Inflación, potencial riesgo para la bolsa de valores mexicana
Hay temores entre analistas bursátiles que la inflación pueda afectar el rendimiento de las acciones que cotizan en el mercado de valores en México.
De acuerdo con Javier Molina, especialista de mercados financieros de la plataforma de trading eToro, señala que ya hay alarmas en cuanto al tema de “inflación, que el petróleo se está disparando […], entonces hay que tener cuidado con los valores que más subieron [en 2020 y 2021] porque lo van a tener más complicado si los tipos de interés suben”.
Esto sería congruente con la evolución del valor de las acciones en las bolsas de valores, no solo de México sino de todo el mundo, durante el año pasado y lo que va de éste. Según Javier Molina, el valor de las acciones de aquellas empresas que dependen de tasas de interés bajas, como las marcas de tecnología, tuvieron un rendimiento excepcional en los últimos meses.
Ahora, precisamente a raíz de la rápida alza de precios en las economías globales, bancos centrales en todo el mundo han empezado a retirar estímulos y subir las tasas de interés para evitar un escenario de posible estanflación. Esto también aplica para México, a un ritmo que se está acelerando: Según la minuta de la última decisión monetaria del Banco de México (Banxico), solo uno de los subgobernadores votó en contra de aumentar la tasa de referencia en 25 puntos base.
Pero una deuda más cara no es la única forma en que la inflación podría afectar el rendimiento de las empresas en la bolsa mexicana. Juan Rich, director de análisis y estrategia del Grupo Financiero Bx+, apunta que el aumento de precios en energéticos y commodities haría que “en algunas empresas en algunas industrias en específico empiecen a ver presiones en sus márgenes por el tema de insumos y materias primas […] y algunos costos de logística que han empezado a pegar”.
Este impacto no sería menor. En datos recolectados por Investing, se refleja que el precio de casi todas las commodities en el transcurso del último año se ha incrementado en doble dígito, fuera del oro, plata, platino (que han caído) y el maíz estadunidense (cuya subida es de 8.49%). En ciertos casos, como gas natural (un insumo clave para el sector eléctrico), el alza es de triple dígito.
Amenaza a una bolsa estable
Estas preocupaciones se dan en un contexto de relativo buen rendimiento para el mercado bursátil nacional. El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), según datos de la misma emisora, cerró en más de 52 mil puntos el pasado 14 de octubre, la primera vez que tocaba ese nivel en más de un mes y un alza de ocho mil puntos desde el 31 de diciembre del 2020. Es decir, el equivalente a una variación porcentual de 18.26%.
Y no sería en lo único que la bolsa mexicana se ha destacado en el transcurso de los últimos dos años. Comparada con los mercados bursátiles de otras regiones (particularmente las bolsas de Estados Unidos), los valores de México se han comportado de una forma mucho más resiliente, asegura Lucero García, analista de inversiones de Citibanamex.
“En los movimientos intradía, a nivel global, las acciones inician la sesión a la alza y poco a poco hacia la mitad de la sesión empiezan a desinflarse; incluso en territorio negativo. Cuestión que no pasa con la BMV, que se muestra muy resiliente a esta situación […]. Técnicamente, la perspectiva es positiva porque está validando un nivel importante de soporte”, agrega.
De hecho, este nivel de resiliencia podría ya estar protegiendo al mercado bursátil del efecto de la inflación que los demás especialistas temen. Lucero García señala que, hasta ahora, la bolsa mexicana ha mantenido una tendencia alcista a pesar de los temores “que hay a nivel global de la estanflación, las decisiones de política monetaria de los bancos centrales y específicamente de la Reserva Federal de Estados Unidos y los temas que están sucediendo en China”.
Sin embargo, e independientemente de los temores por la inflación, la especialista señala que se espera que la tendencia del mercado bursátil mexicano se desacelere. Advierte que “ya las expectativas de crecimiento ya no son tan grandes como el año pasado o a principios de éste […]. Esperamos ahora que el mercado se comporte de una forma más lateral. Es decir, no veremos alzas tan verticales […] pero tampoco necesariamente vamos a ver una bajada”.