Los retiros de las afores cuestionan la recuperación del mercado laboral
Los mexicanos siguen sacando recursos de sus fondos para el retiro porque perdieron su empleo formal o porque están subocupados en la economía informal.
En su último reporte de empleos formales el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) presumió que había más de 20.7 millones de plazas registradas al cierre de octubre. Una cifra que ya supera las 20.6 millones de plazas que se contabilizaban a finales de febrero de 2020, previo a la llegada de la pandemia de la COVID-19.
Aunque esta estadística sugiere una recuperación de las plazas laborales formales en el país, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) registra que en octubre más de 175 mil personas habían solicitado algún retiro de fondos por desempleo, un incremento de 1.48% con respecto a las solicitudes del mes anterior.
También el monto total retirado del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) se incrementó ligeramente entre septiembre y octubre en 0.48%. Es decir, aún cuando el IMSS muestra una recuperación del empleo formal en México, éste solo dato es insuficiente para dar por terminada la crisis del empleo de 2020, porque una cantidad importante de mexicanos continuan recurriendo a retirar recursos de sus fondos de jubilación.
Subocupación e informalidad, las causas
De acuerdo con Adriana García Hernández, coordinadora de análisis económico de la organización México, ¿Cómo vamos?, la recuperación de los empleos formales perdidos no soluciona el problema del empleo en el país. Para García este hecho se traduce en que “llevamos un año y 10 meses sin crear ninguna plaza adicional para las personas que se están uniendo al mercado laboral”.
De acuerdo a estimaciones de Manpower, en México existe alrededor de 1.2 millones de jóvenes que se suman cada año al mercado laboral. En este contexto es posible que el alza en los retiros por desempleo estén siendo realizados por personas que perdieron su empleo durante la pandemia y que tal vez no pudieron regresar a sus antiguas plazas, desplazados por estos nuevos integrantes de la Población Económicamente Activa (PEA), ni encontraron nuevos puestos.
A eso se deben sumar las estadísticas de precarización laboral que reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al tercer trimestre del año. En este reporte se reveló que la tasa de informalidad (en la población ocupada no agropecuaria) había crecido a 51.8%, por arriba del 49.2% que se registraba al cierre del tercer trimestre del 2020.
Esta mayor proporción de personas en la economía informal, así como la persistencia de una muy considerable tasa de subocupación (individuos que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su actual empleo les permite) también explican, de acuerdo con Adriana García, que sigan al alza los retiros de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).
“La persona que está empleada en una plaza formal [ante el IMSS] no es la misma que está haciendo retiros de sus Afores. Podría ser su cónyugue. O podrían estar ocupados, con menos horas, en el sector informal. Antes de la pandemia, la tasa de subocupación era de 8.4% [y ahora es de 12.9%]. Aunque los puestos registrados ante el IMSS ya se recuperaron a lo que eran en 2019, los trabajadores no están encontrando trabajos que necesitarían para proveer a sus familias con los recursos necesarios”, asegura.
Estos mayores niveles de retiro por desempleo también se explican por el tipo de personas que lo están haciendo. Según las estadísticas de la Consar, el monto promedio retirado en octubre por cada individuo en el Sistema de Ahorro para el Retiro fue de 10,860 pesos. En administradoras como Coppel y Azteca (que tienen un buen posicionamiento entre el público de estrato socioeconómico bajo), el monto promedio retirado en octubre fue de 7,423 y 6,896 pesos, respectivamente. Mientras que en Sura y Profuturo (más populares en el estrato socioeconómico medio) el monto promedio retirado asciende a 19,308 y 24,983 pesos, respectivamente.
Y si bien es cierto que el último salario base de cotización tiene un rol crucial para determinar los montos que se pueden retirar, también lo es que la población de clase media es la que tiene la mayor representación en las cifras de desocupación del Inegi. En el tercer trimestre del 2021, de 2.4 millones de personas desempleadas, casi 1.3 millones eran del estrato socioeconómico medio bajo, más del 52%.
Estos factores, apunta Adriana García, sugieren que “la reactivación económica no está siendo suficiente para decir que a México le está yendo mejor que antes de la pandemia. Ya antes de la crisis sanitaria, la situación no era la ideal”.
Así, asegura la economista de México Cómo Vamos, que el gobierno debería trabajar en la reconfiguración de la economía mexicana de forma que se fomente la formalización de los negocios y se facilite el acceso a la seguridad social para los trabajadores. Por el momento, dice, la perspectiva del mercado laboral es negativa.
“Desgraciadamente, la mayor parte del empleo queda en la informalidad. Estamos perdiendo la oportunidad de hacer una modificación en el mercado laboral […]. Durante el confinamiento, se pudo haber repensado cómo funciona el sistema de trabajo en México. Y no se hizo”, concluye García.