Trump, el proyecto Stargate y DeepSeek

Estamos en medio de una nueva Guerra Fría Tecnológica, en la competencia por la supremacía de la IA y, por lo tanto, el control de los recursos, la infraestructura y el talento.
30 Enero, 2025
Donald Trump.
Donald Trump.

La reaparición de Donald Trump en el panorama político internacional marca un nuevo hito en la carrera por la supremacía tecnológica, con la inteligencia artificial (IA) como eje central. Su administración combina proteccionismo, innovación y seguridad nacional, y sitúa el desarrollo tecnológico en el corazón de su estrategia de poder global. ¿De qué manera el ambicioso Proyecto Stargate y la incursión de DeepSeek en China redefinen la competencia geopolítica por el control de la IA?

En tiempo récord, el pasado 20 de enero Trump lanzó 22 órdenes ejecutivas bajo el lema de su agenda “Estados Unidos Primero” que busca transformar desde las políticas migratorias y arancelarias hasta el desarrollo de la IA. Su mayor apuesta es acelerar (sin restricciones) la innovación tecnológica bajo el argumento de fortalecer la competitividad económica y la seguridad nacional. Su visión es liderar la carrera tecnológica sin la inclusión de actores internacionales en el desarrollo de estándares globales para la IA y sin considerar mayores regulaciones éticas sobre uso y mal uso de esta tecnología. 

“La edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo” dijo Trump en su discurso de posesión después de prestar juramento como Presidente en su segundo mandato. ¿Qué significa esto para los avances de la IA? Que tiene que liderar, si o si, iniciativas que sienten las bases para el control de Estados Unidos en esta tecnología. Si en el pasado, iniciativas como Sematech con sede en Texas, revitalizó la industria estadounidense de semiconductores en la década de 1980, o DARPA encabezó tecnologías transformadoras como Internet, el proyecto Stargate busca hacer lo mismo con la inteligencia artificial. Sin embargo, su impacto se extiende mucho más allá de la tecnología. 

Con una inversión estimada en 500,000 millones de dólares, esta iniciativa busca desarrollar infraestructura de IA a gran escala, a través de alianzas con gigantes tecnológicos como OpenAI, Oracle y SoftBank. Sus principales objetivos incluyen:

  • Construcción de centros de datos: Se prevé la creación de 10 centros de datos de alto rendimiento en Texas, con planes de expansión a 20 ubicaciones.
  • Desarrollo de Inteligencia Artificial General (AGI): Se busca avanzar en sistemas de IA capaces de superar el rendimiento humano en tareas críticas.
  • Generación de empleo: Se estima la creación de 100,000 puestos de trabajo en sectores tecnológicos avanzados.
  • Aplicaciones en salud: Se destacan usos en biotecnología, desarrollo de vacunas y detección temprana de enfermedades.

Stargate sin duda aparece como una iniciativa colosal, plagada de críticas sobre los impactos de la dependencia de inversión privada sobre la accesibilidad y el control de los avances tecnológicos, hasta el impacto medioambiental, debido al alto consumo energético para la sostenibilidad.

Sin embargo, la lectura detrás de esta iniciativa nos lleva también a hablar de una nueva geopolítica. Las rivalidades entre las grandes potencias hace tiempo dejaron de expresarse en el terreno geográfico, ahora las esferas de influencia de países como Estados Unidos y China toman los espacios digitales como una nueva dimensión geopolítica en donde delimitan su ejercicio del poder. 

La geopolítica de la IA obliga a tener control sobre los recursos. Los datos son el nuevo “petróleo” y en este sentido, la potencia que tenga mayor cantidad de datos tendrá el mejor combustible para alimentar la IA. La infraestructura también es una pieza clave para hacer posible el entrenamiento de los algoritmos, así como el reclutamiento del mejor talento para hacer posible que la maquinaria funcione.

No resulta sorprendente entonces, que la confrontación tecnológica entre Estados Unidos y China ya se ha traducido en una guerra comercial y de acceso a elementos clave en la industria de semiconductores y para la fabricación de componentes electrónicos. 

Y en medio de esta nueva Guerra Fría Tecnológica, la aparición de DeepSeek. Una startup china especializada en IA, que ha puesto en jaque la aparente hegemonía tecnológica estadounidense. Su modelo de IA avanzado, desarrollado a una fracción del costo de sus competidores en Occidente, evidencia la capacidad de China para innovar a pesar de las restricciones impuestas por Estados Unidos. El modelo V3 de DeepSeek fue desarrollado con solo 5.6 millones de dólares, en contraste con los cientos de millones invertidos por OpenAI, Google y Anthropic. La empresa logró avances significativos utilizando chips de Nvidia H800, una versión limitada debido a las restricciones de exportación impuestas por Estados Unidos.

DeepSeek, aunque criticada en los últimos días por presuntamente haber “copiado” los modelos de OpenAI para alimentar sus algoritmos, simboliza el avance de China en esta carrera tecnológica y mueve las piezas del escenario mundial hacia una competencia por la supremacía de la IA, donde no hay un líder indiscutible ni hegemónico. Hasta hoy. 

 

Referencias de interés

https://forbes.es/tecnologia/598130/el-proyecto-stargate-ai-a-fondo-asi-es-la-apuesta-de-500-000-millones-de-dolares-del-gobierno-de-trump-para-dominar-el-futuro/

https://openai.com/index/announcing-the-stargate-project/

https://www.arenapublica.com/opinion/claudia-jimenez/gobernanza-de-la-ia-o-supremacia-tecnologica

 

Claudia Jiménez Claudia Jiménez Politóloga e Internacionalista en temas de cooperación internacional y derechos humanos en América Latina, con 20 años de experiencia en consultorías nacionales y gobierno. Profesora universitaria y conferencista. Desarrolladora de cursos y proyectos de tecnología y ética para la academia y empresas. Catedrática de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, y de Estudios Humanísticos y Educación del Tecnológico de Monterrey. Pionera en Inteligencia Artificial en educación.