Construcción del Tramo 5 del Tren Maya sujeta a 26 condicionantes
El Tramo 5 del Tren Maya, uno de los más polémicos por el cambio en su ruta y su posible impacto ambiental, cuenta con 26 condicionantes para su construcción.
El pasado 25 de agosto, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental hizo pública la “autorización en materia de impacto ambiental del proyecto del Tren Maya tramo 5 sur, así como su impacto derivado del cambio de uso de suelo en una superficie de 485.4767 hectáreas de vegetación [...] con pretendida ubicación en los municipios de Solidaridad y Tulum”. Sin embargo, esta autorización está condicionada a 26 puntos relacionados con los proyectos ejecutivos definitivos de las obras asociadas a este proyecto y la ubicación de los polígonos que serán objeto de cambio de uso de suelo.
Entre estas condicionantes destaca un Plan de Vigilancia Ambiental (PVA) que debe ser presentada en un plazo de tres meses, que incluye siete programas: un programa de Manejo integral de residuos, de conservación de suelos y reforestación, de la calidad del aire, de prevención mitigación y manejo de contingencias ambientales y conservación del paisaje kárstico, de manejo de flora, de ahuyentamiento, rescate y reubicación de fauna silvestre y un programa de mantenimiento de obras de drenaje.
El oficio No. SGPA/DGIRA/DG-03703-22 señala que “los programas específicos deberán completarse y presentarse previo al inicio de cualquier obra o actividad relacionada con el proyecto”.
Además, deberá presentarse un programa de gestión hídrica integral para el monitoreo de la calidad del agua superficial y subterránea “de tal forma que no presenten alteraciones físicas y químicas los cuerpos de suelo, flora y fauna”. Así como medidas que garanticen que los flujos hídricos subterráneos no se interrumpan, estudios geohídricos y geológicos para localizar posibles zonas de colapso, programa de monitoreo de aves y de pasos de fauna.
En específico, señala que deben establecerse “acciones concretas para la conservación de la fauna y específico del jaguar” que se ubica en el denominado corredor 47 Yum Balam-Sian Ka’an.
Por otra parte, para el cumplimiento del PVA el oficio señala que se deberá designar a un supervisor ambiental y al finalizar las obras de construcción de la infraestructura se debe entregar a la dependencia un diagnóstico de las afectaciones “haciendo un análisis comparativo de las condiciones iniciales y finales de las zonas destinadas a la construcción del proyecto”.
Cabe mencionar que la autorización tiene una vigencia de dos años para llevar “a cabo las etapas de preparación del sitio y construcción [...] y de 50 años para su operación y mantenimiento”.
No obstante, organizaciones como Greenpeace han alertado al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) sobre inconsistencias y omisiones en la Manifestación de Impacto Ambiental. Así como, el incumplimiento de la Ley General del Equilibrio y la Protección al Ambiente y a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable.
Actualmente, cinco de las seis suspensiones definitivas que mantienen suspendidas la construcción del Tramo 5 del Tren Maya han sido revocadas, de acuerdo con Javier May, director general de Fonatur.