El nuevo mercantilismo de Donald Trump

El neomercantilismo de Trump no se reduce a un proteccionismo comercial, va más allá y no son buenas noticias para México.
8 Enero, 2025
Donald Trump.
Donald Trump.

Donald Trump visualiza la economía como una serie de negociaciones donde las ganancias de unos son necesariamente las pérdidas de otros.

Desde esta perspectiva puramente redistributiva del poder y la riqueza mundiales, Trump desea sacar la tajada más grande para su país, ya sea en lo comercial, en lo migratorio o en los recursos públicos para sostener el orden internacional. Estas no son buenas noticias para México, aunque se intente buscar el lado positivo de este nuevo mercantilismo.

El mercantilismo del siglo XVI proponía acumular riqueza en un reino exportando más de lo que se importaba. El superávit comercial se obtendría negociando las mejores condiciones de exportación y protegiéndose de las importaciones con tarifas y regulaciones. Estas ideas fueron desacreditadas desde el siglo XVIII, estableciendo que la riqueza nacional no era reducible al comercio, ni este era un juego ‘suma cero’ sino que todos los participantes en él pueden beneficiarse. Sin embargo, el mercantilismo nunca fue derrotado del todo.

El neomercantilismo de Trump no se reduciría a un proteccionismo comercial orientado a impulsar a los Estados Unidos en detrimento de China. De seguirse la variante impulsada por su líder estrella en eficiencia, Elon Musk, también se trataría de acumular capital humano en la forma de migrantes altamente calificados, expulsando a los demás. Adicionalmente, los recursos públicos que el gobierno norteamericano dedica a subsidiar a sus aliados y organizaciones multilaterales deberían regresar para el beneficio de los estadounidenses.

Una implicación de lo anterior es que Trump aplicaría aranceles y trabas legales a los productos mexicanos que vea como competencia directa a lo que su país exporta, exceptuando a bienes complementarios. Hay quien verá en esta distorsión una ‘oportunidad’, pero una consecuencia posible es que México frene actividades intensivas en tecnología y capital humano, las de mayor valor agregado y remuneraciones, dándole vía libre a las que produzcan insumos menos complejos para impulsar la productividad del vecino del norte.

Otra consecuencia es endurecer las medidas contra la migración indocumentada y abrir la puerta a la migración de los ‘ingenieros’ que busca Musk para la competitividad estadounidense. El atesoramiento de talento se alcanzaría negociando condiciones para la atracción y retención de trabajo altamente calificado y forzando a México a desanimar la llegada y tránsito de migrantes económicos, políticos y por razones humanitarias. Las oportunidades económicas serán para los más aventajados, no para los más necesitados.

Finalmente, el equivalente a la reducción del financiamiento para los aliados militares y las instituciones internacionales por parte de los Estados Unidos sería el recorte de la ayuda gubernamental para el combate al crimen organizado y el desarrollo de México. Estados Unidos se encargaría de su propia defensa ante amenazas externas, incluyendo intervenciones extraterritoriales, en vez de dar recursos públicos a quienes cree se aprovechan de ellos. El gasto gubernamental norteamericano se restringirá a su territorio.

El superávit comercial, la migración selectiva y el ahorro de presupuesto público pueden dar un alivio transitorio a los males estadounidenses, pero no detendrán tendencias económicas, demográficas o geopolíticas ineludibles. El nuevo mercantilismo será contraproducente a la larga, pero para cuando esto último ocurra, es posible que Trump esté fuera de la Casa Blanca.

Como otros presidentes populistas, Trump puede alcanzar una gran popularidad con las ideas equivocadas dejando que otros paguen las consecuencias.

Rodolfo de la Torre Rodolfo de la Torre Actualmente es Director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Ha sido coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana, y Director de El Trimestre Económico, del Fondo de Cultura Económica (FCE). Fue parte del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza en México. Es economista por el ITAM, y maestro en Filosofía de la Economía por la Universidad de Oxford.