Buen Fin: Entre mayores precios, problemas de abasto y altas metas
A las metas del Buen Fin se les juntaron retos para superar a las ediciones pasadas, como la inflación y las crisis logísticas.
La semana de ofertas promovida por la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), en su onceava edición, plantea superar los 240 mil millones de pesos, ligeramente superior a los 238 mil 900 millones de pesos de 2020 y casi el doble que los 123 mil millones de 2019.
Alcanzar la nueva meta será complicado pues, a diferencia de 2020 cuando la décima edición fue extendida por 12 días consecutivos, en este año se retomó la duración tradicional de una semana.
César Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM explicó en conferencia de prensa que para alcanzar la meta de este año las ventas promedio diarias deberían ser de 34.2 mil millones de pesos, un hecho inédito.
Por ello parece más lógico comparar el resultado obtenido en este año con el de 2019, pero incluso así la onceava edición encuentra serias dificultades pese a que el país tiene muchas mejores condiciones sanitarias y económicas que en el año de la pandemia.
Ofertas en plena alza de precios histórica
De acuerdo a la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) el 51% de los consumidores planean comprar ropa durante el Buen Fin; y un 50% planea comprar un electrodoméstico, los productos más populares en la semana de ofertas.
Pero pese a las ofertas que puedan encontrar, los consumidores se están llevando un mal sabor de boca respecto a ediciones pasadas, pues estos productos son los que más han sido afectados por el alza de precios que azota el bolsillo de los mexicanos.
Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), las prendas de vestir registraron una inflación interanual de 5.16%, una alza del doble de lo registrado en años previos. Entre las prendas que más subieron de precio destacan los pantalones para hombre con 6.4%, los vestidos, faldas y pantalones para niñas con 5.8% y para mujer con 5.26%, así como los calcetines y calcetas para hombre con 5.76% de aumento.
En el caso de algunos de los electrodomésticos, los incrementos se dieron de un mes a otro como en el caso de las estufas cuyo precio se disparó 3.84% en octubre -más de cinco veces que en años previos. Para otros como los refrigeradores y las lavadoras, el aumento de precio se dió de manera gradual a los largo del año, subiendo 7.48% y 6.95%, respectivamente.
La directora general del Cluster de Electrodomésticos del Estado de Nuevo León (Clelac) Betsabé Rocha, dijo que el costo final de producción de este tipo de productos se ha encarecido poco más de 30%, aunque las empresas han tratado de absorber la mayor parte de estas alzas.
Se acaban los inventarios
La crisis internacional en las cadenas de suministro manufactureras, el aumento de precio y retraso de los envíos marítimos también está dando otra mala pasada al “Buen Fin”. “La principal restricción potencial serían el estado de las existencias de los almacenes en aquellas mercancías impactadas por los cuellos de botella logísticos y productivos globales”, explicó en entrevista Joel Virgen, analista económico independiente y director de Out Of The Box Economics.
La crisis logística global se concentra principalmente en Asia, donde el grueso de las empresas concentra la manufactura de sus productos, desde ropa y juguetes, hasta dispositivos electrónicos como celulares y computadoras.
Con la reactivación económica mundial y casos esporádicos de coronavirus azotando los puertos chinos, el número de buques en espera llegó a récords históricos a ambos lados del Pacífico, incluyendo los puertos mexicanos de Manzanillo y Ensenada.
La propia Hasbro y Nike, dos de las mayores marcas de juguetes y artículos deportivos, advirtieron desde hace meses que los retrasos de entrega podrían causar que los productos llegaran incluso después de la navidad. A estas dificultades se les suma la aparición de brotes de coronavirus en algunos de los mayores maquiladores del mundo oriental, como Vietnam, donde el gobierno suspendió la producción de fábricas que manufacturaban calzado para las marcas Adidas, Converse y New Balance.
La crisis logística también ha afectado la capacidad de producción de bienes duraderos y de importación en caso de los modelos chinos, surcoreanos y de otros países asiáticos, como pueden ser desde línea blanca hasta electrónicos como televisores.
Según reportó El Universal durante el tercer día del Buen Fin algunos modelos de pantallas, refrigeradores, lavadoras y computadoras ya estaban agotados o sin existencia en diversos establecimientos, a pesar de que hace unos días, el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), Héctor Tejada, y el director de relaciones con gobierno de la ANTAD, Manuel Cardona, coincidieron en que no existe desabasto y hay suficientes inventarios.
“Habrá algunos comercios que por temas portuarios tendrán sus mercancías en proceso de entrega, pero por eso estamos insistiendo con las autoridades para que esto se agilice y podamos tener inventarios suficientes para poder aprovechar el Buen Fin”, señaló Tejada.
En opinión de Virgen, el efecto de las disrupciones podría ser menor debido a que usualmente en el Buen Fin los almacenes suelen aprovechar sus inventarios y existencias a diferencia de los nuevos modelos, pero no descarta un mayor impacto hacia las ventas de fin de año, cuando los inventarios ya están más vacíos y se necesito resurtir.
Mayor propensión al consumo, pese a todo
Pese a que el contexto al que se enfrenta esta edición es agridulce, el director de Out Of The Box Economist cree que hay dos factores principales que podrían apoyar el desempeño del Buen Fin este año respecto al anterior.
“Primero, una mayor disposición y propósito de adquirir bienes duraderos y prendas de vestir reflejado en las últimas encuestas de confianza del consumidor. Segundo, el propósito estratégico de adelantar compras de fin de año”.
Según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), las intenciones de compra tanto de bienes durables como de ropa, zapatos y alimentos, se encuentran en niveles similares a los de 2018 y pese a la tercera ola, se han mantenido relativamente estables.
Además, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) los niveles de empleo formal ya alcanzaron los que se tenían antes de la pandemia, lo que mejoraría la capacidad de consumo de la población gracias, a pesar que el ingreso no se ha resarcido al ciento por ciento.
El Buen Fin durará hasta el 16 de noviembre con la participación de 130 mil establecimientos, si bien otras tiendas, como Walmart, lanzaron temporadas de ofertas propias.