Regalar fertilizantes, insuficiente para enfrentar altos precios en alimentos
Para enfrentar la situación del campo mexicano e incrementar su producción, se debe hacer mucho más que solo regalar fertilizantes a pequeños productores como lo ha planteado el gobierno federal.
A escala global, los suministros de fertilizante se han reducido considerablemente en los últimos dos años a raíz tanto de las disrupciones logísticas y energéticas causadas por la pandemia, como de la guerra de Rusia en Ucrania.
Específicamente en México, los precios al productor para la fabricación de este insumo del campo se han incrementado 32.83% entre enero del 2020 y abril del 2022, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Como la mayor parte de los fertilizantes que se usan en México provienen del extranjero, el alza de precios ha significado que las importaciones de este insumo se contrajeran en 32% entre el primer trimestre del 2022 y el mismo periodo del 2021. Ya varias organizaciones han advertido que esta crisis de precios pone en riesgo la disponibilidad de alimentos en el país, pues la falta de fertilizantes reduce la producción del campo mexicano e incrementa la dependencia de bienes importados.
En respuesta, el Gobierno de México ha impulsado una agresiva estrategia para regalar fertilizantes a agricultores de autoconsumo, con la meta de fomentar la “autosuficiencia alimentaria”. Pero expertos en el sector agropecuario consideran que esta propuesta dista de ser una política integral para fomentar una mayor producción de alimentos en territorio nacional para el largo plazo.
De inicio, simplemente entregar los fertilizantes no necesariamente asegura que éstos se vayan a aprovechar como espera la administración federal. “Ojalá el agricultor utilice el insumo que le den y no lo venda. Porque como están los precios, a lo mejor es preferible para él venderlo, no sembrar y mejor comprar. Ése podría ser el pensamiento del pequeño agricultor […]. Y es que subieron muchos más insumos, no solo los fertilizantes”, advierte Luis Eduardo González Cepeda, presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFAAC).
“Entonces la gente se está viendo en la necesidad de decidir entre asegurar su ingreso, el dinero que tiene en la mano, o bien arriesgarse a invertir en un proyecto que muy probablemente no dé resultado”, evalúa González Cepeda, agregando que “muchos podrían ir a lo seguro: Reducir la superficie de siembra, hacer menos inversiones, y esperar a ver si el próximo año las cosas vienen mejor”.
Asimismo, se han hecho varios reclamos sobre la falta de atención a los grandes productores. “[Se mantiene] una política de solo apoyar al pequeño productor, de menos de cinco hectáreas, sin pensar que los cultivos de entre cinco y 20 hectáreas o más […] son los que producen suficiente producto para tener un impacto comercial. Sin una política de bienes públicos en financiamiento, en seguro, en gestión de riesgos, en apoyo para reducir los costos de insumos como fertilizantes y semillas, no vamos a incrementar la oferta”, afirma Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Cabe destacar que el gobierno sí está considerando otras acciones para fortalecer el campo mexicano, fuera de regalar fertilizante a los pequeños productores. Específicamente, se está trabajando en rehabilitar plantas de producción de fertilizantes, particularmente en Topolobampo, Sonora, para reducir la necesidad de importar los insumos y mejorar los precios ofrecidos a todos los jugadores de la industria.
Sin embargo, centrarse únicamente en el tema de los fertilizantes también sería un error. “No solo es un tema de fertilizantes y de precios […]. También está el factor de cambio climático, con muchas regiones del país que desde 2019 están sufriendo una sequía muy importante […]. Tenemos que ver al sector englobado, con todos los diferentes retos que tiene hacia adelante y poder crear políticas públicas adecuadas”, afirma Juan Cortina Gallardo, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Mejorando el campo mexicano, fuera de regalar fertilizantes
Ante este panorama, el director general del GCMA sugiere que el Gobierno federal trabaje no solo en ofrecer fertilizantes e insumos gratuitos a los pequeños productores, sino que también considere estrategias para empoderarlos y conseguir que puedan aspirar a mejores condiciones de mercado a través de agrupaciones y cooperaciones comerciales.
“Puedes lograr que se unan los pequeños productores para que aspiren a compras consolidadas, mejor acceso a seguros y financiamiento. [Y también deberían reanudarse los programas de apoyos en tasas preferenciales para] contratar seguros, coberturas de precios, asistencia técnica. Incluso se podría pensar en apoyos tecnológicos y paquetes de semillas, para promover que el campo mexicano incremente la productividad”, sugiere Juan Carlos Anaya.
Hacia los grandes productores, el líder del CNA apunta por su parte que no necesariamente se deben de ofrecer incentivos fiscales o económicos para incrementar la producción. Apunta que sería una ayuda más que suficiente crear las condiciones para que los agentes comerciales puedan modernizar sus operaciones y utilizar insumos más eficientes.
Según Cortina Gallardo, “por lo menos debería haber una política donde no se entorpeciera todo lo que tiene que ver con ciencia y tecnología. Hay más de 120 moléculas que tienen que ver con la producción de cultivos que están atoradas en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). [Hay compuestos] que se han ido disminuyendo por decreto, cuando se usa en 180 países y ayuda en gran medida a la agricultura comercial si se utiliza de manera responsable. Si no das esos apoyos, que dejen trabajar de forma moderna al gran productor, se complica y desalienta la producción comercial”.
Y en última instancia, concluye el presidente de la UMFAAC, también se necesita una visión de más largo plazo para el desarrollo consistente del campo mexicano, en términos de infraestructura y planeación, “pues esto no se desarrolla ni por decreto, ni de la noche a la mañana”.
“Las políticas públicas que se implementen hoy no van a arreglar el problema ahora mismo, lo van a arreglar para dentro de dos o tres años, poco a poco. Ojalá la guerra de Rusia-Ucrania haya abierto los ojos para que así el gobierno se prepare y dejemos de depender tanto en la importación de fertilizantes, que es un problema grave que tenemos […]. Y también hay que llevar a los pequeños productores la tecnología. No la vamos a armar solo amaneciendo un día con buenas ideas. Lo lograremos con políticas públicas de largo plazo, con educación en el campo, en tecnología, acercándonos a los agricultores. No podemos trabajar al cuarto para las dos”, agrega.