Ante la recesión, el gobierno debe acelerar y concretar proyectos: Werner

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En septiembre del año pasado tuvo la osadía de pronosticar que la economía mexicana sufriría una recesión en 2025. Fue el primer experto en advertirlo en momentos en que el consenso de economistas pronosticaba que la economía crecería 1.3%. Sin embargo, el tiempo le ha dado la razón. Las encuestas más recientes entre economistas arrojan un crecimiento cercano a cero para el año.
Hace siete meses, Alejandro Werner (economista, 58 años) creía que los factores que causarían la recesión en México eran domésticos. “Cuando Donald Trump ganó la elección, le dije a mi esposa que lo único bueno era que mi pronóstico iba a estar bien”, relata durante la entrevista a través de una videollamada hasta Washington, donde reside y dirige el Instituto Americas de la Universidad de Georgetown. Ahora, el pronóstico de Werner se reafirma con las nuevas incertidumbres que se derivan de la renegociación del tratado comercial con Estados Unidos y la desaceleración o probable recesión económica en el vecino del norte.
Durante más de ocho años, entre enero de 2013 y agosto de 2021, fue el responsable de las relaciones del Fondo Monetario Internacional con América Latina, Canadá y Estados Unidos, en su calidad de director del Hemisferio Occidental del organismo internacional. Comparte sus preocupaciones de largo plazo para el dólar en su rol de centro del sistema financiero internacional derivado de políticas erráticas en Estados Unidos.
Para Werner, quien fuera subsecretario de Hacienda bajo la presidencia de Felipe Calderón, una reforma fiscal en México es indispensable, so pena de perder el grado de inversión en un horizonte no muy lejano. Y si bien, simpatiza con algunas acciones del Plan México que ha emprendido la presidenta Sheinbaum, apremia al gobierno a “acelerar la implementación” y a concretar los programas de financiamiento para generar expectativas hacia 2026.
Arena Pública (AP): ¿Cree que la incertidumbre derivada de los aranceles de Trump pone en riesgo la estabilidad del dólar?
Alejandro Werner (R): Lo que llevó a la depreciación del dólar fue la manera en que se hizo, la magnitud de las medidas y la incertidumbre de dónde vamos a terminar. Los analistas económicos empiezan a proyectar una recesión, o al menos una desaceleración muy fuerte de la economía de EU el año que viene, y ante esta posible recesión o desaceleración, piensan que tal vez la Reserva Federal va a bajar las tasas de interés muy rápido. Si las baja muy rápido, el dólar se va a depreciar.
Probablemente hay un milímetro de razón en que también hay miedo y preocupación de que las medidas de política económica en EU se estén tomando sin ninguna consulta a expertos, sin ningún análisis y probablemente con una motivación puramente de política interna.
La segunda interpretación podría no ser de corto plazo. El rol del dólar como el centro del sistema financiero internacional puede entrar en un periodo de decadencia. Si parte de los beneficios del dólar -con una institución como la Reserva Federal, un sistema judicial predecible e independiente, y un sistema político transparente y con contrapesos- se comienzan a perder, además con una situación fiscal compleja, es posible que en una perspectiva de 10 años el rol del dólar como el centro del sistema financiero internacional esté en riesgo.
AP: ¿Ve una recesión en la economía de Estados Unidos para este año?
R: La gran pregunta es qué pasa con (las negociaciones de EU con) Europa y qué pasa con China. Si esas dos negociaciones se cierran rápido, o de aquí a cuatro semanas vemos que ya se encausa un proceso de negociación, probablemente tengamos una desaceleración económica y no una recesión en Estados Unidos. Si esto se extiende un poco más, creo que la probabilidad de recesión es elevada. Y llamemos recesión a que el crecimiento en 2025 sea negativo.
Creo que es difícil pensar que esto se resuelva rápido por la cantidad de negociaciones que se van a juntar: La negociación con la Unión Europea, la negociación de la OTAN, el tema regulatorio de las empresas tecnológicas, y China. Probablemente los chinos en algún momento van a sentir que al retrasar la negociación el tiempo va a estar a favor de ellos. Entonces también hay un elemento estratégico.
AP: ¿Ha empeorado en las últimas semanas su percepción sobre una presión recesiva en la economía de México?
R: En septiembre del año pasado dije que en 2025 íbamos a tener una recesión. No tenía nada que ver con Donald Trump. Tenía que ver con el ajuste fiscal que había que hacer y se está haciendo, con la desaceleración que en todos los cambios de administración tenemos en México, y tenía que ver con la reforma al Poder Judicial que generaba incertidumbre.
Ahora hay dos temas adicionales que se suman para generar un entorno recesivo: Uno es la negociación bilateral comercial entre México y EU, que hace muy difícil saber dónde se quiere invertir y si se quiere expandir producción o no. En segundo lugar, la incertidumbre a nivel global, que complica el tema bilateral y que, además, está llevando a que la economía de EU entre en una recesión o al menos se desacelere de manera muy importante, que le va a pegar a México por el lado de remesas, del turismo y por las exportaciones.
Entonces, los factores domésticos ya probablemente nos llevaron a una senda de ligera recesión. Y si a eso le agregamos la desaceleración en EU, la incertidumbre global y la negociación comercial bilateral entre México y EU, que va a durar un tiempo, sí vamos a estar en recesión en el 2025. También me preocupa, a partir de la segunda mitad de este año e inicios del año entrante, cómo eso va a contaminar la situación fiscal. Comenzaremos a oír muchos comentarios de que nos estamos acercando al momento en que México pierde el grado de inversión.
AP: ¿En qué horizonte ve la pérdida de grado de inversión?
R: Diría que en los próximos 18 a 24 meses, en ausencia de una reforma fiscal.
AP: ¿Está viendo estancamiento o recesión en la economía para 2026?
R: Con tanta volatilidad es muy difícil pronosticar el 2026, pero creo que el escenario base debería ser que tengamos un crecimiento positivo, con el efecto de incertidumbre reduciéndose de manera importante.
En el 2026 vamos a tener crecimiento, pero el PIB va a estar por debajo de donde creíamos que íbamos a estar. Entonces el incremento de la razón de deuda a PIB va a ser más alto del que creíamos que íbamos a tener. Probablemente la recaudación, aunque viene bien al inicio del año, se va a ver afectada.
No soy de los que piensan que el incremento en el gasto social está mal, probablemente hay mejores maneras para hacerlo, podemos discutir su diseño, pero creo que México es un país que necesita un gasto social importante, pero hay que financiarlo con impuestos.
El déficit del año pasado de 6% del PIB era totalmente irracional. La economía mexicana no lo necesitaba, hay que aplaudir el compromiso de la administración actual de bajar el déficit a 4% y de seguirlo bajando en los años siguientes. Pero se va a volver cada vez más difícil y sobre todo con la ampliación de los programas sociales, con el envejecimiento de la población que hace que el gasto médico y el gasto en pensiones vaya subiendo, y una economía que realmente no va a tener el dinamismo que habíamos anticipado.
Un dato bueno: Es muy probable que de esta negociación internacional, cuando se aclare la incertidumbre, México salga fortalecido. ¿Por qué? Porque muy probablemente nuestro incremento en aranceles va a ser mucho más bajo que el incremento del resto del mundo. En ese sentido, la lógica del nearshoring puede regresar una vez que se aclare toda esta incertidumbre.
AP: ¿Qué opinión tiene sobre el Plan México que presentó la presidenta Claudia Sheinbaum y cuáles son las palancas que se deben aprovechar?
R: Tiene palancas muy interesantes, la parte de infraestructura, de agua, de electricidad, son buenas palancas.
Me gustaría ver mayor claridad en los modelos de financiamiento, los modelos de participación público-privada en el sector energía. Me gustaría ya ver proyectos específicos. Dado que estamos entrando en un entorno recesivo, sería muy importante que el gobierno en los próximos meses nos presente cuáles van a ser los seis, ocho proyectos en el sector electricidad, en temas de transmisión, de generación que ya se van a implementar. De dónde viene el financiamiento, cuál es la estrategia de financiamiento.
Es importante, desde el punto de vista de finanzas públicas y desde el punto de vista productivo, una solución de tajo al problema de los proveedores de Pemex. Una deuda de 25 mil millones de dólares a los proveedores de Pemex, quiere decir que hay problemas de liquidez en muchos sectores muy importantes de nuestra economía, porque no han recibido esos pagos del gobierno. Si podemos resolver ese problema, le damos oxígeno a un sector muy importante de la economía.
También las finanzas públicas generan incertidumbre. Es mejor eliminar esa incertidumbre, tener una reforma fiscal desde ahora y saber que las finanzas públicas vuelven a ser sostenibles por los próximos cinco o seis años.
Entonces, fortalecer Pemex, ser más concretos en electricidad e infraestructura, y tal vez un proceso de simplificación administrativa para bajarle los costos regulatorios al sector privado.
Y en último lugar sería muy importante un programa muy agresivo de relanzamiento de la banca de desarrollo. Muchos de estos proyectos van a tener cierta incertidumbre y el rol de la banca de desarrollo, de la mano del mercado y de los bancos nacionales, pueden generar estructuras de financiamiento mucho más interesantes para todos estos proyectos.
Y para las empresas medianas la banca de desarrollo es fundamental. La banca de desarrollo ha estado parada el último sexenio. Ahí tenemos una palanca que no hemos usado, que se podría usar de manera bastante inteligente y efectiva.
Y dado que estamos entrando en recesión, hay que acelerar la implementación y hay que ser más concretos para generar expectativas. Lo más importante es generar expectativas que 2026 va a ser mucho mejor de lo que hubiese sido en ausencia de esta aceleración de la implementación del Plan México.