La estrategia de Powell causará “dolor” a Biden de cara a las elecciones
Controlar la inflación en los Estados Unidos podría llevar a su economía a una grave desaceleración, aumento del desempleo e, incluso, a la derrota de Joe Biden en su intento de reelección.
El aumento generalizado de los precios, cuyo efecto sobre el bolsillo de los votantes es uno de los más visibles, ha acompañado prácticamente todo el gobierno del demócrata que tomó la presidencia en enero de 2021 hasta alcanzar niveles no vistos desde los años 70, uno de los más oscuros episodios de la economía estadounidense.
Con la inflación cuadruplicando el rango objetivo de 2% de la Reserva Federal (Fed), el máximo órgano monetario de la Unión Americana decidió en marzo de este año sacar la “artillería pesada” en su guerra contra el alza de precios. Sin embargo, como toda guerra, los efectos colaterales no serán la excepción.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, un veterano del sector financiero estadounidense quién ostenta el cargo por segunda ocasión -luego de haber sido propuesto por un primer periodo por el expresidente republicano Donald Trump- ha tomado el mando de una Fed que todavía para finales del año pasado esperaba alzas moderadas hasta 2023 a una que ha dicho que la medicina monetaria causará “dolor” a las familias y empresas.
¿Cuantas veces creen que Powell haya mencionado la palabra "pain" o derivados durante la conferencia de prensa de hoy?
Como referencia, en la última (27/jul) solo los mencionó dos veces.— Luis Gonzali (@LuisGonzali) September 21, 2022
"Ojalá hubiera una forma indolora de hacerlo, pero no la hay. Lo que tenemos que hacer es subir las tasas hasta el punto en que ejerzamos una presión a la baja significativa sobre la inflación. No hemos renunciado a la idea de que podemos tener un aumento relativamente modesto del desempleo. No obstante, tenemos que completar esta tarea", dijo Powell en su conferencia de prensa luego de la decisión de política monetaria del miércoles 21.
A diferencia de otros bancos centrales como el Banco de México, la Fed cuenta con un mandato dual que la obliga a velar por la estabilidad de los precios y, además, procurar el pleno empleo; sin embargo, en sus últimos pronósticos el propio emisor central reconoció que en 2023 la tasa de desempleo volvería a crecer al pasar del 3.8% actual, hasta 4.4%.
Esto es especialmente peligroso bajo el horizonte cercano. Cerca de la mitad de los analistas del sector privado consideran que los Estados Unidos entrarán en recesión entre 2023 y 2024, para -de no detenerse la inflación- llevar a la economía más poderosa del mundo a un escenario de “estanflación” como en los 70.
El Fed tendrá que apretar hasta abatir la inflación. El festín era insostenible. La medicina será amarga.
— Manuel Sánchez (@mansanchezgz) September 22, 2022
Esta evolución ilustra cómo las políticas fiscales y monetarias pueden amplificar el ciclo económico: primero, acrecentando el ascenso y luego, ahondando el declive.
De darse este escenario significaría que durante la presidencia de Joe Biden no solo se habría dado una inflación histórica durante la primera mitad de su gobierno, sino que la segunda sería condenada a sufrir la mayor recesión del país desde la crisis financiera del 2008.
La gestión económica de Biden sería clave para alcanzar nuevamente la presidencia en un país profundamente dividido como Estados Unidos, donde el presidente llegó con el 51.38% de votos.
A la fecha y muy cerca de la renovación de la Cámara de Representantes el próximo noviembre, la aprobación del 46 presidente estadounidense se recuperó a 45% luego una breve pero significativa caída al 36% en julio, según una encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research.
Sin embargo, en relación con su liderazgo económico solo el 38% lo aprueba, cifra que podría reducirse aún si a la inflación se le suma el bajo crecimiento y la pérdida de lo que la Fed espera sean 1.2 millones de empleos.
La sombra del efecto Volcker
Si bien al día de hoy, el empleo se mantiene creciendo de forma saludable, el pronóstico de la Fed responde a su decidida estrategia de alzas que alcanzará el 4.50% para principios de 2023 y no volverá a bajar hasta por lo menos el próximo año.
En su discurso en Jackson Hole, el encuentro de inversores, banqueros, burócratas internacionales, analistas y académicos más importante en materia de Bancos Centrales, Powell volvió a citar a quien durante los últimos meses parece haberse vuelto su principal referente: Paul Volcker.
Paul Volcker, quien fuera el titular de la Fed de 1979–1987, fue el encargado de enfrentar la brutal inflación de los año 70, desplegando una igualmente brutal subida de tasas que abonó al hundimiento de la economía a principios de la década de los 80.
El precio de la política de Volcker, si bien logró domar el desbocado caballo inflacionario, también terminó por provocar una caída del PIB (-)0.3% en 1980, un incremento en la tasa de desempleo de alrededor de 7.5% durante más de 5 años, que desembocó con la derrota del demócrata Jimmy Carter -quién cargó con el costo político de la guerra inflacionaria- frente Ronald Reagan en los comicios de 1980.
Durante su más reciente intervención pública de este viernes en el Fed Listens -un evento donde buscan escuchar la opinión del público sobre la estrategia de política monetaria y en el que se reunieron por primera vez en nueve años todos los gobernadores del Sistema de la Reserva Federal-, Powell señaló que es posible que el país esté entrando en una “nueva normalidad”, luego de las interrupciones de la pandemia de COVID-19, un panora mas incierto pero que podría marcar un punto de inflexión para la tendencia de crecimiento previa de los EU.
Este fin de semana, una encuesta de ABC News-Washington Post, muestra que los votantes demócratas y simpatizantes prefieren que el partido demócrata no postule a Joe Biden a la reelección presidencial en 2024, mientras que su partido estará luchando en las elecciones intermedias, la aprobación de su trabajo se encuentra por debajo del 40% y su administración económica está bajo fuego.