridos, e incluso de combustión, se está imponiendo en la preferencia de los compradores y podría plantear un giro para algunos de sus competidores.
Este lunes, el diario The Wall Street Journal publicó que algunos grandes concesionarios de vehículos están presionando a General Motors (GM), el mayor fabricante de autos en Estados Unidos, a "introducir modelos híbridos, preocupados por el riesgo de perder clientes que no están preparados para hacer el cambio a coches totalmente eléctricos". Si bien la opinión de los concesionarios no determina el rumbo de los planes de los fabricantes, no se pueden desestimar. La estrategia de GM, a diferencia de algunos de sus competidores, apunta solo a la fabricación de vehículos eléctricos.
Sin embargo, el gran impulso inicial por la fabricación de autos eléctricos en Estados Unidos no ha sido recibido con el entusiasmo que esperaban de los compradores. De hecho, las ventas de vehículos eléctricos en 2023 se ha topado con la fría realidad de una demanda menor a la estimada a pesar del impulso fiscal que provocaron largas filas de espera por los vehículos eléctricos en 2022.
Si bien las ventas de los vehículos eléctricos crecieron a una tasa cercana al 50% el año pasado, se estima que el ritmo de crecimiento caería a la mitad para este año, según los expertos, si bien partirán de una base mayor de vehículos vendidos. Ya algunos fabricantes han enfrentado dificultades para cumplir sus metas ya que las ventas de varios modelos se han estancado no logrando cumplir las expectativas, de allí que empresas como Ford o General Motors han pospuesto o moderado algunos de sus planes de inversión.
“Estimamos que en 2024 las ventas de coches eléctricos en Estados Unidos crecerán en torno a un 25% interanual, hasta aproximadamente 1.5 millones (aunque reconocemos que se trata de una desaceleración significativa respecto a la tasa de alrededor del 50% de 2023)”, dijo el banco Goldman Sachs en un informe reciente.
Modelos eléctricos populares como el Model Y, el Model 3, el ID.4, el Chevy Bolt o el Mustang Mach-E, vieron crecimientos modestos en los últimos meses.
Las dudas para dar el salto, de un vehículo de combustión a uno totalmente eléctrico, han crecido entre los consumidores. Los altos precios, la limitada autonomía, la necesidad de recargas regulares, los altos costos de mantenimiento e, incluso, las frías temperaturas del invierno que limitan la autonomía de las baterías, han sido razones suficientes para que los consumidores se muestren reacios a tomar la decisión de comprar un vehículo eléctrico.
En México, si bien las ventas de eléctricos han crecido exponencialmente en los últimos dos años, partiendo de una base muy pequeña, representaron menos del 1.5% de las ventas totales de vehículos ligeros el año pasado, si bien alcanzan el 6% sumando a los híbridos y enchufables.
Toyota, el mayor fabricante de vehículos en el mundo, se rezagó en la desenfrenada carrera por el cambio tecnológico hacia los vehículos totalmente eléctricos y la fabricación de las baterías que los sustentan. Hace un año, ante la avalancha de críticas que recibió Toyota por no apostar frontalmente a la fabricación de estos autos, como lo están haciendo sus competidores estadounidenses, europeos, y chinos, su presidente Akio Toyoda, respondió en una conferencia ante 200 ejecutivos corporativos que Toyota es una empresa global y atiende una variedad de opciones en sus mercados, incluyendo regiones con una red eléctrica deficiente.
En aquella conferencia, Toyoda plasmó su apuesta: "Da igual lo que mejore el coche eléctrico, no pasará del 30%", dijo refiriéndose a la cuota de mercado, según reportó un medio ligado a la compañía. "El otro 70% se lo repartirán los híbridos, los enchufables y el hidrógeno. Creo que el coche con motor de combustión seguirá viviendo", sentenció en aquella ocasión Toyoda. La apuesta estaba sobre la mesa. Mientras tanto, los grandes fabricantes como GM, Volkswagen, Ford, Mercedez Benz, Hyundai, entre otros, redoblaban sus apuestas para que en un tiempo relativamente corto toda su nueva producción sea completamente eléctrica.
Toyota había decidido ir a contracorriente, o por lo menos no acelerar su paso hacia los vehículos eléctricos; una estrategia que lucía arriesgada hacia mediados de 2022. El consorcio japonés, líder global en la fabricación de autos híbridos desde el año 2000 cuando introdujo el Prius en el mercado estadounidense, mientras que a México llegó en 2005, decidió renovar sus modelos híbridos e introducir versiones híbridas en prácticamente todo su portafolio de vehículos, en una clara apuesta por una generación de vehículos intermedios entre los motores de combustión y los eléctricos.
Un año después, las críticas sobre la estrategia de Toyota han amainado en Estados Unidos ante la realidad de consumidores que aún no están dispuestos a dar el paso definitivo hacia los vehículos eléctricos y que prefieren demandar coches híbridos, según han recogido los concesionarios.
"Sigo creyendo en el final, que hay que pasar a los vehículos eléctricos lo más rápido posible", dijo Mary Barra, directora ejecutiva de GM citada por el WSJ. "Pero tenemos la tecnología y seguiremos analizando dónde está el mercado", dijo Barra el mes pasado en Detroit, dejando abierta la posibilidad de vender modelos híbridos en Estados Unidos.