Falsa alarma: no hay recesión en Estados Unidos, pero el riesgo existe
El repunte en la tasa de desempleo en los Estados Unidos en el mes de julio activó uno de los indicadores de recesión más populares hoy en día: la regla Sahm. La reacción de los mercados no se hizo esperar. Ahora, los mercados descuentan que la Reserva Federal recortará su tasa de interés de referencia el próximo mes en medio punto porcentual y no en un cuarto de punto, como se preveía antes del reporte de empleo. Algunos analistas y operadores incluso no descartan un recorte antes del anuncio programado para el 18 de septiembre.
En este sentido, ¿realmente la economía se encuentra en recesión? ¿La tasa de interés amerita recortes más abruptos o a mayor velocidad?
La regla de Sahm establece que, cuando el promedio de tres meses de la tasa de desempleo supera en 0.50 puntos porcentuales la tasa mínima de desempleo de los últimos doce meses, la economía está en recesión. Esto ocurrió con el incremento en la tasa de desempleo en los Estados Unidos, del 4.1% en junio al 4.3% en julio.
Sin embargo, Claudia Sahm, la economista que diseñó dicha regla, descartó que la economía estadounidense esté en recesión. Su regla, por ahora, no aplica. Sahm explicó que el incremento en el desempleo obedece sobre todo a una mayor oferta de trabajadores, en particular, migrantes, y no necesariamente refleja debilidad en la demanda de trabajo; incluso, por esto, el potencial de crecimiento de la economía es mayor, una vez que los migrantes encuentren trabajo.
En efecto, de acuerdo con el National Bureau of Economic Research, una recesión es “una contracción apreciable de la actividad en toda la economía, que dura más de unos pocos meses y que generalmente afecta la producción, el empleo, el ingreso real y otros indicadores”. Diversos indicadores que son parte de esta definición, entre ellos, la producción industrial, el ingreso y las ventas al menudeo, están muy lejos de los niveles registrados en pasadas recesiones.
Ante este escenario, la definición clásica de recesión: caída en el producto interno bruto durante dos trimestres consecutivos, ya no aplica.
Por su parte, el modelo GDPNow del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, con datos al 8 de agosto de 2024, anticipa un crecimiento del 2.9% en el tercer trimestre de 2024, en comparación con el 2.8% que se registró en el segundo trimestre de este año. Este modelo incorpora rutinariamente cada una de las cifras que se van publicando y que componen el producto interno bruto. La recesión no es evidente en los próximos meses.
No obstante, no debemos descartar que más adelante se registre una recesión y que el mercado laboral se debilite significativamente de manera temporal; una depresión económica, en cambio, acarrearía desempleo persistente. Todas las recesiones se asocian con periodos prolongados de restricción monetaria, esto es, de tasas de interés a plazos cortos mayores a las tasas de interés a plazos largos, técnicamente, de una inversión en la curva de rendimientos. El periodo en que la curva de rendimientos ha estado invertida en la actualidad en los Estados Unidos es uno de los más largos en la historia económica. Asimismo, el exceso de ahorro creado durante la pandemia ha desaparecido y todavía está por verse el impacto de la restricción monetaria a nivel global sobre la actividad económica, pues opera con un rezago considerable.
En particular, no debemos de perder de vista el Indicador Adelantado de la actividad económica, diseñado precisamente para anticipar la trayectoria de la economía. Este indicador ha caído durante treinta meses al hilo y, aunque recientemente la magnitud de las caídas se ha moderado, sugiere una contracción de la economía en el corto plazo, de hecho, tan pronto como el tercer trimestre de 2024, contraviniendo lo estimado por el modelo GDPNow.
Así, la probabilidad de recesión es relativamente alta, alrededor del 35%, según diversas estimaciones. Sin embargo, predecir una recesión es sumamente complicado, incluso al considerar que se trata de un proceso y que la recesión es visible, parte del ciclo económico; un tema diferente es cuando las recesiones son causadas por eventos inesperados, como actos terroristas, conflictos bélicos, pánico financiero o, más recientemente, pandemias. Lo cierto es que debemos vivir con una incertidumbre significativa sobre el panorama económico.
Los datos disponibles sugieren que la economía tendrá un “aterrizaje suave”, en el caso extremo una ligera recesión, máxime que ahora la Reserva Federal tiene un “colchón” muy amplio para actuar en caso necesario. Si las condiciones lo ameritan, puede llevar, de nuevo, su tasa de interés a cero. Esto es, cuenta con 525 puntos base para soportar el crecimiento económico.
Ante la incertidumbre para pronosticar una recesión, lo prudente es realizar ajustes graduales en la tasa de interés y calibrar poco a poco la postura monetaria. Sí son probables tres recortes en la tasa de fondos federales este año, pero de 25 puntos base cada uno. En el anuncio de política monetaria del próximo 18 de septiembre, conoceremos lo que piensan los integrantes del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal cuando actualicen sus pronósticos económicos y establezcan la guía futura sobre la tasa de fondos federales.