México y la trampa del ingreso medio
México es un país de ingreso medio y ha persistido en ese rango en su historia reciente. El Banco Mundial en 2024, definió a las economías de ingreso medio como aquellas con un ingreso nacional neto per cápita entre 1,136 y 13,845 dólares. Otra definición, también del Banco Mundial, define un país de ingresos medios como aquel cuyo PIB per cápita se sitúa entre el 5% y el 45% del PIB per cápita de Estados Unidos. La misma institución clasifica a los países en “la trampa del ingreso medio” a aquellos que han permanecido en esta categoría en 1960 y en 2008.
El Global Development Report del Banco Mundial dedicó su edición de 2024 al fenómeno de la “trampa del ingreso medio”. Ese reporte señala factores importantes para salir de esa trampa, como el fomento de la innovación, del capital humano y de la competencia en la economía, así como la promoción de una cultura de movilidad social y que premie al mérito.
Este 4 de diciembre nos reunimos investigadores del Hoover Institution (Universidad de Stanford) y del CIDE para presentar investigación y discutir la trampa del ingreso medio. Se trató de una de las reuniones convocadas por el Grupo para la Prosperidad en el Largo Plazo del Hoover, la cual en esta ocasión se llevó a cabo en México, en las instalaciones del CIDE. A continuación, explico algunas de las conclusiones.
Avidit Acharya y Stephen Haber de Stanford presentaron una teoría de economía política. Ellos sostienen que países de ingreso medio no logran la transición a ingreso alto debido a dinámicas políticas e institucionales que se reflejan en favoritismo del gobierno hacia grupos específicos de empresas, con lo cual restringen la competencia y la innovación. Como resultado, los niveles de bienestar son mayores que las economías de bajo ingreso, pero no alcanzan su potencial para ser una economía de alto ingreso. A través de un modelo teórico y estudio de casos, los autores destacan la interacción entre las estructuras políticas y el desarrollo económico.
Francisco Cabrera del CIDE planteó que una parte importante de los problemas del desarrollo, incluyendo la trampa del ingreso medio, radica en la formación de capital humano y la educación. México ocupa el último lugar en cuanto a conclusión de estudios entre los países de la OCDE.
Además de los factores estructurales de la educación en los países, hay choques que afectan la permanencia escolar. Cabrera presentó un estudio realizado junto con Emmanuel Chávez y Mateo Hoyos del CIDE sobre el llamado “shock de China”, el efecto del crecimiento global de ese país. El shock de China se ha reflejado en los mercados laborales, consecuentemente en la permanencia escolar. Los autores concluyen que en las regiones de México más expuestas a ese shock, aumentó la carga financiera de la educación y contribuyó a mayores tasas de deserción escolar. La relación entre educación y desarrollo también ha sido estudiada por Ericka Rascón del CIDE quien también participó en la reunión.
Por su parte, Mateo Hoyos, del CIDE, presentó un estudio que replantea la relación entre comercio internacional y crecimiento. Hoyos muestra que mientras que las reducciones arancelarias se asocian con un mayor crecimiento del ingreso en las economías manufactureras, se correlacionan con un menor ingreso en las economías sin una base sólida en manufacturas. Las reducciones arancelarias se asocian con aumentos de la productividad en las economías manufactureras, pero con disminuciones en las no manufactureras.
Stephen Haber y Jordan Horrillo presentaron un estudio histórico sobre la prosperidad de muy largo plazo, midiendo la dimensión de los mercados en todo el mundo. Los autores mostraron cómo en épocas pasadas la economía tuvo una relación con los factores geográficos como los ríos y lagos navegables, los puertos naturales y los suelos fértiles. Estos factores influyen de manera crítica en la extensión de los mercados y, por extensión, en el desarrollo económico a largo plazo. El argumento se basa en un planteamiento en la obra de Adam Smith.
En una mesa redonda en el cierre del evento, en la que participaron Alejandrina Salcedo, del Banco de México, Miguel Messmacher, del ITAM, y Fausto Hernández, del CIDE, se discutió la persistencia de México como economía de ingreso medio.
Salcedo identificó desafíos estructurales, entre ellos la poca innovación, problemas de competencia económica, incentivos insuficientes para la formalización de la actividad económica, insuficiente inversión en infraestructura y un estado de derecho débil. Hizo hincapié en la pregunta: "¿Hay un problema con la estrategia de crecimiento en sí o con su implementación?".
Messmacher sugirió que el desempeño económico de México ha sido afectado por shocks económicos negativos y alta informalidad. Como ejemplo, la ausencia de respuestas fiscales durante la pandemia provocó pérdidas significativas de capital físico. También enfatizó que es necesario mejorar las medidas para analizar la productividad y la informalidad.
Hernández señaló la importancia de identificar qué realmente refleja la informalidad económica en el largo plazo, ya que ésta se ha convertido en un lugar común, para estudiar las fuentes de crecimiento.
La persistencia de los niveles de crecimiento y desarrollo económico en México es un reflejo de la “trampa del ingreso medio”. Sin duda es un tema que requiere mayor análisis para entender mejor las fuentes del desempeño económico en México y sus regiones.