Crisis logística global acelera relocalización de fábricas hacia México
Cada vez más empresas muestran interés por explotar la privilegiada posición geográfica de México por encima de los beneficios de producir en Asia.
El “tiro en el pie” que las compañías transnacionales están sufriendo en este año debido a la crisis de las cadenas internacionales de suministros, las está empujando a buscar lugares más cercanos a sus mercados finales donde relocalizar sus fábricas, una estrategia conocida como nearshoring.
Recientemente, la Cámara Suizo-Mexicana de Industria y Comercio -que incluye a gigantes industriales como Nestlé y financieros como Credit Suisse y UBS- , declaró a El Norte que varias empresas del país europeo estaban en planes de relocalizar sus plantas productivas desde China a México.
Las intenciones empresariales no han pasado desapercibidas por el gobierno, quienes en búsqueda de recuperar la inversión extranjera perdida durante la pandemia buscan explotar las nuevas posibilidades del nearshoring y el T-MEC.
Iván Cajeme Villarreal, economista en jefe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), explicó en el podcast Norte Económico que la reconfiguración de cadenas globales se aceleró debido a las crisis derivadas por el COVID 19 por lo que empresas, principalmente estadounidenses, están apresurando la relocalización de sus plantas. La secretaría espera que ello cause un efecto dominó que México pueda aprovechar en 2022, dijo.
La deslocalización u offshoring fue la estrategia más popular entre las empresas durante la década de los 80 y hasta bien entrado este siglo debido a la posibilidad de abaratar costos para las matrices al realizar la producción en países donde los salarios eran menores o las regulaciones estatales eran más favorables para la empresa.
Sin embargo, la crisis actual “ha reavivado la preocupación de algunos países europeos y americanos de depender de mercados asiáticos. Debido a ello y antes de presentarse la escasez de los circuitos integrados, tanto en Estados Unidos como en Europa se han venido realizando planes de fomento y dinamización para la inversión, estudio y capacitación para la producción de chips”, explicó Sergio Pérez, director ejecutivo de Servicios Corporativos Globales de Newmark, una de las mayores empresas logísticas del mundo.
La rama industrial más interesada en el nearshoring es la automotriz, que años atrás ya ha aplicado esta estrategia, como es el caso de las marcas estadounidenses General Motors, Ford y Stellantis, pero ahora no solo busca armar sino producir desde las pequeñas piezas en México.
Con la entrada en vigor de las nuevas reglas de origen del T-MEC, que establecen que un porcentaje específico de valor debe ser producido en alguno de los tres países que lo conforman, nuevas empresas más allá de las armadoras, como las de autopartes metálicas y plásticas, están decidiendo migrar su producción a México.
Durante este año China ha sido el país que más empresas está relocalizando a México, de acuerdo a una investigación de la consultora CBRE, llegando a adquirir más de 189 mil metros cuadrados de espacio industrial, por encima de Estados Unidos, con poco más de 100 mil m2 y Alemania con casi 100 mil m2. Además, Dinamarca, Canadá, Francia, Taiwán, Malasia, Corea del Sur y Suecia, son algunos países que están comenzando a adquirir más espacio para sus fábricas.
El corredor comercial TMEC, la joya de la corona
Si la cercanía de México con los Estados Unidos ya era atractiva, ahora aspira a serlo más con la creación del corredor comercial México-EU-Canadá.
El proyecto busca crear una mega línea férrea de 42,000 kilómetros que atraviese los tres países, desde las ciudades más importantes de Canadá hasta los puertos más importantes de México, entre ellos, el nuevo puerto de Mazatlán -de la mano de Caxxor, un integrador de proyectos de infraestructura- que aspira a tener una capacidad comparable a los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas.
La ruta ferroviaria recae principalmente en Kansas City Southern cuya línea férrea ya une a Estados Unidos y México y lo haría pronto con Canadá de concretarse el voto de los accionistas de Canadian Pacific este diciembre y los permisos de las autoridades regulatorias mexicanas, para conformar la nueva Canadian Pacific Kansas City Southern (CPKS).
El proyecto del corredor concluirá su primera etapa hasta el 2024, pero según Carlos Ortiz, director general de Caxxor Group ya hay más de 15 empresas de logística, compañías de comercio en línea, varias del sector de aviación y del ramo agrícola que están buscando establecerse en el país para aprovechar la nueva ruta. De acuerdo a Ortiz, se plantea crear una ruta logística de transformación en territorio mexicano.
No obstante, no todo es miel sobre hojuelas. Las expectativas deben moderarse, pues la adopción del nearshoring no significa que Asia dejará de ser la fábrica mundial en el corto ni mediano plazo.
Incluso cuando la crisis logística termine -según las estimaciones ésto ocurrirá en algún momento hacia la segunda mitad del próximo año- solo el 20% de las empresas estadounidenses están acercando su producción actualmente, dijo William Malone, economista en jefe para América Latina del Banco Mundial, en el foro La Nueva Globalización.
Pero es la incertidumbre política interna y sus impactos en los planes de relocalización de las grandes empresas, la que está jugando un rol fundamental que derriba las intenciones de inversión en nearshoring, según un estudio del Center for Strategic & International Studies (CSIS) y el Peterson Institute for International Economics (PIIE).
Entre las razones principales, dicen los expertos del CSIS y el PIIE, se encuentran las dificultades para abrir negocios en México, el acceso a la infraestructura energética y, particularmente, la incertidumbre sobre el cumplimiento de contratos y, en general, del cumplimiento del estado de derecho.
La reforma energética, presentada por el presidente López Obrador a finales de septiembre al Congreso que busca reformar la Constitución para fortalecer la rectoría, generación y distribución de energia eléctrica en manos del Estado, ha sido vista por la comunidad empresarial como un dique para sus planes de inversión.
"La concentración de las decisiones del gobierno mexicano en Palacio Nacional, provocan parálisis y desconcierto en las secretarías que deben operar y facilitar los proyectos", dijo un empresario que pidió no ser mencionado por su nombre para este reporte.