Economía imparable: EU, refinería, Tren Maya y hasta Inegi la harían crecer 3.5%
Los economistas están corriendo detrás de las cifras del crecimiento económico buscando ponerse al día con sus pronósticos de corto plazo. Y la carrera aún no termina porque la economía mexicana puede sorprenderlos aún más que en el primer semestre.
Ya algunos analistas ven un alza del PIB de 3.5% para el año, o incluso mayor, impulsada por una economía estadounidense que le ha dicho adiós a la recesión en el corto plazo con un sector manufacturero con un muy fuerte arrastre sobre las exportaciones mexicanas, pero también ayudada por efectos estadísticos, como el cambio de base para el cálculo del producto interno bruto (PIB) que INEGI dará a conocer esta semana.
Las cifras han obligado a los analistas a ser mucho más optimistas sobre el futuro desempeño económico del país. Hace un mes, solo el 9% de los encuestados por Citibanamex esperaban un crecimiento del PIB de 3% o superior, pero en la última encuesta este porcentaje se elevó abruptamente al 45%, después de que a finales de julio se dio a conocer que el PIB del segundo trimestre creció 3.6% a tasa anual desestacionalizada, muy por encima del consenso de 3.2%. De los 31 encuestados, 14 grupos de economistas respondieron que la economía crecerá 3.2% en el año, en promedio; pero JP Morgan, Vector, BNP Paribás y Finamex prevén que será entre 3.4 y 3.5%.
Los resultados han sorprendido a los economistas, particularmente por un extraordinario comportamiento de los servicios en general -con gran impacto en el PIB nacional-, del comercio al menudeo -principalmente de las ventas por canales digitales-, de la producción en el sector agropecuario, del repunte de la construcción impulsado por las obras de infraestructura, y de un mercado laboral fuerte con bajas tasas de desocupación y alzas en los ingresos reales, además del crecimiento incesante de las remesas mes con mes. Esos factores, junto a un importante dinamismo de la industria automotriz y electrónica, arrojaron resultados no previstos al inicio del año cuando los pronósticos avizoraban una recesión en ciernes.
Si bien los nubarrones de recesión en Estados Unidos (EU) y México no han desaparecido por completo del horizonte, prácticamente se han descartado para este año, y los analistas cuestionan si el 'aterrizaje suave' para México realmente se verá en el tercer trimestre.
En un análisis reciente, el economista en jefe para México y Canadá de Bank of America (BofA) Securities, Carlos Capistrán, escribió que el buen comportamiento de la economía mexicana se explica, además del mejor desempeño de la economía estadounidense, por el término de los grandes proyectos de infraestructura del gobierno que seguirá impulsando la construcción, y por los efectos cada vez más palpables del nearshoring en el mercado laboral y en las inversiones. BofA incrementó a 3.2% su pronóstico de crecimiento para este año en México.
Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, afirmó, en una entrevista divulgada el jueves, que la economía mexicana se mantendrá en una ruta de crecimiento de entre 3 y 4 por ciento por los siguientes años, principalmente por la materialización de la relocalización de empresas hacia el país y por el mayor dinamismo de la construcción. Yorio comentó que el gobierno, además de los incentivos fiscales para las empresas que se asienten en el Corredor Transístmico, también anunciará apoyos fiscales para proyectos en sectores como electrónicos, microprocesadores, automotriz, farmacéutico y aeroespacial, relacionados con el nearshoring.
Cambio de base de INEGI, ¿factor de alza?
El crecimiento mexicano después de la pandemia y el horizonte promisorio para las inversiones no han sido exactamente la consecuencia deliberada de un plan previamente establecido al interior del país. Para Roberto Durán, un economista especializado en desarrollo regional y quien forma parte del Grupo de Trabajo sobre Nearshoring del Tecnológico de Monterrey, estas nuevas expectativas de crecimiento y de inversiones no "están llegando por un proceso de fortalecimiento institucional en México, por reformas estructurales, porque hayamos hechos inversiones estratégicas en infraestructura, o por incrementos estructurales en el capital humano. Nos están llegando porque las estructuras del mundo globalizado que conocimos en los últimos 20 años se están fragmentando”.
En un artículo reciente, los economistas Santiago Levy y Luis Felipe López-Calva reconocen avances del gobierno de López Obrador en la recaudación tributaria, en las condiciones del mercado laboral y en la pensión universal, pero también retrocesos en "el uso de mecanismos no contemplados en la legislación para frenar o modificar proyectos de inversión", además de los cambios en la regulación del mercado eléctrico que han generado incertidumbre para las inversiones y el crecimiento futuro.
El hecho es que la economía mexicana, contra todo pronóstico, crecerá más allá de lo previsto e, incluso, su salto de este año podría ganar impulso adicional por factores de mero cálculo estadístico. El martes 29 de agosto el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentará nuevas cifras del Sistema de Cuentas Nacionales de México actualizadas con base en el año 2018, según lo informó previamente. Con esto, los datos del PIB y de los diversos sectores económicos sufrirán una actualización que, según expertos, podría ajustar a la alza el crecimiento esperado, dado que ganarán peso sectores como el de los servicios, que han sido muy dinámicos.
"El cambio de año base de 2013 a 2018 puede significar un cambio en la trayectoria del PIB; en particular, no me sorprendería que fuera un crecimiento más alto, pues normalmente los sectores más dinámicos tienen mayor peso", dijo Julio Santaella, ex presidente de INEGI, aunque aclaró que no tiene elementos para asegurar que será un cambio significativo.
Para Rodolfo de la Torre, director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias y ex miembro del Grupo Técnico Especializado en la Medición del Ingreso y el Bienestar del INEGI, dado que la economía mexicana es predominantemente de servicios, "los precios relativos de algunos servicios por el cambio tecnológico podrían tener algún efecto" al alza en el PIB por el cambio de ponderación. "Sin embargo, no espero que este cambio sea grande", dijo.
Sin embargo, con expectativas ya fincadas por encima del 3% de crecimiento del PIB para el año, la actualización de INEGI podría dar un impulso adicional a los nuevos pronósticos de crecimiento para 2023 y 2024, que presentará Hacienda al Congreso el próximo 8 de septiembre junto con el Paquete Económico 2024.
Y en EU, "riesgos" por mayor crecimiento
Pero además de los factores favorables para sostener el dinamismo económico, hay otro muy poderoso para México: Que la marcha económica del vecino del norte sigue a buen ritmo e, incluso, acelerándose en el corto plazo. Prácticamente no hay evidencia de que la economía de EU se esté contrayendo. Si bien es cierto que puede ocurrir cualquier cosa hacia adelante en un entorno global con varias interrogantes abiertas, como la guerra en Ucrania y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la economía estadounidense no es una que esté al borde del abismo.
Los economistas en EU están elevando sus pronósticos para el crecimiento en el tercer trimestre, mientras que la inversión manufacturera no se detiene. James Bullard, ex presidente de la Reserva Federal de St Louis, Missouri, a la que renunció en julio pasado y un veterano de la Reserva Federal estadounidense, en una entrevista con The Wall Street Journal advirtió que "la economía estadounidense enfrenta nuevos riesgos de un crecimiento más fuerte que podría requerir tasas de interés más altas", según citó el diario el miércoles.
Los redactores de la revista británica The Economist, están de acuerdo con la perspectiva de Bullard, si bien creen que "es casi seguro que el pronóstico actual exagera el vigor de la economía", como lo escriben en su más reciente edición. Y al igual que Bullard, comparten la preocupación de que "un crecimiento tan fuerte desemboque en un sobrecalentamiento que engendre un problema de inflación duradero", como el mercado ya lo ha advertido en los marcadores de los bonos del gobierno.
Con una economía estadounidense creciendo a mayor velocidad de lo esperado, las exportaciones mexicanas también seguirán creciendo más de lo previsto, si bien podrían perder fuelle hacia la última parte del año. O no.