El negocio de Banamex para Citigroup se ha reducido
Los ingresos netos de Banamex representan solo 5% de los ingresos globales de Citigroup, una participación que ha disminuído en las últimas dos décadas.
De acuerdo con la presentación de resultados para el cuarto trimestre del 2021 del conglomerado estadounidense, los ingresos netos de la institución bancaria en México sumaron mil 86 millones de dólares (MD) a los ingresos netos de Citigroup en 2021. Esta cifra abarca las operaciones de negocio contempladas dentro de los activos que la compañía recientemente puso a la venta.
Sin embargo no es más que una pequeña fracción de los resultados totales del conglomerado. Los ingresos netos totales de Citigroup en 2021, de acuerdo con los documentos que presentó ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), sumaron 21 mil 952 MD. Es decir, los ingresos del negocio de Banamex representa solo 4.94% de los ingresos netos de Citigroup.
El peso de Banamex en los ingresos netos totales de Citigroup de hecho se ha reducido respecto a 2002, el primer año que el banco mexicano estuvo totalmente bajo el control del conglomerado estadounidense. Entonces, de acuerdo con los documentos presentados ante la SEC, los ingresos netos totales de la compañía en México sumaron mil 205 MD, 10.95% más que los ingresos netos generados por los activos que Citi pretende vender durante 2021.
También se vio una caída en el peso de estos activos respecto al total de Citigroup. Los mil 205 MD en ingresos netos que generó el negocio de México en 2002 para el conglomerado representaban 7.88% de los 15 mil 276 MD en ingresos netos que obtuvo Citigroup a lo largo del año. Es decir, 2.94 puntos porcentuales por debajo de la proporción calculada para el año pasado 2021.
“De ser el primer banco de México, Banamex ha pasado a ocupar la tercera posición”, apunta Manuel Díaz Mondragón, presidente del Instituto de Asesoría en Finanzas Internacionales (IAFI). “Ha disminuido considerablemente su captación, el crecimiento a nivel nacional en nuevas sucursales y ha tenido muestras que la competencia contra otros bancos globales en México no le estaban resultando”, agrega.
A pesar de este declive en la fortaleza de Banamex en México, Citigroup ha defendido el valor de este negocio. En la conferencia para la presentación de resultados del cuarto trimestre del año pasado, el director financiero de Citigroup, Mark Mason, reafirmó que “México es una gran franquicia de consumo con muy buenos retornos. Creemos que tiene un gran valor”, descartando que la decisión de vender los activos responda a un tema de costos.
Sin embargo, la rentabilidad sobre el capital (ROE) de Citibanamex a noviembre de 2021 fue de 9.8%, de acuerdo a las cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), por debajo del 13% promedio de sus competidores y muy abajo del 21% de BBVA, el líder del mercado.
Así que esta rentabilidad, apunta Díaz Mondragón, ya no es suficiente para Citigroup. “[El conglomerado] ha vendido los negocios que no son rentables para él, porque las metas que establece son muy elevadas. Y si no se cumplen, pues el directivo en turno toma decisiones de esta manera. [Banamex] puede ser rentable para un banco nacional, pero para un banco global no funciona así”, reafirma.
Condiciones adversas para Banamex
Aunque la salida de Citigroup del segmento de consumo sí sea consecuencia principalmente de la estrategia del conglomerado estadounidense a nivel global que de un problema inherente con las perspectivas a largo plazo de Banamex, sí hay varios factores que podrían haber contribuido a tomar la decisión ahora y no en otro momento.
“Claramente México es una fuente de altas ganancias [para Citigroup]. Pero también queda claro que las condiciones [económicas] tienen que cambiar”, señala Noemí Levy, doctora en economía de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experta en economía financiera. “Un sistema tan injusto con esta distribución del ingreso [como la que se ve en México] no puede seguir funcionando sin crear más problemas. Creo que [en Citigroup] prefieren operar a través de los grandes capitales en la intermediación financiera”.
Las disparidades entre los grandes capitales y la capacidad financiera de la banca de consumo que están presentes en México se observan en los mismos resultados de Citigroup. Durante el cuarto trimestre del 2021, el conglomerado contabilizaba 26 millones de cuentas y 1,276 sucursales para la banca de consumo en México. Para todo Norteamérica, contabilizó solo 9.2 millones de cuentas y 658 sucursales. Pero la diferencia en ingresos netos es sustancial: mil 75 MD en México para los últimos tres meses del año pasado, frente a 4 mil 412 MD en Norteamérica para el mismo periodo.
La capacidad financiera de individuos y empresas no es el único desincentivo a largo plazo para el negocio de Banamex. “[Citigroup] le está apostando que la regulación quizás vaya a cambiar como consecuencia de la actual crisis. Estamos viendo la necesidad de un reordenamiento de las relaciones sociales de producción”, apunta Noemí Levy.
En este contexto, agrega que “se están cobrando altísimos precios por la intermediación [de los bancos]. Por ejemplo, se están cobrando altísimos costos por la intermediación para la recaudación de impuestos a través de la banca en México, en comparación con otros países. Si hubiera realmente una política de bajar los costos de intermediación financiera, las comisiones por el uso de la banca, me gustaría que fuera mucho más agresiva”.
Hay varias acciones que reflejan un espacio más restrictivo para la banca comercial en México que podrían haber acelerado la liquidación de los activos de Pemex. La propuesta de topar las comisiones de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) fue negativamente recibida por los bancos del país. Y de acuerdo con cifras de la actual administración, Citibanamex fue una de las compañías a las que más se le concedieron privilegios fiscales durante los sexenios pasados.
¿Activo indeseable?
Si bien Banamex podría no ser suficientemente rentable para Citigroup, sigue siendo un negocio en números negros, con dimensiones importantes para el mercado nacional. Y eso ha llevado a que algunas instituciones financieras (como Santander y Banco Azteca) estén mostrando su interés en quedarse con los activos del grupo. Y es que, para el mercado nacional, Banamex es mucho más que los 1.43 billones de pesos en activos totales que tiene la institución, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
“Banamex es el primer banco comercial de México de origen nacional, que compitió con el primer banco comercial de origen inglés […]. Esos elementos de mercadotecnia que se tienen muy arraigados, les pegan mucho a los clientes bancarios. Buscan instituciones nacionales. Muchos ahorradores que les atrae Banamex simplemente porque tiene “nacional” en su nombre”, afirma Manuel Díaz Mondragón.
Aunque poderoso, este valor inherente de Banamex podría representar algunos problemas para el futuro comprador. De inicio, el valor de marca de la institución bancaria ha menguado. Según Bank of America Securities, el negocio está valuado actualmente en entre 12,500 y 15,000 MD. Sin embargo, no hay un cálculo reciente de cuánto valor tiene la marca por sí sola, pues su valor ha ido cayendo de forma constante desde hace años.
La compañía estuvo contemplada hasta 2016 como una de las 100 marcas más valiosas de América Latina, con una valuación de mil 547 MD. Pero desde 2017 desapareció de esta lista, con un valor de marca de mil 915 MD. Desde entonces la firma ha dejado de actualizar este cálculo. Una medición más reciente es la del ranking BrandZ de Kantar, que en 2018 le daba una valuación de mil 165 MD. Pero en 2019 su valuación cayó a mil 16 MD, abandonó este ranking, y desde entonces tampoco ha vuelto a mostrar un crecimiento que le asegure un lugar en el top 30 de México.
Pero incluso dejando de lado que el valor de marca de Banamex se ha reducido, el peso de la compañía podría ser un desincentivo importante para otros compradores. De acuerdo con Manuel Díaz Mondragón, aunque es posible que bancos extranjeros entren a la puja por la institución, “a ellos les interesa difundir su propia marca. No adoptarla. Y como es un asunto de marca, [un nuevo dueño extranjero] podría desaparecer definitivamente a la marca Banamex”.
Esta visión se convierte en un dilema al contrastarse con el análisis de Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO): “No creo que a nivel internacional [el peso de la marca Banamex] sea un problema. No fue un problema para Citi. Se convirtió en Citibanamex. Yo veo la posibilidad que la marca se sume. Lo que no veo factible es que desaparezca Banamex”.
Y ya hay señales claras de que se preferiría evitar hasta la posibilidad que desaparezca la marca Banamex luego de la adquisición de un jugador extranjero. El mismo presidente de México ha insistido a los dueños de Inbursa y Banorte a hacer sus ofertas por Banamex.
Pero el peso de la marca también podría ser un desincentivo para algunos jugadores nacionales. Jesús Carrillo concuerda que para “los otros cuatro o cinco bancos que están junto a Banamex en importancia” también podría ser indeseable adoptar la relevancia histórica y de mercadotecnia que trae consigo Banamex.
“Sí pensaría que es importante para BBVA, que de entrada sigue batallando con que le decimos Bancomer […], también Santander y Banorte probablemente tengan una aversión al nombre Banamex en ese sentido, a la marca", reafirma.
Retos en la venta de Banamex
Noemí Levy rechaza que la capacidad financiera sea una limitante, asegurando que “para comprar, no necesito tener el dinero, sino simplemente la capacidad de préstamo para hacerlo”. Sin embargo, sí cree que la venta de Banamex puede servir para consolidar “una operación bancaria [en México] que esté más en consonancia con las necesidades de crecimiento y desarrollo”.
Y es que, a su parecer, “en términos de competencia bancaria, la estructura de la banca [en México] se caracteriza por la concertación, por dividirse los productos del mercado […]. Ahí habría que ver cómo va a operar la venta, qué límites le van a poner”.
Es una preocupación que parece compartir el mismo Gobierno federal. El mismo titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rogelio Ramírez de la O, aseguró que se vigilará que la venta de Banamex no provoque una concentración de mercado.
Pero en las condiciones que ha anunciado Banamex, puede ser difícil de conseguir. Desde un inicio, Citigroup compartió que su intención es vender el negocio de México como un todo, descartando hacerlo por partes. Y esto limita también de forma importante qué agentes podrían aspirar a una compra de los activos en las condiciones planteadas.
“Si la venta es completa, todo el paquete que han dicho, y se hace a uno de los otros cinco grandes participantes del mercado, podría ser un tema de concentración”, advierte Jesús Carrillo, haciendo especial énfasis en el caso de BBVA, Santander y Banorte. “No hay una medida estándar para que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) intervenga, pero sí podría ser más complicado […]. Pero si estas tres estuvieran interesadas, podrían enfrentar una investigación más profunda en el análisis de mercado que tendrían que hacer Cofece o la CNBV”, agrega.
En este contexto, apunta el especialista del IMCO, una posibilidad es que las autoridades manden un cambio en las condiciones de venta, específicamente la venta completa de los activos como una sola unidad. Es una opción que el mismo secretario Ramírez de la O ya ha sugerido, diciendo que “no es la primera vez que una entidad debe reducir sus ventas, cambiarlas o ajustarlas para que se mantengan dentro de la regulación”.
A eso se puede sumar una intervención más activa del gobierno en el proceso de venta de Banamex. Noemí Levy afirma que la venta de Banamex muy probablemente “va a modificar la estructura bancaria. […] Todo dependerá de a qué le den permiso. Aquí el ente regulador juega un papel importante, y ojalá esta vez lo juegue en términos de realmente introducir competencia de manera efectiva, no de crear más concentración […]. Ojalá se reconsidere el funcionamiento de la banca para satisfacer las necesidades bancarias de este país a un precio razonable”.
Pero también puede haber un rol activo del estado, apunta Jesús Carrillo, en otra dirección. “Por desgracia, tenemos un historial de mucha discrecionalidad por parte de las autoridades en todos los sentidos y todos los niveles. […] Es muy importante que el mensaje sea claro, que lo único que debe garantizar el gobierno es que la compra sea legal y justa en términos de mercado”.