¿Jugaremos con fuego?

En los últimos dos días se publicaron dos malos datos que dejan ver el estado de la economía a través del lente de un sector muy sensible.
La actividad de la industria cayó -2.4% anual en diciembre, peor a lo esperado por los analistas, por lo que la industria cerró el cuarto trimestre de 2024 con una caída de -1.5%. Con esta cifra, el crecimiento industrial en todo el año se limitó a un pálido 0.1%.
Si bien el mal resultado de la industria en el año que terminó, se explica por la caída en la extracción petrolera y en la terminación de las grandes obras de infraestructura que emprendió el Gobierno anterior, lo más preocupante es el aplanamiento de las manufacturas de exportación, principalmente de vehículos, y las caídas en dos terceras partes de los subsectores de manufacturas. Hay una clara y amplia tendencia negativa en este importante motor de la economía al iniciar 2025.
Los otros malos datos que se publicaron recientemente fueron las fuertes caídas en enero para la producción, ventas y exportaciones de los llamados vehículos pesados, que son camiones, tractocamiones y autobuses. Estos equipos de transporte son parte de las inversiones que realizan las empresas, así que su caída en enero ya adelanta que la inversión habría comenzado 2025 con el pie izquierdo.
Además, 97% de estos vehículos se venden a Estados Unidos lo que refleja una menor demanda de los consumidores en nuestro principal socio comercial no solo en vehículos pesados, sino también en las compras de vehículos ligeros (autos y camionetas) que cayeron -14% anual en enero.
Incluso la caída ya reportada en la industria para 2024, amenaza con reducir aún más el magro crecimiento preliminar del PIB de 1.3%, desestacionalizado, que publicó Inegi. Si bien, la cifra final la determinará el comportamiento del consumo que representa dos terceras partes de la economía.
A lo anterior se agrega que estamos en una fuerte desaceleración en la creación de empleos formales. En enero solo se crearon 67% de los empleos generados en enero de 2024 y se prevé que en todo 2025 se generen menos empleos que el año pasado (de 174 mil) y que fue el peor año en una década.
Es evidente que los datos que se están publicando gritan a los cuatro vientos que el crecimiento de la economía mexicana ya se contabiliza con números negativos. Difícilmente el primer trimestre del año se librará de los números rojos y aún podría extenderse por algunos meses más.
La incertidumbre por erradas políticas internas a las que ahora se suman las constantes amenazas de Trump, son un lastre que está haciendo retroceder a la economía, mientras que otras economías competidoras siguen avanzando.
Ante esta realidad es preocupante que la narrativa gubernamental, e incluso de los líderes empresariales, sea de evasión o de disimulo. No se vislumbra la necesaria autocrítica que permita dialogar, evaluar y corregir para avanzar.
La carrera del sexenio aún es larga, pero por los resultados económicos que ya tenemos, repetir lo que pasó en los últimos seis años sería un desastre para México.
Colofón
La economía estadounidense da señales de calentamiento con un inquilino en la Casa Blanca enloquecido por encarecer nuestras exportaciones. ¿Acaso jugaremos internamente con fuego?
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