¿Cuáles serían las consecuencias de un impuesto fronterizo a México?
Donald Trump está decidido a retener a las empresas en Estados Unidos.
El Presidente quiere modificar los impuestos que les cobra para hacerlas más competitivas, pero las medidas que plantea para lograrlo impactarán necesariamente a los exportadores mexicanos por la fuerte dependencia que tienen con el vecino del norte, ha donde se dirigen casi el 80% de las exportaciones.
El plan del neoyorquino es reducir a las empresas el porcentaje de impuesto sobre la renta que actualmente pagan desde una tasa de 35% hasta 20%, lo cual será factible mediante la ejecución de un impuesto de ajuste fronterizo que grave con una tasa de 20% a las importaciones mexicanas y que exente de impuestos a las exportaciones estadounidences.
Lo que recaude por gravar a las importaciones se utilizará para financiar la construcción de un muro en la frontera con México, según lo explicó el vocero de Trump, Sean Spicer, pero el impuesto no será exclusivo para las importaciones mexicanas, se aplicará a aquellos países con los que Estados Unidos registre un déficit comercial.
Los especialistas difieren respecto de la magnitud de la afectación que podría tener un impuesto de ajuste fornterizo.
Exportadores mexicanos afectados
Las empresas instaladas en Estados Unidos -principalmente las maquiladoras- podrían dejar de comprarle a sus proveedores mexicanos, la razón es simple, si lo hacen su carga fiscal podría elevarse significativamente, explica el experto en temas fiscales, Eduardo Revilla.
Ello sucedería porque las importaciones que realicen desde México no serían deducibles, por ejemplo:
Un fabricante vende un auto a 20 mil dólares, para producirlo gastó 10 mil en componentes importados de México y 6 mil en costos de producción como mano de obra, energía, entre otros.
Actualmente a ese fabricante se le cobra una tasa de 35% sobre una base gravable de 4 mil dólares que se obtiene de restar al precio de venta de 20 mil dólares los 10 mil que invirtió en productos importados y los 6 mil que gastó en costos de producción.
Con el impuesto fronterizo la tasa sería de 20% pero sobre una base gravable de 14,000 dólares que se obtiene de restar al precio de venta de 20 mil dólares únicamente los 6 mil en costos de producción, pero no se deducen los 10 mil que invirtió en componentes importados para fabricar el vehículo.
“Si el impacto fiscal es considerable, la empresa americana buscará recomponer la estrategia de producción para adquirir o fabricar esos insumos en Estados Unidos, lesionando así a la industria automotriz mexicana,” asegura.
Imponer un gravamen exclusivo para las importaciones mexicanas es discriminatorio y por tanto el impuesto de ajuste fronterizo -en esos términos- sería violatorio del convenio para evitar la doble tributación entre México y Estados Unidos y del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ambos vigentes desde 1994.
“El impuesto arbitrario e injustificado de 20% a todas las importaciones mexicanas implica un rompimiento técnico del acuerdo comercial, es decir, una salida automática de Estados Unidos del TLCAN,” dice Alfredo Coutiño, director de Moody's Analytics.
Si México acepta el impuesto tendría que dar una respuesta igual para neutralizar su efecto, es decir, con un gravamen de 20% a las importaciones estadounidenses “y para eso, mejor que no haya tratado y se negocie un acuerdo bilateral” asegura el economista José Miguel Moreno.
Uno de los mayores afectados en este panorama es la industria manufacturera, pilar de la economía mexicana que aporta el 16% del Producto Interno Bruto nacional. En 2015 la industria manufacturera recibió casi la mitad de la inversión extranjera directa que entró al país. Entre sus filas se registran más de 8.4 millones de empleados.
Golpe al bolsillo de los norteamericanos
El impuesto de ajuste fronterizo encarecerá los bienes producidos en Estados Unidos que contengan importaciones mexicanas.
La afectación irá directamente al bolsillo de los ciudadanos norteamericanos, quienes tendrían que pagar más caros bienes como los autos que se fabriquen en Estados Unidos con partes mexicanas.
El nuevo gravamen opera como un Impuesto al Valor Agregado (IVA) pero a la inversa, ya que legalmente la carga fiscal no está dirigida al consumidor final, pero el importador norteamericano -al cual será sujeto de una doble tributación- tiene la opción de traspasar ese costo al precio final del bien, explica Revilla.
“El costo del muro será mayormente pagado por los estadounidenses, injustamente porque es el gobierno el interesado en construir dicho muro, no la mayoría de sus ciudadanos,” advierte Coutiño.
Depreciación disuelve impuesto fronterizo
La profunda depreciación de la moneda nacional frente al dólar disuelve el impuesto de ajuste fronterizo que la administración de Trump quiere imponer a los bienes mexicanos importados hacia el país que lidera.
El peso se ha depreciado 18% frente al dólar en el último año al pasar de 18 pesos por dólar en promedio durante enero de 2016 a 21.4 pesos por dólar en promedio en lo que va del año, de acuerdo con el tipo de cambio FIX para grandes transacciones que administra el Banco de México.
La depreciación ha sido de 65% si se compara con el tipo de cambio registrado a mediados de 2014, cuando la moneda nacional se ubicaba en 13 pesos por dólar y comenzaba su trayectoria a la baja.
Los costos de producción en México -medidos en dólares- se han abaratado por la depreciación del peso frente al billete verde, por ejemplo, los salarios de los trabajadores mexicanos son actualmente 18% menores que hace un año o 65% menores que hace dos.
De esa forma se compensa el golpe al exportador mexicano, dejándolo prácticamente en las mismas condiciones que había en 2016, explica el economista José Miguel Moreno.
“Si México traga [acepta el impuesto], cada vez que el peso se deprecie y se abaraten las exportaciones, Trump decidirá volver a incrementar los aranceles […] Estados Unidos quiere pagar la siniestra pared con la competitividad mexicana que ayuda a las exportaciones, pero que ha restado poder adquisitivo a los mexicanos y ha significado una mayor inflación, mayores tasas de interés y menor crecimiento,” concluye.
OPINIÓN: ¿Quien pagará el muro? ¡México no!, Alfredo Coutiño, 27 de enero de 2017.
OPINIÓN: El impuesto de ajuste fronterizo de Donald Trump, Eduardo Revilla, 17 de enero de 2017.
MÁS INFORMACIÓN: Trump y depreciación del peso salvaron a mineras de un duro 2016, 25 de enero de 2017.
MÁS INFORMACIÓN: Citibanamex extrema todos los pronóstico económicos para el 2017, un año "peligroso", 19 de enero de 2017.