Alfabetización mediática, asignatura pendiente en México
La pandemia por la Covid-19 enfatizó la importancia de educar contra las fake news. Diversos países en el mundo, como España, Italia o Suecia, incorporaron la alfabetización mediática en su plan de estudios; sin embargo la lucha contra la desinformación desde las aulas aún no llega a México.
En México, el 66% de la población es incapaz de reconocer una noticia falsa. Además, fue el segundo país en la “epidemia de la desinformación” en 2020, después de Turquía, de acuerdo con Luis Ángel Hurtado, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, citado por la Gaceta UNAM, el medio informativo de la mayor casa de estudios del país.
“En el contexto educativo mexicano, se ha hecho mucho énfasis en el uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC)...saber manejar el dispositivo y sus componentes externos (saber hacer), poco se habla del desarrollo del sujeto como gestor y creador de información (saber ser), elemento fundamental en el contexto de la sociedad del conocimiento y habilidad clave de la alfabetización digital", dice Rebecca Rodríguez Ríos, profesora e investigadora de la Universidad Intercultural de San Luis Potosí, en su artículo Pensamiento crítico y alfabetización digital en la escolaridad mexicana: crisis a la luz de la posverdad, publicado en junio de 2021.
Además, el pensamiento crítico es clave en el perfil de egreso de la educación básica de acuerdo con los planes de estudios vigentes de la Secretaría de Educación Pública al 2021 (e incluso en el plan propuesto para 2022), sin embargo, Rebecca Rodríguez considera que como lo plantean los planes de estudio “puede no ser suficiente en el entramado complejo de pensamientos a la luz de Internet a pesar de las reformas educativas constantes.”
Se suele tener la creencia de que, a mayor cantidad de noticias consumidas al día, mayor informado se está sobre lo que ocurre; sin embargo, con frecuencia no sucede así. Tan solo, Maldita.es, un medio de verificación español, ha desmentido 144 bulos relacionados con el conflicto en Ucrania y más de mil 266 sobre el coronavirus.
“La pérdida de centralidad de la fuente y la posibilidad de viralización disminuyen a menudo el interés por la veracidad de la noticia y las capacidades críticas de lectura para identificar lo falso”, señala Nuria Fernández, doctora en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona y autora de Fake news: una oportunidad para la alfabetización mediática.
En el caso de México, la situación no es diferente, pues en promedio el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, divulga 93 afirmaciones no verdaderas en la mañanera. Entre diciembre de 2018 y marzo de 2022 han sido 76 mil 544, según ha reportado SPIN-Taller de comunicación política.
En este contexto “es necesario empoderar a los ciudadanos y facilitarles la adquisición de las competencias mediáticas necesarias para acceder, comprender, analizar, evaluar y producir contenido y para distinguir entre noticias reales y falsas”, señala Fernández. Añade que “esto se ha de hacer mediante una apuesta real por la alfabetización mediática.”
Lo anterior cobra relevancia, puesto que las redes sociales y las aplicaciones de mensajería son los principales medios en México para informarse y compartir noticias. Cuando se trata de la difusión de información errónea, los mexicanos se muestran más preocupados por el papel de Facebook (28%), WhatsApp (26%), motores de búsqueda (7%), YouTube (6%) y Twitter (4%), de acuerdo a Digital News Report 2021 que publicó la agencia Reuters.
Falta más educación mediática
A nivel mundial han surgido diversas iniciativas para incorporar la alfabetización mediática e informacional a la curricula educativa. Por ejemplo, en octubre de 2017, ocho mil institutos de secundaria italianos iniciaron un programa formativo llamado “Basta Bufale” para ayudar a los estudiantes a detectar las fake news.
En España, los alumnos de sexto grado de primaria dedican una hora a su alfabetización mediática, mientras que en tercero dedican dos horas a la redacción de noticias, como parte del Programa Junior Report. El Instituto Público de Educación Secundaria José Manuel Blecua, de Zaragoza, incorporó la iniciativa Eraser Made in Blecua, un proyecto sobre el acceso crítico a la información.
En España el 60% de los estudiantes encuestados de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) manifestó saber diferenciar entre una noticia verdadera y una falsa, sin embargo al mostrarles cuatro titulares (dos verdaderos y dos falsos), solo el 50% acertó, de acuerdo con la Universidad Carlos III de Madrid.
La situación en México es distinta. “Nos falta más educación mediática, que nos permita hacer un equilibrio en cuanto a cómo nos informamos. Es necesario no recaer en un único medio de comunicación. Para ello aún se pueden consultar otras fuentes fidedignas como los libros, las revistas, la radio que también nos permiten estar al tanto de los pormenores”, dijo Luis Ángel Hurtado.
Como respuesta a esta problemática en el país surgió la Red AMI, un proyecto impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para la promoción de la alfabetización mediática en México.
Ya desde 2011 el organismo multinacional lanzó Alfabetización Mediática e Informacional Curriculum para profesores, pues, considera que “primero se requiere que los profesores se alfabetizan en medios e información y sus conocimientos se pueden transmitir hacia sus estudiantes y eventualmente hacia la sociedad”, se lee en el documento.
El hecho es que la información falsa se ha difundido muy extensamente en el planeta. Para este año, analistas consultados por Gartner esperan que la mayoría de las personas en economías avanzadas consuman más información falsa que información verdadera.