México, rezagada la regulación en Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial (IA) ha experimentado un desarrollo sin precedentes en la última década, impactando diversos sectores de la sociedad y posicionándose como un elemento clave en la transformación digital global.
La Unión Europea (UE) lidera el tema regulatorio con su reciente legislación en materia de IA, la cual proporciona un modelo integral y reflexivo que puede servir como inspiración y guía para la construcción de otras normativas en el mundo que armonicen la innovación con la ética y la protección de los derechos fundamentales.
La legislación europea sobre IA representa un hito en la regulación de la tecnología a nivel global. Desde abril de 2021, la Comisión Europea propuso el primer marco regulador para que estos sistemas se analizaran y clasificaran según niveles de riesgos para los usuarios; a mayor nivel de peligro, mayor regulación. El 9 de diciembre de 2023, los eurodiputados aprobaron la primera ley de IA en el mundo (AI Act, 2023), que establece requisitos de transparencia y responsabilidad para las empresas que la desarrollan y la utilizan, así como sanciones por incumplimientos.
Esta normativa basada en principios éticos fundamentales y en la protección de los derechos humanos, establece un marco detallado para el desarrollo y uso responsable de la IA. La transparencia, la equidad, la privacidad y la seguridad son pilares esenciales de este modelo, que busca equilibrar los beneficios de la innovación con la salvaguarda de los valores democráticos y los derechos fundamentales.
La propuesta de legislación prohíbe explícitamente las prácticas dañinas de IA que se consideran perjudiciales, entre las que destacan las amenazas para la seguridad, los medios de vida y los derechos de las personas, debido al "riesgo inaceptable" que representan. En consecuencia, estaría prohibido comercializar, prestar servicios o utilizar en la UE:
- Sistemas de IA que utilizan "técnicas subliminales" manipuladoras y dañinas;
- Sistemas de IA que explotan grupos vulnerables específicos (discapacidad física o mental);
- Sistemas de IA utilizados por las autoridades, con fines de puntuación social;
- Sistemas de identificación biométrica remota en tiempo real en espacios de acceso público.
- Fines de aplicación de la ley, excepto en un número limitado de casos.
Ante el avance acelerado de la IA y la creciente preocupación por sus riesgos asociados, representantes de 29 países se congregaron en el Reino Unido en noviembre pasado. Entre los participantes destacaron actores clave como China y Estados Unidos, quienes, reconociendo su liderazgo en el sector, se adhirieron a la Declaración de Bletchley. Esta declaración tiene como objetivos promover un crecimiento económico inclusivo, fomentar el desarrollo sostenible y la innovación, asegurar la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales, y generar confianza pública en los sistemas de IA para maximizar su potencial. Asimismo, subraya la necesidad de establecer estándares regulatorios mínimos a nivel global.
La cumbre, denominada “AI Safety Summit”, marcó un hito como el primer encuentro global centrado en la seguridad de la IA. Entre los países representados se encontraban Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Chile, China, los Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, India, Indonesia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Kenia, los Países Bajos, Arabia Saudita, el Reino Unido e Irlanda del Norte, la República de Corea, Ruanda, Singapur, Suiza, Turquía, Ucrania y un representante de la Unión Europea.
Es evidente que en América Latina, Brasil y Chile están liderando el camino en términos de avances legislativos relacionados con la tecnología. Resulta lamentable que México, a pesar de su posición de liderazgo natural y su estatus como una de las economías más grandes de la región, no figure en esta lista de pioneros. En contraste, en el continente africano, Kenia y Ruanda se destacan por sus esfuerzos legislativos en este ámbito.
En nuestro país, el marco jurídico actual para la regulación de la IA es incipiente y no puede realizarse de forma aislada. Es fundamental fomentar la colaboración entre diferentes sectores para asegurar que la regulación sea inclusiva, equitativa y representativa. La sociedad civil, el sector privado, la academia y las autoridades gubernamentales deben trabajar conjuntamente en la definición de objetivos, la identificación de riesgos y la formulación de estrategias de mitigación. Mientras que el gobierno es responsable de establecer el marco legal y garantizar su cumplimiento, el sector privado y la academia deben contribuir con su experiencia técnica y ética; la sociedad civil, por su parte, debe ser vigilante en todas las etapas del proceso regulatorio.
Al momento se han presentado algunas iniciativas de ley en el Congreso de la Unión, sin que se cuente con una definición formal al respecto. En mayo pasado, el Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN), propuso la iniciativa de Ley de Regulación Ética de la IA y la Robótica en la que propone crear un Consejo Mexicano de Ética como organismo público descentralizado. El Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI), propuso la creación de la Agencia Mexicana para el Desarrollo de la IA y la más reciente en febrero 2024, propuesta por el Senador Ricardo Montreal de Morena quien presentó una iniciativa de Ley Federal que Regula la Inteligencia Artificial, que fue retirada días después con el fin de “recibir comentarios del público para mejorarla.”
Por su parte, el Senado de la República presentó en abril del 2023 la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA), con el propósito de sumar, reconocer y fortalecer el ecosistema de IA a partir de un diálogo abierto, plural, integral e interdisciplinario.
La importancia de la colaboración intersectorial en el desarrollo de la legislación sobre IA es clave. Si bien es positivo que ya estén sobre la mesa iniciativas legislativas, es crucial ampliar la inclusión de diversos actores en el proceso. Académicos, expertos y representantes de los sectores tecnológicos y productivos deberían participar más activamente en diálogos y foros abiertos. Esta participación es esencial para equilibrar los riesgos de una regulación que podría limitar la innovación y el crecimiento de la IA con la necesidad de abordar los dilemas éticos y la responsabilidad que acompaña al desarrollo tecnológico en nuestra sociedad.
Para posicionarse como líder en América Latina y evolucionar de un mero consumidor a un creador de tecnología, México necesita responder proactivamente a las demandas de un entorno global en constante cambio e innovación. Es importante participar en encuentros significativos como el de Bletchley y convocar a una colaboración inclusiva entre sectores, instituciones académicas y representantes de la sociedad civil. La capacitación en tecnologías emergentes es esencial, pero igualmente crítico es el diálogo sobre los estándares regulatorios básicos que adoptaremos. Vamos tarde…
Referencias de interés:
AI ACT, 2023
https://digital-strategy.ec.europa.eu/en/policies/regulatory-framework-ai
Declaración de Bletchley
Iniciativa PAN
Iniciativa PRI
Retira iniciativa de Inteligencia Artificial
Claudia Jiménez
Politóloga e Internacionalista en temas de cooperación internacional y derechos humanos en América Latina, con 20 años de experiencia en consultorías nacionales y gobierno.
Profesora universitaria y conferencista. Desarrolladora de cursos y proyectos de tecnología y ética para la academia y empresas. Catedrática de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, y de Estudios Humanísticos y Educación del Tecnológico de Monterrey. Pionera en Inteligencia Artificial en educación.
