No solo chips: Sector automotriz es afectado por caída en producción de carrocería y autopartes
La escasez de chips es el mayor reto del sector automotriz mexicano, pero hay más problemas en su cadena de suministro.
De acuerdo con el presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), José Zozaya, las empresas que conforman la fase terminal del sector, conocidas como fabricantes de equipo original (OEMs) y que engloban a las grandes compañías como Volkswagen, Hyundai, General Motors y otras, continúan viendo en la escasez de semiconductores el principal problema para su plena recuperación.
Apunta que la capacidad de producción terminal instalada en México es de “aproximadamente cinco millones de vehículos al año. Nuestra estimación de producción al cierre de 2021 es de 2.8 millones, es decir que estamos ocupando únicamente el 56% de la capacidad instalada”, en gran parte debido a la falta de componentes tecnológicos
Sin embargo, el especialista reafirma que entre las OEMs persisten las condiciones para retomar el ritmo de trabajo pre-pandemia una vez que la situación de suministro se normalice. Lo anterior se notaría con mayor claridad en los niveles de empleo, que según Zozaya “se han mantenido en niveles similares a los que se tenían antes de la pandemia. […] A diciembre de 2020 solo se habían perdido 345 plazas, y para el mes de julio de 2021 la disminución respecto al cierre del año anterior es del 0.3%”.
Pero lo mismo podría no aplicar para el resto de la cadena de valor. El mismo presidente de la AMIA reconoce que, entre enero del 2020 y julio pasado, en las actividades previas a la producción terminal de vehículos se perdieron en conjunto “21 mil 642 empleos, al pasar de 961,857 puestos al cierre de 2019 a 940,215 en julio de 2021”.
Sin embargo, menos personas empleadas en el sector automotriz no sería el único indicador de que la industria tiene problemas más allá de la escasez de semiconductores.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer los resultados a agosto pasado de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM). En el conjunto de los rubros que abarcan al sector automotriz (producción terminal, carrocería y remolques, y autopartes), se registró una baja de casi dos puntos porcentuales en la capacidad instalada promedio en la comparación mensual. Esto es porque se pasó de una capacidad instalada promedio de 78.1% una de 76.2% del séptimo al octavo mes del año
Este indicador, de acuerdo con Inegi, refleja “la relación entre el volumen de la producción que se está obteniendo actualmente y el volumen o cantidad de producción que potencialmente podría generarse en un periodo de tiempo determinado”. Si bien la caída más importante, por ramo, se explica por las dificultades de las OEMs que describe AMIA, en el resto de la cadena de valor también hay puntos de preocupación.
¿Qué partes de la cadena automotriz reflejan problemas?
Según los datos originales desagregados de Inegi, el ramo de fabricación de carrocerías y remolques mostró un rendimiento negativo mensual en tres indicadores clave que reflejan la capacidad de producción del rubro: personal ocupado, valor de producción y capacidad instalada.
El más serio se observa en el valor de la producción, que pasó de 2.5 millones de pesos (MP) en julio a poco más de 2.1 MP en agosto, un ajuste a la baja de 14.64%. La capacidad instalada retrocedió 1.4 puntos porcentuales, mientras que el personal ocupado se redujo 6.08% en ese mismo periodo.
Los problemas en la fabricación de carrocería y remolques además son relativamente recientes, pues en el conjunto del 2021 se muestran avances positivos en cada uno de estos rubros, con respecto a las cifras para diciembre del 2020.
También se pueden notar señales de alarma en la capacidad de producción del subsector de fabricación de partes para vehículos automotores. En su conjunto, este segmento presentó avances favorables en la escala mensual en estos tres indicadores. Sin embargo, frente a diciembre del 2020, se han detectado caídas de 2.22% en el personal ocupado, así como una contracción del 2.06% en la capacidad instalada.
Sin embargo, el rendimiento de la fabricación de autopartes ha sido muy desigual dependiendo de qué nicho específico se analice. Por ejemplo, la fabricación de sistemas de frenos para vehículos se ha mantenido muy estable a lo largo de toda la pandemia, con solo un pequeño descalabro en la capacidad instalada de 5.2 puntos porcentuales entre julio y agosto.
Por el contrario, la fabricación de partes de sistemas de transmisión parece ser el segmento que ha tenido el peor rendimiento en los últimos dos años. No solo la capacidad instalada aún está 13.4 puntos porcentuales por debajo del nivel de diciembre del 2019, previo a la pandemia, sino que el valor de su producción se ha caído en 16.35% en lo que va del trimestre.
Otras actividades en la actividad automotriz donde se registran indicadores preocupantes es la fabricación de sistemas de dirección y suspensión (cuya capacidad instalada sigue 2.5 puntos porcentuales por debajo del nivel pre-pandemia) y la fabricación de piezas metálicas troqueladas (que continúa perdiendo capacidad instalada en la comparación mensual y, a pesar de los avances recientes, aún tiene 8.8% menos personal ocupado que previo a la pandemia).
A pesar de estos indicadores, se mantiene un optimismo en las perspectivas de producción para la industria automotriz hacia el futuro. José Zozaya apunta que “sí hay perspectivas de nuevas inversiones en la cadena de suministro de partes y componentes automotrices, principalmente como resultado de la entrada en vigor del T-MEC en julio del año pasado […].Los segmentos que podrían recibir estas inversiones son aquellos en los que las partes se están importando de fuera de la región de Norte América, particularmente de Asia”.