30 años invertidos en ayudar a niños jornaleros, con programas y resultados deficientes
El gobierno federal lleva casi tres décadas intentando disminuir la vulnerabilidad de los hijos de jornaleros agrícolas, con muy poco tino.
En tres años el número de niños trabajadores en México -de entre cinco y 17 años- creció 30% al pasar de 2.4 millones en 2015 a 3.2 millones en 2017; es decir, se sumaron más de 730 mil menores de acuerdo con el Módulo de Trabajo Infantil 2017 que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Aunque el número de infantes es mayor, como proporción de la población infantil son menos actualmente que hace tres años, pues pasaron de representar 12.4% del total en 2015 a 11% en 2017.
El trabajo infantil se concentra principalmente en el sector agrícola que acapara a 30% de los menores, una actividad considerada como no permitida por las extenuantes jornadas laborales, el contacto directo con agroquímicos y otras sustancias que ponen en riesgo su desarrollo, la falta de descanso, las condiciones insalubres y la mala alimentación.
En México es común que los niños de localidades rurales trabajen desde muy pequeños, pues dentro de sus comunidades son reconocidos como actores importantes porque ayudan a las tareas de los papás y porque son los herederos del saber campesino.
Sin embargo, al insertarse en los esquemas jornaleros transitan a una situación de explotación, porque ahí el trabajo no distingue entre niños y adultos y el pago es a destajo, explica Valentina Glockner, antropóloga del Observatorio de Investigación con las Infancias en El Colegio de Sonora.
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Para disminuir la vulnerabilidad de las familias agrícolas el gobierno federal creó, desde 1990, el Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas (PAJA), el cual ofrece becas para evitar la deserción escolar en menores de 18 años; alimentos a los menores de 14 que acompañen a sus padres en los campos y apoyos económicos a los jefes de hogar que notifiquen su arribo a las unidades de trabajo.
Sin embargo, su diseño le impide resolver la pobreza y la desigualdad, las raíces del trabajo infantil según Glockner. PAJA tiene serios problemas para cumplir sus objetivos.
Los módulos de entrega de alimentos muchas veces no se instalan porque dependen de la voluntad del dueño de las tierras para operar dentro de las fincas, asegura la antropóloga.
Además, más de la mitad de los apoyos que emite no son cobrados por sus beneficiarios, 40 mil 236 de un total de 76 mil 342, ya que se envían a través de Telecomm cuyas oficinas quedan lejos del lugar donde trabajan los jornaleros agrícolas o bien porque esta población experimente una alta movilidad, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
PAJA no ha sido una prioridad para el gobierno federal, así lo revela su asignación de recursos y la falta de mediciones certeras sobre su eficiencia. El presupuesto ejercido por el programa en términos reales sufrió un duro recorte de 23% anual en 2017 para un total de 213.4 millones de pesos, 64 millones menos respecto de 2016, lo que dificultó alcanzar la meta relacionada con la entrega de apoyos al arribo según el Coneval.
Luego de 30 años el programa no cuenta con una evaluación de impacto. En 2017 se tenía contemplado realizar una encuesta interna para medir sus indicadores estratégicos, pero no se llevó a cabo porque la licitación se declaró desierta.
Tampoco será prioridad para la administración que recién comenzó. PAJA dejará de existir en 2019, fue considerado uno de los 156 programas sociales innecesarios según la Secretaría de Hacienda, aunque esta población no será desatendida, en su lugar el Presidente Andrés Manuel López Obrador creará su propio Programa Nacional de Jornaleros Agrícolas.
Eliminar al menos 90% la mano de obra infantil en el sector agrícola será uno de los objetivos del nuevo programa, que entre otras actividades plantea establecer centros educativos para los menores tanto en los lugares de empleo de sus padres como en sus lugares de origen, así como adecuar programas de desayunos del DIF y Liconsa a su realidad.
Para lograrlo, primero deberá resolver uno de los problemas más básicos, la falta de datos precisos. Coneval ha señalado que hay dificultad para contar con información representativa de este sector y ha recomendado a la Secretaría de Bienestar –antes de Desarrollo Social- realizar una encuesta especial a nivel nacional sobre jornaleros agrícolas, pues actualmente la población objetivo se calcula con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos.
MÁS INFORMACIÓN: Módulo de Trabajo Infantil 2017, principales resultados, Inegi.
MÁS INFORMACIÓN: Niños jornaleros: pobreza, desigualdad y violencia, Dalia Patiño González, Agencia Informativa Conacyt, 12 de octubre de 2018.
MÁS INFORMACIÓN: Ficha de monitoreo 2017-2018, Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas, Coneval.
MÁS INFORMACIÓN: Programa Nacional de Jornaleros Agrícolas, Proyecto 18.