Desafían tecnológicas a reguladores por escrutinio antimonopolio más estricto
Las adquisiciones de las grandes empresas tecnológicas están sufriendo cada vez más dificultades debido a regulaciones más estrictas por parte de los gobiernos estadounidense y europeos, principalmente.
Uno de los casos más recientes es la compra de iRobot por parte de Amazon. Según fuentes familiarizadas con el asunto, citadas por Reuters, la adquisición de iRobot atravesará una investigación antimonopolio de la Unión Europea (UE) a gran escala. Con esta compra, la empresa busca que cada hogar “cuente con al menos un robot que se convierta en una parte esencial de la vida cotidiana de las personas”, según palabras de Dave Limp, vicepresidente senior de Amazon.
iRobot es una empresa estadounidense especializada en la fabricación y desarrollo de robots domésticos. La compañía es conocida principalmente por su línea de productos de limpieza robótica, especialmente los robots aspiradores Roomba.
La Autoridad de Mercados y Competencia de Reino Unido, CMA (por sus siglas en inglés), había advertido a principios de abril que investigaría la adquisición de la firma Roomba por parte de Amazon, y pidió pruebas sobre si el acuerdo podría conducir a "una disminución sustancial de la competencia dentro de cualquier mercado o mercados en el Reino Unido para bienes o servicios" y, por lo tanto, requeriría una investigación completa.
Ahora, Amazon tiene pocos días para apelar esta decisión y convencer al organismo de control de la competencia de la UE de que el acuerdo no interviene en la competencia, aunque según fuentes cercanas, “las probabilidades en contra son altas”.
Esta no es la única demanda que Amazon enfrenta en cuestión de competencia, pues la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC por sus siglas en inglés), también lanzó acusaciones contra la empresa por, supuestamente, inducir ilegalmente a sus clientes a darse de alta en Amazon Prime y después dificultar la cancelación de dicha suscripción. Asimismo, en 2022, la FTC también solicitó más información a Amazon luego de que la empresa anunciara la compra de One Medical, una cadena privada de clínicas que funciona mediante un modelo de suscripción o tarifa mensual.
Pero Amazon no es la única empresa de tecnología que se encuentra en apuros por este tipo de investigaciones. De hecho, diferentes organismos encargados de hacer cumplir las leyes antimonopolio alrededor del mundo han ejercido mayor presión ante la oleada de adquisiciones.
Las Big Tech y las acusaciones monopólicas
Amazon, Apple y otros 17 gigantes tecnológicos figuran en la lista de la Unión Europea de plataformas en línea o motores de búsqueda “demasiado grandes”, lo que significa que enfrentan controles más estrictos de los reguladores y multas potencialmente más altas si se desvían de las reglas de la región.
En el pasado, Apple, por ejemplo, ha sido acusada de prácticas monopólicas en relación con la App Store, su plataforma de distribución de aplicaciones. Se le ha acusado de imponer reglas restrictivas y cobrar comisiones excesivas a los desarrolladores de aplicaciones, lo que limita la competencia y dificulta la entrada de competidores en el mercado de aplicaciones para dispositivos iOS.
Por su parte, Meta (matriz de Facebook) ha sido acusada de prácticas monopólicas en relación con su dominio en el mercado de las redes sociales. Se le ha acusado de adquirir empresas competidoras de manera estratégica para eliminar la competencia y mantener su posición dominante, como fue el caso de la adquisición de Giphy, un motor de búsqueda de GIF animados que compró en 2020 por 400 millones de dólares. Tras dicha adquisición, la autoridad regulatoria del Reino Unido le obligó a vender debido a controversias antimonopolio. Apenas hace unos meses, la empresa logró vender Giphy en mayo de este año a Shutterstuck, pero por sólo 53 millones de dólares.
También ha habido preocupaciones sobre el manejo de los datos de los usuarios y la falta de transparencia en las políticas de Meta. Además también ha habido acusaciones respecto a su Marketplace, pues la Comisión Europea declaró en diciembre del año pasado que Meta vinculaba su servicio de anuncios clasificados en línea a su red social personal (Facebook), lo que se traduce como condiciones comerciales desleales impuestas para los competidores de Marketplace.
“Nuestra preocupación es que Meta vincula su red social dominante, Facebook, con su servicio de anuncios clasificados en línea, Facebook Marketplace, lo que significa que los usuarios de Facebook no tiene más remedio que utilizar esta única herramienta”, señaló la comisionada antimonopolio de la UE, Margrethe Vestager.
Asimismo, Alphabet, matriz de Google, también ha enfrentado el peso de los reguladores. Apenas hace un par de semanas, la Unión Europea acusó a Google de comportamiento anticompetitivo y de aprovechar su posición dominante en el sector de la tecnología publicitaria para reprimir la competencia.
La UE incluso señaló que podría exigírsele a la empresa que separara una parte de sus servicios publicitarios. Sobre este mismo tema, el regulador británico también ha investigado las prácticas publicitarias de Google. En EU también se están llevando a cabo litigios contra el comportamiento de la empresa.
Google ocupa desde hace tiempo una posición dominante en la recopilación y venta de espacios publicitarios digitales. Su posición también es resultado de tres adquisiciones clave que realizó Google hace una década: DoubleClick, Invite Media y AdMeld. Sin embargo, en ese tiempo, los reguladores decidieron no actuar frente a estas adquisiciones. Fue hasta este año que el Departamento de Justicia de EU señaló que las tres compras prepararon el escenario para que el gigante tecnológico "controle y manipule" la venta y compra de anuncios digitales.
Recientemente, el ejemplo más claro se lo lleva Microsoft, quien no puede concretar la compra de Activision Blizzard, la más grande nunca antes hecha por la empresa, debido a los organismos reguladores tanto del Reino Unido, como de Estados Unidos. Actualmente se encuentra en medio de un juicio con la FTC, organismo que argumenta que la compra beneficiaría al gigante tecnológico, especialmente en el aspecto de los videojuegos.
El organismo regulatorio busca obtener una orden judicial preliminar que impida a Microsoft concluir su acuerdo antes de un próximo desafío legal que comenzará el 2 de agosto. Mientras tanto, Microsoft tiene como fecha límite el 18 de julio para finalizar su propuesta de adquisición, que representa la adquisición más grande hasta la fecha al adquirir Activision Blizzard por un valor de 68,700 millones de dólares.
A pesar de que las acusaciones se han acrecentado, lo cierto es que estas empresas aún acaparan una gran parte del mercado. Estas empresas han sido las grandes beneficiarias. En el grupo de las “Big Tech”, Apple superó el año pasado el umbral de los tres billones de dólares en capitalización bursátil, un hito histórico.
Según datos del portal alemán de estadística, en 2005, “la lista de las empresas más valiosas del mundo que cotizaban en bolsa estaba bastante diversificada. En ella figuraban unas pocas grandes empresas petroleras, pero también conglomerados y empresas de la industria minorista comercial, farmacéutica y financiera”. Hoy en día la historia es diferente, pues son los gigantes tecnológicos los que dominan la clasificación. La importancia de estas Big Techs se ha acrecentado, y ha hecho que los reguladores antimonopolio volteen a verlas.