Agricultura inteligente en México para la seguridad alimentaria ¿qué tan factible es?
La crisis climática, la nueva regionalización del comercio global y el aumento en los precios de los alimentos compromete la seguridad alimentaria, de allí que los investigadores y gobiernos están buscando transformar los sistemas agroalimentarios para hacerlos más eficientes y sostenibles.
El problema que enfrenta el mundo sobre seguridad alimentaria no es poca cosa. 193 millones de personas padecieron inseguridad alimentaria en 2021, según un reporte reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre la crisis alimentaria que enfrenta la población mundial, particularmente en los países en desarrollo.
Esta problemática se agudiza con un crecimiento poblacional que no se detiene. En 2030 se estima que la población en México alcance 138.1 millones de habitantes, lo que requerirá producir 14% más de alimentos. Y a nivel global el Banco Mundial (BM) estima que será necesario producir alrededor de un 70% más de alimentos en 2050 para alimentar a una población de 9 mil millones de personas.
La agricultura inteligente apunta a ser una solución, entre otras, ante este panorama, pues tienen una mayor productividad, reduce la vulnerabilidad frente a sequías, plagas o patrones meteorológicos, y produce menos emisiones de CO2 por kilo de alimento producido, de acuerdo con el propio BM. Basf, el gigante químico alemán con importantes desarrollos e investigaciones sobre tecnologías agrícolas, prevé que con este tipo de agricultura para 2030 se producirán 30% menos CO2 por tonelada de cultivo producido de trigo, soja, arroz, canola y maíz.
Además, si bien el costo de implementación de tecnologías es mayor al tradicional, el rendimiento también lo es: “El costo de producción de los adoptantes fue mayor en 36.3% comparado con la tecnología tradicional; en tanto que el rendimiento aumentó en 102% y el ingreso neto se incrementó en 322.6 %”, destacan Mercedes Borja Bravo, Venancio Cueva Reyes y Alejandra Vélez Izquierdo, investigadores y autores del informe Impacto económico de la adopción de tecnología para la producción de frijol en condiciones de temporal en el norte centro de México, publicado en la Revista Ciencia de la Universidad Autónoma de Tamaulipas en 2020.
Se le ha llamado agricultura inteligente a la dotación de tecnologías a los productores del campo a fin de que cuenten con información en tiempo real sobre sus cultivos a través de cualquier dispositivo conectado a internet, a la vez que les da la posibilidad de operar remotamente los equipos agrícolas con lo que tienen mejor control general sobre su producción.
Con estas tecnologías los productores tienen acceso instantáneo al monitoreo de sistemas de riego, temperatura, salinidad y humedad del suelo, clima, aplicación de fertilizantes, refrigeración de bodegas, almacenamientos, combustibles en maquinarias, etc. Con estas tecnologías los productores obtienen mayores eficiencias y rendimientos de sus cultivos, así como un mejor aprovechamiento de las tierras y de sus recursos. Es el aprovechamiento de las tecnologías de la información y el big data para una mayor competitividad de los sistemas alimentarios.
En países como Australia y Brasil el uso de la tecnología ha demostrado que puede reducir los costos de producción en más de 50%, según se publica en Desafíos y propuestas para lograr la seguridad alimentaria hacia el año 2050, publicado por la Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, revista científica editada por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
El artículo de la revisa científica mexicana añade que “México tendrá limitaciones para que pueda ser extensivo este modelo a todo el país, por los costos de esta tecnología, situación orográfica y socioeconómica, pero sí en regiones que por años han mostrado una mayor cercanía a la agricultura de altos insumos como son los estados del norte”.
Sin embargo, este tipo de agricultura aún no llega al país con fuerza, pues su implementación requiere contar con cobertura de internet en los lugares más remotos: “El principal obstáculo para implementar este mecanismo es extender hasta los lugares menos poblados la cobertura de la red 4G, se trata de un requisito mínimo para el funcionamiento del internet de las cosas”, dijo William Nazaret, director ejecutivo de Spica Telecom, empresa dedicada a la implementación de servicios de conectividad en zonas rurales de México, citado por El Ceo.
Si bien el gobierno actual pretende comunicar a todo el país con internet a través del programa “Internet para todos” a fin de “garantizar internet gratuito en plazas públicas, escuelas, hospitales y los 10 mil Centros Integradores de Servicios del gobierno federal”, como lo ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador, la infraestructura para su desarollo aún es limitada en el territorio nacional.
Con todo, existen algunos avances en el país que pueden ser detonadores de estas tecnologías en el campo. “Hoy el IoT (internet de las cosas) ya lo encontramos en la agroindustria, en la utilización de sensores que permite medir todo lo que se requiere para hacer sustentables las cosechas”, dijo Salma Jalife, presidenta de la organización Centro México Digital (CMD) en una entrevista anterior.
El Programa Anual de Trabajo 2022 del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ofrece perspectivas halagüeñas sobre la cimentación de una infraestructura inteligente y georeferenciada, así como la expansión de licitaciones de espectro y bandas que requieren 5G, lo que serían buenas noticias para una apuesta como la agricultura inteligente.