¿Quien pagará el muro? ¡México no!
Las fricciones políticas y diplomáticas entre México y los Estados Unidos han subido de tono en los últimos días, incluso hasta el punto de llegar a la cancelación del encuentro de sus presidentes programado para finales de enero.
Las posibles negociaciones comerciales entre los dos países están en riesgo. Particularmente como resultado del tono amenazante usado por el gobierno estadounidense, al pretender obligar a México a pagar el costo del muro fronterizo. El presidente mexicano tuvo que cancelar la reunión con su contraparte estadounidense, inicialmente programada para el 31 de enero. En respuesta, el señor Trump amenazó con poner un impuesto a todas las importaciones provenientes de México.
Una delegación de negociadores mexicanos visitó Washington durante la semana para establecer los primeros contactos y preparar la agenda para la visita presidencial. Aparentemente, los negociadores mexicanos no encontraron condiciones para una negociación justa. Más bién se encontraron con un clima en el que la posición estadounidense era imponer condiciones. Es decir, algo así como una actitud de “lo tomas o lo dejas”.
En medio de dicha visita negociadora, el presidente Trump firma una orden ejecutiva para iniciar la construcción del muro en la frontera con México. La reacción mexicana fue cancelar la visita presidencial. Como respuesta, el señor Trump anuncia la posibilidad de poner un impuesto de 20% a todas las importaciones provenientes de México, como una posible forma de recaudar fondos para financiar la construcción del muro.
Al parecer la posición mostrada por el gobierno de Trump, al menos durante esos dias, fue que los Estados Unidos únicamente negociaría el TLCAN si México aceptaba pagar el muro. Condición que, además de burda, México ha rechazado totalmente. Primero porque el muro es ofensivo para los mexicanos, y segundo porque obedece más a un interés político del señor Trump y no a un interés nacional de los estadounidenses.
Poner un impuesto a todas las importaciones provenientes de México no solo viola las reglas del acuerdo comercial trilateral sino que incluso significa romper con el TLCAN. El tratado comercial permite que cualquier miembro pueda gravar algún producto importado si demuestra que dicha importación ha causado un daño importante a alguna industria o sector local. Además, dicho proceso lógicamente toma tiempo para resolver la disputa. Por lo que, un impuesto, arbitrario e injustificado, de 20% a todas las importaciones mexicanas implica un rompimiento técnico del acuerdo comercial. Es decir, una salida automática de los Estados Unidos del TLCAN.
Dicho impuesto a las importaciones ha sido equivocadamente usado para explicar que México efectivamente pagará el costo del muro fronterizo. En primer lugar, el impuesto mayormente será cargado al importador estadounidense, no al exportador mexicano. En segundo lugar, el importador tiene la opción justa de traspasar el impuesto total o parcial al precio final. Así, el costo del muro será mayormente pagado por los estadounidenses, injustamente porque es el gobierno el interesado en construir dicho muro no la mayoría de sus ciudadanos.
Indudablemente, el peor escenario para México es el de rompimiento del TLCAN. Sus efectos negativos serían de magnitud considerable, aunque nada que no se pueda superar con el tiempo. Los canales de transmisión serían a través de la afectación del comercio y las inversiones, además de las remesas familiares. El peso caería más profundamente y las tasas de interés alcanzarían dos dígitos, lo cual agravaría el ya existente problema inflacionario.
Bajo ese escenario, la economía real se vería afectada por la reducción del comercio y la inversión, agravado por la depresión que ocasionaría la implementación de políticas de ajuste fiscal y monetario más agresivas. Desafortunadamente, y como ha ocurrido en el pasado, el país tendría que entrar en ajuste económico para intentar restaurar la estabilidad de los mercados y reducir el riesgo de una explosión de los desequilibrios interno y externo.
Una recesión prolongada con alto desempleo e inflación sería el escenario con mayor probabilidad para México. Sin embargo, el deterioro de las condiciones sociales y sus posibles consecuencias para el exterior debe ser la pregunta que las autoridades estadounidenses deberían hacerse antes de poner en práctica sus acciones anti comercio y migración.
Twitter: @AlfredoCoutino