Crecimiento económico con vientos de recesión

Alrededor del 40% del PIB ya se encuentra en recesión técnica, en sectores como el agrícola, minero, manufacturero, ventas mayoristas y alojamiento temporal.
26 Agosto, 2024
El sector agrícola acumula cuatro trimestres consecutivos con tasas de crecimiento negativas (Foto: Gobierno de México)
El sector agrícola acumula cuatro trimestres consecutivos con tasas de crecimiento negativas (Foto: Gobierno de México)

Los datos del PIB del segundo trimestre de 2024 revelaron un crecimiento anual del 2.1%, superando el 1.5% del primer trimestre. Aunque la economía mostró una expansión trimestral del 0.2%, mayor al 0.1% registrado en los primeros tres meses del año, las preocupaciones sobre una desaceleración dominan el panorama. 

Para comprender esta aparente contradicción, es crucial poner las cifras en perspectiva. Si bien la economía creció un 1.8% en la primera mitad del año, este crecimiento es menor al 3.6% registrado en el mismo periodo del año anterior. Además, resultó por debajo de lo esperado, considerando que los analistas estábamos esperando un mejor semestre del año, teniendo en cuenta que se trata de un año electoral. En un año en el que tienen lugar elecciones el crecimiento se acelera en el segundo semestre del año anterior al que tiene lugar la elección y se extiende hasta la primera mitad del año en cuestión.

De esta manera, en las últimas cuatro elecciones, la tasa de variación trimestral promedio en el primer semestre ha sido de 1.1% seguido de una fuerte desaceleración en la segunda mitad (0.1% en promedio en las últimas cuatro elecciones). Este año, el promedio fue de 0.5%. Si asumimos una segunda mitad similar al promedio, estamos hablando de una expansión de la economía de 1.5% en 2024, ligeramente por debajo del consenso de analistas de la encuesta de Citibanamex (del pasado 20 de agosto).

La expansión del primer semestre estuvo explicada por el dinamismo que todavía muestran el sector servicios (+2.3% en 1S24) y el de construcción (10.1%). Si bien estos dos sectores siguen explicando la mayor parte del crecimiento, ambos se han desacelerado fuertemente vs. 2023. Fuera de estos dos sectores, la desaceleración es generalizada, destacando contracciones en la tasa de crecimiento en el sector agrícola, el sector minero y el manufacturero. Llama la atención también, dentro del sector servicios, el retroceso de los servicios de esparcimiento y de alojamiento temporal, preparación de alimentos, etc., relacionado con el sector turismo y con la demanda interna, lo que no es una buena señal. 

El verdadero desafío llegará en 2025. En un año postelectoral el crecimiento se desacelera, entre otros, porque ya no existe el estímulo del gasto que hay en un año electoral. Con los datos publicados la semana pasada, esto implica que la economía mexicana podría crecer muy poco en 2025 e inclusive podría entrar en una pequeña recesión, al menos si la definimos con la regla de dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. De hecho, bajo esta definición ya tenemos varios sectores de la economía en recesión técnica: (1) el sector agrícola, que acumula cuatro trimestres consecutivos con tasa negativa; (2) el sector minero con dos trimestres; (3) el manufacturero con tres trimestres cayendo de manera secuencial; (4) el de ventas mayoristas y (5) el de alojamiento temporal, cada uno acumulando dos trimestres. Esto implica que alrededor de 40% del producto interno bruto se está contrayendo. 

De corto plazo, la proyección de crecimiento también se ve afectada por un incremento en la probabilidad de una desaceleración ligeramente más fuerte a lo esperado en Estados Unidos. En el mediano plazo (más allá del 2025), las proyecciones dependerán de lo que pase con la agenda de reformas estructurales, cuyos dictámenes se están discutiendo este mes con el fin de dejarlos listos para que el nuevo Congreso, que inicia funciones el 1 de septiembre, pueda aprobarlos antes de la toma de posesión de la Presidenta Sheinbaum el 1 de octubre. Todo parece indicar que el partido en el poder tendrá la capacidad de hacer cambios constitucionales sin mayor problema. Esto implica que, en septiembre, se aprobará la reforma judicial, aunque también podrían pasar el resto de las reformas planteadas en el Plan C. 

Esto llevará irremediablemente a una revisión a la baja de las previsiones de crecimiento. Si bien el principal impacto de las reformas es en el mediano y largo plazo, lo primero que atestiguaremos es un deterioro en el clima de negocios. Cabe mencionar que es posible que la implementación de las reformas tome tiempo. Es más, la nueva legislatura podría eventualmente amortiguar el impacto negativo vía las leyes secundarias y reglamentos que emanen de las reformas en cuestión. Esto retrasaría los efectos negativos de las reformas sobre el dinamismo económico, pero también generaría incertidumbre que podría detener inversiones. 

Otro tema que podría hacer cambiar los escenarios para el año que entra es el tema fiscal. En este contexto, la primera fecha clave para la nueva administración será el 15 de noviembre, cuando se presente el presupuesto para 2025. Si se presenta una reducción gradual, viable y creíble del déficit fiscal, aunado a un plan razonable para ayudar a Pemex, no tendría mayor impacto en los estimados. No obstante, es muy posible que se insista en una reducción abrupta del déficit de niveles de 5.9% a 3% del PIB, lo que pudiera afectar la credibilidad de la política fiscal.

La economía mexicana enfrenta un escenario complejo que requiere una evaluación cuidadosa. Los recientes datos económicos sugieren que, aunque algunos sectores muestran resiliencia, el panorama general está marcado por una desaceleración que podría profundizarse en los próximos meses. Este contexto no solo refleja las dinámicas internas, como el fin de los estímulos electorales y las dificultades en sectores clave, sino también las incertidumbres globales que afectan la demanda externa, especialmente en relación con Estados Unidos.

En este entorno, la próxima aprobación de la reforma judicial será un factor determinante para el futuro económico del país. Es fundamental que las decisiones políticas sean coherentes, transparentes y orientadas a fortalecer el crecimiento a largo plazo. El desafío radica en equilibrar las necesidades inmediatas con una visión de sostenibilidad económica que permita a México encaminarse hacia una recuperación sólida y duradera.

Delia Paredes Mier Delia Paredes Mier Delia Paredes apoya la toma de decisiones a inversionistas internacionales, líderes empresariales y gestores de activos a través del análisis económico desde hace casi 20 años. Es socia en TransEconomics, firma que brinda servicios de planificación patrimonial y gestiona activos alternativos. Es docente en la Universidad de Anáhuac y en el Tec de Monterrey. Miembro del Comité de Estudios Económicos en el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) y del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI). Delia Paredes es Maestra en Economía por la London School of Economics (LSE).

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