Inacción del gobierno podría ser la mayor barrera al nearshoring
Representantes de la iniciativa privada (IP) temen que una falta de promoción gubernamental pueda evitar que México alcance su potencial en nearshoring.
El concepto hace referencia a “la estrategia de externalización por la que una empresa transfiere parte de su producción a terceros que, a pesar de ubicarse en otros países, están localizados en destinos cercanos y con una zona horaria semejante”, de acuerdo con Thomson Reuters. Para las empresas que venden sus productos en Estados Unidos, México es una parte clave de la ecuación.
Esta idea de llevar las cadenas de suministro globalizadas un poco más cerca del destino final de las operaciones lleva siendo planteada desde hace años. Sin embargo, “la atención en el nearshoring ha crecido muy fuerte a raíz de la pandemia. Todos los continentes que ofrecían grandes beneficios por costos de producción se han visto afectados duramente por mayores tiempos logísticos y por el costo de exportación de bienes”, apunta Cristian Fraga Lagos, Business Owner de la firma de certificación Círculo de Proveedores.
Y aunque ahora mismo “se están moviendo intereses de cadenas de valor de Asia en general y China hacia América, y especialmente hacia México por sus ventajas para que esta inversión llegue con nosotros”, de acuerdo con Fernando Ruiz Huarte, director general del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), hay preocupaciones que el Gobierno federal no esté suficientemente involucrado.
“Me gustaría ver una participación más activa de la Secretaría de Economía (SE), el ente público más importante en el tema del nearshoring, para ver ese elemento de promoción de México. El programa de promoción que teníamos hace unos años ya no existe. Entonces valdría la pena un programa conjunto entre la SE, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) y las embajadas en países importantes para […] plantear a México como un receptor de inversión confiable”, dice Eduardo Díaz Gavito, vicepresidente de la Comisión de Aduanas y Facilitación Comercial de la Cámara Internacional de Comercio (ICC) México.
No sería la primera vez que la inacción (o acciones equivocadas) del Gobierno federal detiene el potencial comercial internacional del país.
Un análisis publicado por el Banco de México (Banxico) en 2019 concluía que la ventaja inmediata que el viejo TLCAN le había dado al país para colocarse en las cadenas de valor globales desapareció casi inmediatamente después que China se unió a la Organización Mundial del Comercio (WTO). Y el país asiático ganó relevancia, mientras México fue perdiendo terreno, porque Beijing hizo un esfuerzo concreto para fortalecerse domésticamente y hacer más atractiva su participación en las cadenas de suministros globales.
También expertos del exterior han empezado a advertir más recientemente que un enfoque equivocado o inexistente del Gobierno federal para la oportunidad del nearshoring podría arruinar el impulso.
En una serie de estudios del Peter Institute de Economía Internacional (PIEE) y el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) publicados a finales de 2021, se advertía que la posibilidad de llevar cadenas de suministro en China hacia México podría ponerse en riesgo conciertas políticas económicas regresivas y el incremento de la inseguridad.
“Mucho sí se puede lograr. Pero qué tanto vamos a lograr dependerá mucho del acompañamiento que logre hacer el Gobierno con las empresas que quieran venir […]. Es importante que la SE trabaje en esta atracción de inversión, le dedique recursos y personal. Y también hay un tema de estado de derecho: que se refleje un ambiente adecuado para invertir, que se respeten las reglas y los contratos. Eso nos permitirá aprovechar el potencial que tenemos” dice Mylene Cano, economista en jefe de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) nacional.
Nearshoring en México
A pesar de estos riesgos, Cristian Fraga Lagos considera que la tendencia de traer cadenas de suministro a México, así como las fortalezas del país, son demasiado fuertes como para fallar. “Nuestros valores competitivos aportan más para un resultado más positivo de lo que nuestras barreras podrían llevar a un desenlace negativo. Es mucho más factible que sí suceda este nearshoring [a que no]”, asegura.
Otros expertos concuerdan con la idea que el atractivo de México en el contexto del nearshoring sería más potente que otros efectos negativos. De acuerdo con Mylene Cano, “las disrupciones de la pandemia no van a durar para siempre. Pero sí han hecho que se replanteen las decisiones de inversión. Las empresas ya no pueden pensar que eventos parecidos no volverán a suceder. Y también hay otros elementos que hacen que México se vuelva más atractivo, como el tratado de libre comercio […]. Esos incentivos permanecerán más allá de las disrupciones”.
Si esta interpretación es cierta, hay mucho que México puede ganar. De acuerdo con un estudio de la firma Bain & Company, hay un potencial de incrementar año con año entre 6% y 7% el valor de las exportaciones de México al resto del mundo, lo que equivaldría a unos 8 mil millones de dólares (MD) anuales adicionales a lo que las ventas al exterior generarían sin esta tendencia.
Lo anterior sería posible porque el nearshoring tiene el potencial de consolidar actividades productivas en México que hasta ahora no han desarrollado una presencia fuerte en el país.
“Donde hemos visto más interés en trasladarse para México es en el sector de eléctricos y electrónicos, enfocándose más en insumos y bienes intermedios, no tanto en productos terminados. Para las empresas es más interesante trabajar en bienes intermedios que luego puedan ser usados en diferentes industrias”, apunta Eduardo Díaz Gavito.
Y en este contexto, de acuerdo con Fernando Ruiz Huarte, está la puerta abierta para ser parte de la producción de componentes mucho más sofisticados. “Hay una oportunidad importante en los semiconductores, los circuitos integrados […]. Aunque la inversión para producir estos chips es altísima, podríamos fabricar algunas partes y piezas que hoy se traen de Asia"
"Y otro rubro interesante son las baterías […]. Las grandes fábricas de baterías podrían ponerse en Estados Unidos y nosotros encargarnos de algunas piezas y partes”, señala Ruiz Huarte.