Toma de posesión de Donald Trump sólo alargó la incertidumbre de México
De hoy en adelante América estará siempre en primer lugar, aseguró el nuevo Presidente de Estados Unidos.
Durante el discurso de toma de posesión Donald Trump no anunció decisiones concretas respecto de lo que hará con el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá, así como la política migratoria.
Lo único que hizo fue refrendar de manera clara y enfática lo que promulgó reiteradamente a lo largo de su campaña, que dirigirá a la nacion más poderosa del mundo con una visión proteccionista y nacionalista, suficiente para que la industria maquiladora y los inmigrantes sin documentos en ese país confirmaran sus temores.
“Seguiremos dos reglas sencillas: comprar productos estadounidenses y dar empleo a estadounidenses […] Negociaremos con otras naciones con la premisa de que cada quien debe poner por delante primero sus intereses,” dijo el Presidente número 45 de Estados Unidos.
Durante su primer discurso Trump se refirió a Estados Unidos como si fuera un país al que hubiera que rescatar de los abusos de otros países.
“Toda decisión sobre impuestos, comercio, migración será hecha para beneficiar a las familias estadounidenses, protegeremos nuestras fronteras de saqueos de otros países,” dijo.
“Volveremos a reconstruir el país con mano de obra estadounidense […] vamos a recuperar nuestros empleos, nuestras fronteras, nuestra riqueza y nuestros sueños,” agregó.
El neoyorquino arranca su administración con el nivel de popularidad más bajo que haya tenido un Presidente, de entre 32% y 43% de aceptación.
El primer hombre que llega a la Casa Blanca sin una carrera política que lo respalde prometió que su administración sería el inicio de una nueva era para hacer a “América grande otra vez.”
Por lo menos para México lo será.
Incertidumbre será una palabra popular en los próximos días
A partir de hoy inmigrantes, empresarios, analistas de mercado y los funcionarios de alto nivel en la presidencia de la República, entre otros actores, estarán esperando cualquier noticia que los lleve a saber con claridad que decisiones tomará el nuevo Presidente entorno a la política migratoria y la relación comercial con el país.
La idea de que Estados Unidos está en desventaja con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte podría llevar a Donald Trump a replantear las condiciones de la relación bilateral con una clara ventaja para el país que lidera.
Trump pondrá en juego un tratado comercial con más de dos décadas de existencia y un flujo mayor a los 500 mil millones de dólares, el cual se ha forjado a través de una alta integración de los sectores manufactureros en ambos lados de la frontera. Actualmente Estados Unidos compra el 78% de lo que México produce y le vende la mitad de los productos que requiere para su economía.
¿Qué quiere cambiar Trump?
Los detalles se desconocen aun, pero desde que inició el año Trump ha estado adelantando una serie de medidas que afectarían a México, entre otras razones, porque limitarían el flujo de dólares.
Una de ellas es la intención de reducir el Impuesto sobre la Renta a las empresas instaladas en Estados Unidos e imponer un impuesto de ajuste fronterizo a las importaciones mexicanas para compensar el hueco que dejaría la primera medida en las arcas públicas.
El impuesto fronterizo podría ser de 35% para las empresas que trasladaron su producción a México y luego exportan hacia Estados Unidos, según ha amenazado Trump.
Ambas medidas podrían ser un fuerte aliciente para que empresas completas o líneas de producción de la industria maquiladora instaladas en México -principalmente la industria automotriz- migren hacia el otro lado de la frontera norte.
Trump podría imponer reglas más estrictas de contenido nacional tanto a las empresas instalada en Estados Unidos como a las que arman sus productos a través de las diversas líneas de producción instaladas a ambos lados de la frontera, pronostica un análisis de Citibanamex.
Si Estados Unidos aplica medidas para rebalancear el Tratado de Libre Comercio a su favor los flujos de inversión extranjera directa se limitarán a 25 mil millones de dólares y la tasa de crecimiento a 1.2%, pronostican los analistas.
¿Qué opciones tiene México?
“México tiene que estar listo para pararse de la mesa,” dice el economista Luis de la Calle, uno de los actores que participó en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994.
Es preferible perder el Tratado de Libre Comercio y dejar que el flujo comercial entre ambos países se rija bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio, antes que negociar condiciones que perjudiquen a México en el corto plazo.
En ello coincidieron De la Calle y Jaime Serra Puche, ex secretaría de Hacienda y también uno de los negociadores del tratado en 1994, durante un foro organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
“El peor escenario en materia comercial sería que con el afán de continuar con el instrumento que se tiene hoy en día aceptáramos medidas que nos llevaran a lo que los economistas llaman un comercio administrado […] Eso para nosotros sería fatal porque terminaríamos en incertidumbre, tendríamos un problema de corrupción gravísimo que distorsionaría los precios relativos, cuyas distorsiones hemos podido eliminar con la apertura,” señaló Serra.
A FONDO: Toma de posesión del 45° Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
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