Con potencial de inversión de 42 mmd, Zonas Económicas Especiales siguen esperando desarrollo
Disminuir el rezago del sur del país en comparación con los estados del centro y norte ha sido el objetivo de muchos presidentes.
Andrés Manuel López Obrador ha prometido millonarias inversiones en infraestructura para explotar el desarrollo de la zona, mientras que su predecesor, Enrique Peña Nieto, sembró las semillas para la captación de inversiones al decretar el 1 de junio de 2016 la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales.
El objetivo de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), fue cerrar la brecha económica y social que existe entre el sur-sureste y el resto del país. Las siete ZEE decretadas por el mandatario priísta fueron: Lázaro Cárdenas-La Unión, Coatzacoalcos, Salina Cruz, Puerto Chiapas, Progreso, Seybaplaya y Dos Bocas.
Zonas Económicas Especiales. Fuente: Gobierno de la República.
No obstante, a casi tres años de la promulgación de la ley, las inversiones siguen siendo más una promesa que una realidad.
Las siete zonas económicas especiales decretadas durante el sexenio de Peña Nieto tienen un potencial de inversión a largo plazo de 42 mil millones de dólares y generar más de 360 mil empleos formales, de acuerdo con la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales.
De acuerdo con el último comunicado por parte de la Autoridad para el Desarrollo de las ZZE, cerca de 300 empresas tienen interés en invertir, pero ya son solo unas 80 empresas las que cuentan con una carta de intención que comprometen en conjunto 7 mil 100 millones de dólares.
Según la ley, las empresas que busquen ser ancla del desarrollo deberán ejercer una inversión mínima de 90 millones de dólares en cinco años, generar al menos 800 plazas de trabajo en ese lapso y ocupar con infraestructura productiva una superficie de 20 hectáreas.
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La administración de Peña Nieto dejó establecidos: marco jurídico federal, leyes estatales, cartas de intención de municipios y entidades avaladas por Congreso y cabildos, convenios de coordinación entre órdenes de gobierno, así como los Lineamientos para el Otorgamiento de Permisos, Asignaciones y Autorizaciones.
Sin embargo, el actual gobierno aún no publica las reglas de operación para licitaciones de proyectos en las ZEE, lo que ha generado atrasos e incluso incertidumbre entre los inversionistas, de acuerdo con lo declarado por el presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Ciudad del Carmen, Campeche.
Una ZEE es un área delimitada geográficamente donde se ofrece un entorno de negocios excepcional como: beneficios fiscales, régimen aduanero especial, marco regulatorio ágil, infraestructura Competitiva y programas de apoyo.
En materia de incentivos tributarios, el gobierno acordó otorgar un descuento de 100% en el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR), durante los primeros 10 años de operación, así como un beneficio de 50% durante los siguientes cinco años. Además, las ZEE gozarán de un trato de Impuesto al Valor Agregado (IVA) —similar al de las empresas certificadas en comercio exterior— y descuentos en cuotas patronales de 50% en los primeros 10 años y de 25% en los cinco años subsecuentes.
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De acuerdo con el Banco de México, todas las zonas, con excepción de Progreso en Yucatán, podrían desarrollar la industria agroalimentaria. Asimismo, se espera que las Zonas de Lázaro Cárdenas y Puerto Chiapas puedan establecer algunas industrias de proveeduría para el sector automotriz.
Por su parte, las Zonas de Champotón, Coatzacoalcos y Dos Bocas podrían desarrollar la industria química. En Salina Cruz, Puerto Chiapas y Lázaro Cárdenas se consideran como actividades relevantes las industrias eléctrica, electrónica y metalmecánica.
En lo que respecta a Puerto Progreso, se pretende impulsar las relacionadas con las tecnologías de la información, ya que actualmente existen más de 250 empresas relacionadas con esta industria según la declaratoria de la Zona.
Para el profesor Timothy Weaver de la Universidad de Albania, el error de las zonas de oportunidad radica en que se asume que las zonas donde se aplica son pobres porque las cargas fiscales son altas, lo cual espanta a los empresarios y sus inversiones, y en consecuencia se intenta bajar impuestos para atraerlos. Pero esto deja del lado otros factores, como la inseguridad, el tejido social, el nivel educativo, etc.
El profesor sostiene que “las políticas que empoderan a las personas para invertir en sus comunidades son mucho más exitosas que las exenciones de impuestos para los inversores” si lo que se quiere es desarrollo y abatir la pobreza.
Lilia Domínguez Villalobos y Flor Brown, académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, agregan en un artículo que “las experiencias internacionales más exitosas con Zonas Económicas Especiales se lograron gracias a una serie de condiciones, muchas de las cuales no están presentes en las zonas elegidas en México”.
“Es necesario avanzar en tres frentes: i) liderazgo del gobierno en las inversiones en infraestructura y educación; ii) una política de desarrollo rural que favorezca la organización de las comunidades en el nivel local y su participación en el diseño de proyectos y, iii) una política que reconozca el valor de los bienes públicos y detenga el deterioro de nuestros recursos naturales o incluso lo revierta” concluyen.
MÁS INFORMACIÓN: Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales
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