La presión por los remanentes de Banxico
Las ganancias que obtuvo el Banco de México por la depreciación del peso en 2024 ya se ven como alivio para el Gobierno Federal que necesita dinero, y mucho, para reducir su abultado déficit.
Dado que se da por descontado que el banco central efectivamente entregará a más tardar en abril de este año los llamados ‘remanentes de operación’ a la secretaría de Hacienda, ahora el asunto se ha concentrado en el monto. En notas periodísticas recientes se habla de varios cientos de miles de millones de pesos que devolverán el aliento al gobierno de Sheinbaum.
Como puede verse, el asunto es de suma importancia. Y de allí las señales que se están lanzando desde la prensa. Ya nos imaginamos las crecientes presiones conforme pasen las semanas.
Esto de los remanentes de operación del banco central se explica porque cuando se deprecia el peso se producen ganancias cambiarias por la valuación en moneda nacional de las reservas internacionales. En 2024 el peso (Fix) se depreció 22.86%, al pasar de 16.9190 a 20.7862 pesos por dólar. Así que, tomando en cuenta y proyectando los resultados financieros del Banco de México publicados al tercer trimestre, es probable que el resultado del ejercicio 2024 sume entre 900 y 950 mil millones de pesos.
Este altísimo monto es lo que explica la especulación desatada en las oficinas públicas para transferir recursos del banco central al gobierno bajo la modalidad de remanentes de operación.
Sin embargo la Ley del Banco de México (LBM) es muy clara al respecto.
El artículo 55 de la LBM -explicado en un documento del propio banco central de julio de 2021- dice que "con el resultado del ejercicio, en primer lugar, se deben amortizar las pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores conforme al artículo 68 de dicha Ley”.
Pues bien, las pérdidas acumuladas del 2022 y 2023 (debido a la revaluación del peso) fueron por 728,684 millones de pesos. Con esto, el monto disponible se reduce a un rango de 170 a 220 mil millones de pesos. Nada despreciable aún.
Pero la propia Ley del Banco (artículo 53) establece: “deberá, siempre que sea posible, preservar el valor real de la suma de su capital más sus reservas e incrementar dicho valor conforme aumente el producto interno bruto en términos reales.”
Así que, aplicando lo que dice la ley del Banco, y tomando en cuenta la alta volatilidad cambiaria que plantea 2025 y la necesidad de reponer el capital del Banco, prácticamente se desvanece el monto disponible para los ansiados remanentes de operación.
Pero ésta última decisión lo debe resolver la Junta de Gobierno, según el artículo 46 de la propia Ley. Así que lo que se haga en materia de reservas del Banco con los restantes 50, 80 o 100 mil millones de pesos que queden lo resolverá la Junta de Gobierno del Banco de México. Y allí las presiones estarán a la orden del día, más aún cuando es conocido que la mayoría de los miembros de la Junta es afín a la 4T.
Aunque las cifras prácticamente no dan para entregar remanentes de operación al Gobierno Federal, estoy convencido que se hará. El reporte que publicó Standard & Poor’s el 13 de diciembre, 10 días después de la reunión que sostuvieron sus ejecutivos con la presidenta Sheinbaum y el secretario Ramírez de la O, señalaba con certeza que el Gobierno Federal esperaba recibir remanentes de operación del banco central.
Veremos el monto. Veremos al banco central.
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*Esta columna se publica simultáneamente en diversos diarios del país de Organización Editorial Mexicana, OEM.
Samuel García
Editor y economista. Fundador y director de Arena Pública. Fundó y dirigió El Semanario de Negocios y Economía. Fue director editorial de Negocios del Grupo Reforma y 'El Universal'. Director fundador de 'Infosel'. Fue profesor de la Maestría en Periodismo y Asuntos Públicos del CIDE y del Diplomado en Periodismo Económico de la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Máster en Periodismo Digital. Columnista, comentarista y consultor para diversos medios en México.
