A los patrones se les carga la mano con el pago de la seguridad social en México
Trabajadores y patrones no jalan parejo con los gastos de la seguridad social.
La regulación mexicana es la más desproporcionada de América Latina y el Caribe en lo que se refiere a aportaciones a la seguridad social, lo reveló el más reciente estudio de Impuestos al salario realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con datos a 2013.
En México el pago de la seguridad social -acceso a la salud, ahorro para la vivienda y pensión- se recarga en el patrón, quien aporta el 90% de ese gasto, mientras que el trabajador aporta tan sólo el restante 10%. El dato se refiere unicamente a trabajadores solteros que perciben un salario promedio, según el estudio del organismo internacional.
Antes de 2013 esa fórmula tenía una razón de ser. Al patrón se le deducían de impuesto el 100% de los gastos destinados a pagar prestaciones sociales de los trabajadores. Pero a partir de 2014, un decreto del Presidente Enrique Peña Nieto cambió la jugada, limitó a entre el 47% y el 53% la deducibilidad de los empleadores.
Desde hace dos años la fórmula de aportaciones a la seguridad social desincentiva a los patrones para que generen empleos formales, pues proveer de seguridad social a un trabajador les implica un alto costo. En América Latina y el Caribe el gasto se distribuye en una proporción muy diferente a la elegida por el gobierno mexicano, en promedio el trabajador aporta el 36% y 64% el empleador.
El desincentivo se corrobora en los hechos, en México casi el 60% de los trabajadores se ubican en la informalidad, donde no pagan impuestos, pero tampoco cuentan con prestaciones sociales.
La fórmula tampoco incentiva a los trabajadores para que sean más corresponsables con el financiamiento de su seguridad social. En países como Argentina, Panamá y Bolivia, por ejemplo, los trabajadores aportan a su seguridad social entre el 38% y el 43% del total, en otros como Uruguay la aportación es pareja en 50% para patrón y trabajador.
En México la baja aportación de los empleados a su seguridad social se está convirtiendo incluso en un problema, en lo que respecta a pensiones, por ejemplo, la aportación de sólo 6.5% a la cuenta individual de ahorro para el retiro concluirá en que los trabajadores obtengan tan sólo la tercera parte de su salario al jubilarse -ello si su aportación es constante en el tiempo- y no el 70% de su salario, que es lo deseable.
La Hacienda también le carga la mano al trabajador
México es el único país de América Latina y el Caribe donde el trabajador paga un impuesto personal que afecta directamente su ingreso. La carga fiscal equivale al 8.5% de su salario bruto.
Este impuesto sin igual bien podría convertirse en una aportación a la seguridad social por parte del trabajador, y así equilibrar la carga que se le impone al patrón. Si ello sucediera la contribución a la seguridad social en México sería muy cercana al promedio del continente, los trabajadores pasarían de aportar el 10% del gasto en seguridad social al 33%, mientras que las aportaciones del patrón se reducirían del 90% actual a 66%.
Los impuestos al salario pagados por México son los sextos más altos del continente, con una proporción de 27% sobre los costos laborales totales, una cifra más alta que el promedio de América Latina y el Caribe, donde los impuestos al salario equivalen a 21% del costo laboral.
A FONDO: Impuestos sobre los salarios en América Latina y el Caribe (versión en inglés). OCDE, 2016.
MÁS INFORMACIÓN: Suprema Corte privilegia intereses del gobierno por encima de los trabajadores. Arena Pública, 26 de septiembre de 2016.