Focos amarillos en las exportaciones ante la desaceleración de la demanda de EU
A la industria mexicana podría “acabársele la fiesta” próximamente, conforme el mercado estadounidense exija menores importaciones.
Pese al fortalecimiento de la inversión en el sector, la demanda de la industria estadounidense podría darle una mala racha a la manufactura de exportación mexicana, pues las condiciones crédito, consumo y empleo en el vecino del norte ralentizarán el boom que se ha visto en los últimos meses.
El sector manufacturero de Estados Unidos continuó en expansión pero a un ritmo más lento desde que inició la recuperación de la pandemia. Según el Indicador de Pedidos Manufactureros, en septiembre la industria estadounidense reportó su nivel más bajo desde hace doce meses, pasando de 60.8 puntos en escala de 100, a 50.9.
“Durante los últimos cuatro meses, las empresas han reportado el relajamiento de los nuevos pedidos de insumos, algo que el indicador de septiembre refleja como ajustes ante una potencial disminución de la demanda en el futuro cercano”, destacó el informe elaborado por el Institute for Supplies Management (ISM).
El PMI manufacturero del ISM cayó inesperadamente a 50.9 pts en septiembre, lo que apunta al crecimiento más lento del sector desde las contracciones de 2020. Esto es señal de que la economía estadounidense podría seguir desacelerándose hacia el cierre del año. pic.twitter.com/mr6spDB1Z0
— Janneth Quiroz Zamora (@Janneth_QuirozZ) October 3, 2022
De las seis mayores industrias manufactureras estadounidenses, la fabricación de maquinaria, equipo de transporte, alimentaria, y de electrónicos continuaron mostrando crecimientos de fuerte a moderados el mes pasado. Del otro lado de la moneda, las industrias en contracción fueron la fabricación de muebles, textiles, productos de madera, impresión, productos de papel, industria química y productos metálicos.
El comportamiento de las industrias es similar en ambos lados del río Bravo, pues también en México la manufactura se encuentran en nivel mucho menores a los del pico alcanzado en el tercer trimestre de 2021.
Según el Índice de Pedidos Manufactureros mexicano, en septiembre hubo una reducción de 0.36 puntos, ubicándose en 51.2 puntos, por debajo del pico de 54 puntos alcanzado apenas en marzo de este año.
Los componentes que más destacaron dentro del IPM fueron los correspondientes al volumen esperado de pedidos, que registró una disminución mensual de (-)0.39 puntos, el de la oportunidad en la entrega de insumos por parte de los proveedores, con (-)2.09 puntos y el de inventarios de insumos con (-)0.09 puntos.
El Indicador Multidimensional de la Manufactura BBVA (IMM BBVA), también había anticipado la desaceleración de las manufacturas mexicanas. En agosto el IMM BBVA creció 6.4% en agosto anual con lo que el promedio de la variación interanual de los dos primeros meses de 3T22 fue de 5.8%, 0.9 puntos porcentuales por debajo del 6.8% observado en el mismo periodo anterior.
“Por su parte el Indicador IMEF manufacturero se ubicó en territorio de contracción (49.4), por segunda ocasión durante el año (tras registrar un nivel de 51.2 en julio), reforzando la señal de debilidad en la manufactura durante el tercer trimestre del año”, se destacó en el informe elaborado por BBVA Research.
El documento también destaca que en términos de capacidad utilizada, tres subsectores de actividad (que representan el 54% de la producción manufacturera en el país) se encuentran aún por debajo de su nivel prepandemia: la industria alimentaria, (-)4.9% por debajo de su nivel pre-COVID; la fabricación de equipo de transporte, (-)4.3% y la industria química (1.3% por debajo).
A viejos retos se le suma menor capacidad de endeudamiento
Algunas de las limitantes que está enfrentando la industria siguen siendo los mismos que hace un año, como la alta inflación de los energéticos (petróleo y gas), encarecimiento de los servicios logísticos y escasez de chips semiconductores.
Este último ha golpeado duramente en todo el proceso de recuperación a la industria automotriz, la más importante de México, y que, pese a recuperarse en los últimos meses, no se espera una reactivación total hasta por lo menos principios de 2024.
Otras limitantes han comenzado a desvanecerse, como los altos precios de los metales industriales, principalmente el acero, aluminio y cobre, cuyo precio a regresado a niveles prepandémicos en los últimos meses. Sin embargo, donde terminan los problemas inician otros.
“El negocio anda flojo debido a la inflación y las tasas de interés. Es difícil encontrar empleados debido a que los competidores incrementan los salarios que ofrecen”, señaló al ISM un informante de la industria metálica en los Estados Unidos.
El aumento de las tasas de interés en los Estados Unidos ha tenido un mucho mayor efecto en el vecino del norte no solo por la velocidad en el alza de las tasas, sino porque, a diferencia de México, el nivel de bancarización de la sociedad estadounidense –cercano al 94% en comparación al 37% mexicano- permite a la Reserva Federal impactar directamente al consumo de las familias y empresas.
El caso de la industria automotriz estadounidense –la principal cadena productiva México-Estados Unidos- es particularmente riesgoso, pues junto al elevado precio de los vehículos en el vecino del norte, los riesgos de la restricción monetaria han destrozado los objetivos iniciales de las ventas para 2022.
Según la consultora especializada Cox Automotive, las ventas de vehículos en los EU serán de 13.7 millones, una revisión desde los 14.4 millones de la proyección previa y 2.3 millones por debajo de la estimación a principios de año (16 millones), que esperaba superar las ventas de 2021 (15 millones).