¿Creció o cayó la inversión extranjera directa en 2020?
En el año de la mayor crisis económica de la historia reciente, México se volvió -sorpresivamente- uno de los mayores captadores de Inversión Extranjera Directa (IED) del mundo. Pero, cuidado, las cifras dependen de quién las publique.
Según el reporte La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2021 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México fue uno de los cinco países que lograron aumentar su captación de IED durante el 2020 -junto a Bahamas, Ecuador, Barbados y Paraguay- con un resultado positivo de 6.6%. El reporte se dio a conocer el jueves 5 pasado.
El logro, dice la CEPAL, se dio en medio de una crisis económica mundial en que la IED global cayó 34.7%, incluso para países con economías comparables con la mexicana como Brasil (-35.4%), Argentina (-39.7%), Chile (-31.2%) y Colombia (-43.4%).
Ya en meses previos se había dado a conocer que el resultado mexicano no solo fue destacable en América Latina sino que llevó a México al noveno lugar a nivel mundial en captación de inversión extranjera durante el primer trimestre de 2021, desplazando a Canadá, Reino Unido y Francia según informó la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
El presidente Andrés Manuel López Obrador lo presumió en la conferencia mañanera que México lograra entrar en el top 10 de IED, destacando que el país era “uno de los países más atractivos para la inversión extranjera”. Sin embargo, su propio gobierno "tiene otras cifras", una expresión que el Presidente usa convenientemente.
El crecimiento de la IED reportado por la CEPAL, no concuerda con lo reportado por el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Economía, que -contrario a la CEPAL- informó de una caída de 18.9% de la IED en 2020.
En sus notas de pie de cuadro, la CEPAL señala que las cifras que publicó están basadas "en cifras y estimaciones oficiales al 27 de julio" -y agrega- "según la metodología del Fondo Monetario Internacional, Manual de Balanza de Pagos... Sexta Edición (MBP6)"
Sin embargo, las cifras públicas de la secretaría de Economía (SE) sobre IED en 2020 cuentan otra historia dado que en los meses recientes se actualizaron a la baja: De 29,079.4 millones de dólares (MD) publicados en el informe para ene-dic 2020 de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, a 27,785.7 MD en el informe para el I trimestre 2021 de la misma Comisión. Con este último dato, en 2020 el monto de IED que llegó al país cayó 18.9% respecto de 2019.
Las más recientes cifras de la SE para la IED en 2020 reportan caídas en dos de los tres tipos de inversión en que clasifica a la IED: Una caída de (-)49.9% en las nuevas inversiones, una caída de (-)10.8% en reinversión de utilidades y un incremento de 69.0% en cuentas entre compañías (generalmente créditos de las filiales con sus matrices).
Mientras que el Banco de México -responsable de elaborar la Balanza de Pagos, es decir, el registro de todas las transacciones del país con el exterior- publicó el 25 de mayo en su reporte sobre la Balanza de Pagos al I Trimestre de 2021, la misma cifra reportada por la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras, es decir 27,786 MD de IED durante 2020. La metodología que usa la SE "para medir y dar a conocer los montos de IED en México fue elaborada de manera conjunta por la Secretaría de Economía y el Banco de México" siguiendo las recomendaciones de la OCDE y el FMI, dice la propia dependencia federal.
Una revisión sobre los datos de IED de la última década dan cuenta que los datos publicados por la CEPAL y la Secretaría de Economía, asi como por el Banco de México, difieren recurrentemente no solo en los montos absolutos, sino -incluso- en la dirección que toman de un año a otro; como fue el caso de 2020. Así, en 2020 la trayectoria que siguió la IED se cuenta distinto dependiendo de las cifras que presenta la CEPAL o el gobierno mexicano.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) retoma los datos de la Secretaría de Economía en su Reporte Mundial de Inversión 2021 y muestra que el 60% de la inversión de 2020 fue realizada durante el primer trimestre del año, periodo en que se concentran las reinversiones de capitales, mientras que en los tres trimestres posteriores se registró un desplome de 63% a tasa anual.
La CEPAL advierte en su reporte que las cifras que presenta para los países en desarrollo "no coincide con la suma de los valores de las regiones o agrupaciones, debido a que las cifras de América Latina y el Caribe no se obtienen de la UNCTAD".
Para la CEPAL si bien el número de inversiones nuevas en 2020 no creció sino que cayó -el número de anuncios de proyectos en México se redujo 50% al pasar de 652 en 2019 a 301 en 2020- preve un buen año para la inversión en 2021, potenciado principalmente por el mercado estadounidense y la ventaja geográfica de México.
¿Atractivo para la inversión?
Más allá de la danza de las cifras, la respuesta empresarial sobre las inversiones ha sido cauta e, incluso, temerosa; según muestra la encuesta que realiza el Banco de México.
Las declaraciones del presidente López Obrador contrastan con los posicionamientos de los círculos empresariales nacionales y extranjeros, quienes han acusado en varias ocasiones que las políticas gubernamentales -como la reforma de la industria eléctrica y petrolera- son un riesgo para la inversión.
La UNCTAD fue contundente al respecto en su reporte. Publicó que si bien la caída de la IED del segundo al cuarto trimestre había sufrido las condiciones económica propias a la pandemia como el colapso de la inversión fija y el desplome de 8.2% del producto interno bruto, la incierta agenda económica del Gobierno y las políticas de austeridad habían jugado un papel preponderante.
La postura del gobierno contra las asociaciones público-privadas y el papel de las empresas privadas en la industrias clave, así como la inyecciones financieras a Petróleos Mexicanos (Pemex), también abonaron a crear un ambiente de incertidumbre que llevó a una caída de (-)49% en la minería y (-)46% en la extracción petrolera, dos sectores claves para la inversión extranjera, dijo la UNCTAD, organismo de las Naciones Unidas.
En el caso de las inversiones en energía, el banco español BBVA advirtió, antes de que la reforma fuera llevada al Congreso, que los cambios en la Ley Industria Eléctrica podrían poner en riesgo hasta 40 mil millones de dólares de inversión que las empresas han realizado, principalmente en el sector de las energías renovables.
La caída de la inversión energética ya venía galopando. Fueron las inversiones de las empresas de energía renovable las que más cayeron durante el año pasado. Tan solo en 2020 la participación de la IED en energía cayó a 5.8% de la IED total, desde el 7.9% de 2019. Incluso más de 20 congresistas estadounidenses pidieron al Presidente Joe Biden pedir a México respeto para las inversiones y los acuerdos del TMEC, tema que fue abordado entre la Secretaría de Economía Tatiana CLouthier y la representante comercial estadounidense Katherine Thai.
No obstante, el presidente ha defendido su postura descalificando las advertencias. “Decir que hay desconfianza de la inversión, es un discurso que tiene que ver más con la politiquería, con los que no están de acuerdo con nosotros [...], que es válido, pero no tiene que ver con la realidad”, dijo en su conferencia matutina del 22 de julio pasado.
Pero aún con los peligros señalados, el futuro no parece preocupar -por el momento- al gobierno federal. Las tres calificadoras más importantes -Fitch Ratings, Moody's Analytics y S&P- ratificaron el grado de inversión de México en BBB durante el primer semestre de 2021, dándole un respiro. Si bien, las tres señalaron como un riesgo la decisión del Presidente de seguir apostando por el rescate de Pemex.
Ya una encuesta a inversionistas financieros de Credit Suisse y Buendía & Márquez había mostrado recientemente que se redujo de 78% a 52%, entre 2020 y 2021, el porcentaje de quienes piensan que México perderá su grado de inversión durante el mandato de López Obrador.
Sin embargo, en México las inversiones, nacionales o extranjeras, aún tienen más preguntas que respuestas a un año y medio después del estallido de la pandemia.