Prohibición china de iPhone: ¿independencia tecnológica o efecto colateral?
La prohibición de China al iPhone, la joya de la corona de Apple, se intensifica. Según informes recientes de Bloomberg News, agencias gubernamentales y empresas respaldadas por el estado en todo el país han instado a su personal a no utilizar dispositivos extranjeros, incluyendo los iPhones de Apple, como parte de los esfuerzos continuos de China para reducir su dependencia de tecnologías foráneas.
Las directivas formales de varias empresas estatales y departamentos gubernamentales en al menos ocho provincias, han señalado a empleados que favorezcan marcas locales, marcando un paso significativo en comparación con las iniciativas previas. Además, ciudades de nivel inferior, como Zhejiang, Shandong, Liaoning y el centro de Hebei, que alberga la fábrica de iPhone más grande del mundo, han emitido sus propias directivas verbales, según el informe de Bloomberg News.
Después de este movimiento, las acciones de Apple cerraron en números rojos, cotizando en 197.57 que representó una bajada del 0.27% después del cierre. Este descenso sigue una tendencia previa a la disminución en las acciones de la compañía después de prohibiciones similares en el pasado.
China ha emprendido, desde hace tiempo, su camino a una independencia tecnológica. A través de iniciativas como la actualización del sistema de estándares y la reducción de la dependencia de exportaciones manufacturadas, China ha buscado fortalecer su capacidad innovadora y competir globalmente mientras asume mayores responsabilidades en el contexto internacional.
En el año 2015, el gobierno chino presentó la estrategia "Made in China 2025" como un proyecto destinado a catalizar la transformación de la economía del país. Con un enfoque en fomentar la innovación y la tecnología en la manufactura de productos de alta tecnología, la iniciativa aspira a posicionar a China como líder global en tecnología avanzada y producción manufacturera. Un objetivo fundamental de esta estrategia es disminuir progresivamente la dependencia de China de la importación de tecnología y productos de alta calidad.
Además, en septiembre de este año, el gigante asiático publicó una lista de tecnologías que deben empezar a desarrollar de forma prioritaria, siendo los chips en 3, 2 y 1 nanómetros los protagonistas. China ha apuntado a priorizar el desarrollo de tecnologías propias, y el impulso a Huawei también es una prueba de ello.
Esta estrategia sería esencial, sobre todo frente al panorama de tensiones que se vive frente a Estados Unidos. Sin embargo, esto también podría resultar en ciertos efectos colaterales para la potencia asiática. Analistas como Daniel Ives de Wedbush Securities señalan que el impacto de una posible prohibición del iPhone podría estar siendo exagerado, ya que afectaría a menos de 500,000 iPhones de los aproximadamente 45 millones esperados para venderse en China durante los próximos 12 meses.
Además, durante el mes de septiembre, y por la misma prohibición a este modelo estadounidense de teléfonos, diferentes acciones de empresas chinas tuvieron descensos, lo que demuestra un impacto también para el gigante asiático. Este patrón podría repetirse, aunque esto, a su vez, también podría conducir a una intensificación de la competencia tecnológica y geopolítica, y tener impactos mayores a los territoriales.