Voto latino, el sufragio de la decepción, hispanos salieron a votar por el mal menor

"Hillary a lo mejor no es la opción buena, pero es la mejor para mi gente”, dice Fernando Martínez de 27 años, quien trabaja en un taller de hojalatería arreglando carros chocados en Idaho.
8 Noviembre, 2016 Actualizado el 9 de Noviembre, a las 20:51
Trump supo ganarse a la clase obrera estadounidense con dos promesas que inspiraron su bolsillo: restituiría los empleos y protegería los salarios.
Trump supo ganarse a la clase obrera estadounidense con dos promesas que inspiraron su bolsillo: restituiría los empleos y protegería los salarios.
Arena Pública

Ni Clinton, ni Trump, ningún candidato los convence, pero uno de ellos tiene que gobernar.

El desaliento se percibe entre la población latina que vive en Estados Unidos. 25 millones se registraron para dar su voto, pero varios de ellos lo emitieron sin estar convencidos, apostaron por aquel que creyeron el “mal menor,” así lo revelan testimonios recogidos por Arena Pública.

“Los dos candidatos me dan miedo, Hillary me parece muy hipócrita y se le reconoce que está muy capacitada para el cargo, pero es corrupta, con Trump sabemos a qué atenernos, aunque sea muy explosivo”, dice Adriana de 35 años, una ciudadana americana de origen colombiano que pidió el anonimato porque ha sido juzgada en las redes sociales por ser latina y apoyar al republicano que se ha pronunciado abiertamente contra la migración.

La religión de Adriana peso en su voto, ella es ama de casa y cristiana evangélica. Trump le ofreció algo que Hillary no, la promesa de prohibir el aborto, despenalizado en Estados Unidos.

"Les puedo decir que si [Trump] se convierte en presidente, los cristianos evangélicos tendrán un verdadero amigo en la Casa Blanca," ha dicho el pastor de la Primera Iglesia Bautista, Robert Jeffress, quien dirige a 11 mil miembros en Dallas, Texas y tiene un programa de radio que se escucha en 760 estaciones de Estados Unidos.

Trump supo ganarse además a la clase obrera estadounidense con dos promesas que inspiraron su bolsillo: restituiría los empleos que, según él, México le arrebató a Estados Unidos al llevarse las fábricas a través del Tratado de Libre Comercio; y protegería los salarios, que se han depreciado por la entrada masiva de latinos que abaratan su trabajo.

“Trump es un gran comunicador sin duda, Hillary no tiene esa capacidad de comunicación, Trump cualquier cosa pequeña la hace grande. Y la gente se lo celebra…mientras que Hillary durante toda su campaña fue una mujer más cauta y racional”, explica Roberto Heftye, analista político y profesor de Derecho en la Universidad Iberoamericana.

 

Prefiero un ladrón que un loco

Los que piensan que el mal menor es Hillary Clinton han expresado su preocupación por que Trump cumpla las promesas de deportación masiva y cierre de fronteras al comercio y los migrantes.

Un grupo de personas que no estuvieron dispuestos a perdonar los insultos y excentricidades del magnate neoyorquino son los cubano-estadounidenses exiliados en Miami, una ciudad donde se ha arraigado el voto republicano.

A pesar de su desacuerdo con la política de Hillary, esta vez los cubanos podrían no darle el voto a Trump.

"Los Clinton son ladrones, pero prefiero a un ladrón que a un loco", dice Jossie Ramírez, una jubilada de 61 años que llegó en marzo de 1960. "Es casi un analfabeto, no puede controlarse, tiene un desorden de personalidad”, agregó la mujer afiliada al Partido Republicano durante 43 años, en entrevista para la agencia de noticias AP.

Los ciudadanos de origen mexicano están preocupados porque el triunfo de Trump podrían significar la separación de su familia.

“Por los comentarios racistas, esa es la razón más grande de porque yo no decido votar por el otro, es como voltearme contra mis propias raíces, mis papás, mi familia, de donde vengo yo, al votar por Trump. Hillary a lo mejor no es la opción buena, pero es la mejor para mi gente”, dice Fernando Martínez de 27 años, quien trabaja en un taller de hojalatería arreglando carros chocados en Idaho.

Ferni, como le dice su familia, no se tomó la molestia de ir a votar porque pensó que no haría la diferencia, pues Idaho es un estado donde tradicionalmente los cuatro votos del Colegio Electoral son republicanos.

“Mi familia estaría en peligro, tengo familiares indocumentados todavía, su comentario de él era que le iba a quitar la ciudadanía hasta a los que se hicieran ciudadanos, yo me hice ciudadano hace poco, también sería por eso que no votaría por él, ojalá que no gane”, dice. Su mamá y tres hermanos todavía no son ciudadanos.

El caso de Roberto Ortiz de 53 años es diferente porque toda su familia es ciudadana. Él voto por Hillary en solidaridad con sus paisanos.

“En realidad no estoy ni de un lado ni del otro, pero el otro señor ha hecho muchas payasadas […] Ella ha prometido que va ha ayudar en la reforma migratoria, Obama también lo prometió, pero no lo cumplió. Yo creo que tiene uno que irse de perdido con las promesas porque el viejo ese nos quiere correr, él no nos quiere aquí, para mí la opción es esa, y no porque sea partidario, sino se oye más mejor y por la demás gente, hay que ser partidario con los paisanos”, asegura quien se dedica a cuidar caballos en un rancho de Indio, California.

 

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