Economía en la frontera de la recesión
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La economía mexicana terminó el año pasado al borde de la recesión y solo necesitará un pequeño empujón para cruzar la frontera y entrar en zona de recesión técnica en el primer trimestre de 2025.
La economía perdió impulso al inicio de la nueva administración y entró en territorio negativo en el cuarto trimestre, cuando el nuevo gobierno comenzó con un presupuesto limitado y el sector privado se mantuvo a la espera. La economía no pudo evitar la desaceleración tradicional que ha acompañado las transiciones políticas en las últimas cuatro décadas.
Las cifras del PIB publicadas por INEGI confirman que la economía perdió fuerza al final del año, lo que marcó el primer trimestre de la nueva administración en el cargo. El PIB real ajustado por estacionalidad reportó una contracción de 0.6% en el cuarto trimestre respecto al trimestre anterior, cuando la economía creció 0.9%. En términos anuales, el PIB del trimestre avanzó un 0.5% después de un 2.4% un año antes. En el año, la economía solo creció un 1.5%, menos de la mitad del 3.3% reportado en 2023.
En el cuarto trimestre, la economía fue arrastrada por la contracción industrial y el debilitamiento de los servicios. La industria se vio afectada por las contracciones anuales en la minería y la construcción, ambas afectadas por el presupuesto federal limitado al inicio del nuevo gobierno, en tanto que la manufactura reportó estancamiento. Mientras tanto, los servicios se vieron afectados principalmente en las áreas relacionadas con el consumo, ya que algunas transferencias de dinero y gastos públicos se terminaron en el tercer trimestre por el gobierno saliente.
La debilidad económica se extenderá a la primera mitad de 2025, ya que el país enfrenta la amenaza de aranceles y deportaciones de Estados Unidos y la incertidumbre en torno a las reformas constitucionales ya aprobadas. Desafortunadamente, la economía debe navegar por aguas turbulentas, al menos durante la primera mitad del año, cuando el gobierno de Estados Unidos probablemente decida sobre su plan arancelario.
Estas nubes grises, externas e internas, tienen el potencial de afectar el comercio, detener la inversión y reducir el consumo. Todo esto podría exacerbar la debilidad económica de México en el primer trimestre y empujar a la economía hacia una recesión técnica, definida como dos trimestres consecutivos de contracción económica. Si los vientos en contra provenientes del norte empeoran, la economía mexicana experimentará al menos una estanflación, una situación caracterizada por la falta de crecimiento con alta inflación.
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