Silicon Valley Bank: el autoengaño del seguro de depósito
El Silicon Valley Bank (SVB) era el banco número 16 de los Estados Unidos basado en sus activos. A fines del año pasado tenía 175 mil millones de dólares en depósitos y 209 mil millones en activos.
Fue cerrado y tomado por las autoridades financieras (Departamento del Tesoro, Reserva Federal y Corporación Federal de Seguro de Depósito, FDIC) el viernes, que anunciaron que a partir del lunes, 13 de marzo, solo estarían disponible para uso o retiro 250 mil dólares por cuenta, esto es, el límite del seguro de depósito.
Aquellos con depósitos superiores a esa cantidad recibirían un certificado acreditando el resto de su dinero en depósito, y lo irían cobrando a medida que se recuperara dinero del banco (por ejemplo por medio de la venta de sus activos).
La teoría suena bien, pero…
Un ejemplo impecable de cómo funciona, o se supone debe funcionar, el seguro de depósito: cubriendo a la gran mayoría de los simples mortales que no llegan a tener un cuarto de millón de dólares en una cuenta bancaria. De esa forma se rescata a muchísimas personas, y en su totalidad a quienes no tienen mucho dinero (al menos en esa institución financiera) y se minimiza lo que le cuesta al gobierno (esto es, a los contribuyentes) rescatar al banco.
Ese seguro o garantía da tranquilidad a muchos ahorradores y evitaría los pánicos o corridas bancarias (traducción literal de “bank run”). Al menos esa es la teoría desde que esa clase de esquema se instauró en los Estados Unidos en 1933 (en parte resultado de un pánico bancario que tuvo lugar en 1932).
El seguro de depósito ha sido imitado por muchos países. En México había en los hechos, aunque no legal, una cobertura total de depósitos hasta la década de 1990. El seguro de depósito, que está a cargo del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), asciende a 400 mil unidades de inversión (UDIs), aproximadamente 3.1 millones de pesos.
El problema es que la teoría no funciona cuando el banco es medianamente importante, como era el caso de SVB. Un cuarto de millón de dólares es una cantidad significativa para ciertas personas, reducida para otras, y nada para muchísimas empresas, sobre todo en una economía como Estados Unidos.
Empresas que de golpe pierden por lo menos una buena parte de su liquidez, y con ello su capacidad de pagar sueldos, proveedores y simplemente operar. Al menos hasta hace unos meses, una empresa tecnológica, Roku, tenía 487 millones de dólares depositados en ese banco, y otra, Roblox, 150 millones.
Un trabajador de Roku, por decir uno de numerosos ejemplos, deja de recibir su sueldo, lo que lo lleva a dejar de pagar su hipoteca o su tarjeta de crédito. Un proveedor que ya no cobra lo que se le debía deja de pagar a otros.
Son innumerables los ejemplos en que lo que se conoce como cadena de pagos empieza a romperse, todo empezando con un solo eslabón. Esto aparte de que los depositantes en otros bancos se empiezan a poner nerviosos, y a sacar con toda rapidez su dinero mientras pueden. Por sólido que sea, no hay banco que resista una súbita y fuerte retirada de fondos por una sencilla razón: no tiene la liquidez para cubrirlo, pues buena parte de sus activos no son líquidos (como ocurre con los créditos hipotecarios). El cierre de un solo banco puede desatar un pánico entre muchos otros.
… realmente no funciona
Es de suponerse que durante el fin de semana las autoridades buscaron un comprador para SVB, una entidad financiera que lo pudiera absorber y se hiciera cargo de todos los depósitos. Si fue así, no se encontró. Peor todavía, las autoridades de Nueva York cerraron otro banco, el Signature Bank, el domingo.
¿Qué hicieron esas autoridades en 1984 cuando quebró el Continental Illinois Bank, entonces el séptimo banco de Estados Unidos? Garantizaron todos los depósitos. ¿Qué ocurrió cuando en septiembre de 2008 esas autoridades se rehusaron a rescatar al cuarto banco de inversión, Lehman Brothers? Su quiebra arrastró a toda la economía global a una crisis profunda. ¿Qué hicieron a continuación en 2008-09? Garantizar todos los depósitos de la totalidad de los bancos, y lo mismo hicieron muchos otros países.
Los que de seguro perderán todo son los accionistas de SVB y Signature Bank, lo mismo que los acreedores de deuda emitida por esos bancos. Quizá perderá dinero el contribuyente estadounidense, aunque el comunicado conjunto del Tesoro, Reserva Federal y FDIC del 12 de marzo dice que no será así (lo que en estos momentos es incierto). Lo cierto es que cubrir la totalidad de los depósitos es el menor de los males, y muestra de paso el impresionante autoengaño que es el seguro de depósito.