La pandemia desnudó la necesidad de seguridad social universal: OIT
Deben crearse nuevos mecanismo para extender la cobertura de los servicios de seguridad social, especialmente luego de la pandemia, recomendó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Sólo el 47% de la población mundial tiene acceso a por lo menos una prestación social, mismas que tienen fuertes diferencias en su capacidad de protección según el país del que se hable, señaló la OIT en su Informe Mundial sobre la Protección Social 2020-22. La cifra se hace más pequeña cuando se considera el porcentaje de personas en vulnerabilidad que tienen acceso, solo el 33%.
Según el organismo internacional, la pandemia de COVID 19 desnudó las desigualdades mundiales en la protección estatal a la población, pues mientras los países ricos implementaron medidas extraordinarias con gastos nunca antes vistos para cubrir a poblaciones históricamente desprotegidas, en los países de ingreso medio y bajo ha dado lugar a un “déficit de estímulos” derivado en gran medida de las importantes brechas de cobertura y financiamiento.
En México, el mas reciente reporte de Pobreza Multidimensional publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló que desde el 2018 y hasta 2020, el porcentaje de la población sin acceso a los servicios de salud pasó de 16.2% hasta el 28.2%.
Si bien las cifras del Coneval consideran tanto las personas adscritas a los seguros de salud estatales como privados, el mínimo porcentaje de la población con acceso a seguros de salud privados -tan solo 0.8%- permiten comprender la importancia de la cobertura de seguridad social estatal en sus distintos esquemas.
La mayor parte de quienes quedaron sin acceso a la salud en este periodo son aquellos que estaban afiliados al Seguro Popular y quedaron en desprotección en medio del proceso de transición al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
Gobierno mexicano ha fallado en proteger a los más vulnerables
El Informe de la OIT destaca que la cobertura de seguridad social también es profundamente desigual según el grupo social del que se hable.
Los sistemas de seguridad social a nivel mundial adolecen de cobertura para la mayoría de los niños, personas con discapacidad, desempleados y trabajadores del sector informal, este último siendo un grupo con particular importancia para el caso mexicano.
Según rescata el Coneval, en México donde la tasa de informalidad alcanza el 56.5%, la desprotección llega de manera paralela a poco más de la mitad de la población.
La carencia de los mexicanos a los beneficios de la seguridad -además del acceso a la salud- como créditos para la vivienda, jubilaciones y otra prestaciones pasó de 46.5% a 48% en el mismo periodo, sin embargo, el porcentaje sigue muy por debajo del promedio en las América que llega hasta el 64%. Con todo y la gravedad del tema, las acciones gubernamentales ha sido poco eficientes para combatir las faltas.
En sus Consideraciones presupuestarias 2022, el Coneval señala que el único de los programas sociales actuales que incide fuertemente sobre el acceso de la población a la seguridad social son la Pensiones del Bienestar para adultos mayores, mientras otros cinco programas -incluyendo los de salud, a IMSS-BIENESTAR, Atención a la Salud y Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social- no se cuenta con evidencia de su impacto o este es mínimo.
A pesar de su nivel de incidencia y de contar con el presupuesto más alto (135,662 millones de pesos) entre los 20 programas con más recursos, las pensiones para adultos mayores han sido calificadas con un desempeño bajo. Así mismo, el programa de atención a personas sin seguridad social ha sido evaluado como el más deficiente de todos a pesar de los 74,767 millones que tiene destinados.
Para resarcir estas carencias durante el 2022, el organismo evaluador recomendó al gobierno mexicano atender las manifestaciones más agudas de la emergencia con medidas de corto plazo como la ampliación de la cobertura integral de protección social hacia los grupos más afectados por la pandemia para luego consolidar la cobertura de manera permanente en sintonía con la OIT quien llama a no reparar en gastos para proteger a la población.
“Hay que evitar la tentación de volver a la consolidación fiscal para hacer frente a los enormes desembolsos de gasto público que requiere la COVID‑19. Las crisis anteriores han demostrado que la austeridad deja profundas cicatrices sociales, perjudicando a los más vulnerables de la sociedad”, señaló el informe de la OIT.