Aún con dificultades de extracción, China apuesta por el litio mexicano
Las minera Ganfeng Lithium adquirió el yacimiento más grande de litio en México en un nuevo paso para controlar el mercado energético del futuro.
Luego de aumentar su oferta de compra inicial de 67 peniques por acción, un valor total de 365 millones de dólares, hasta los 73.6 peniques por acción, total de 392 millones de dólares, Ganfeng compró de manos de la inglesa Bacanora Lithium el yacimiento Sonora, el más grande de México y uno de los mayores a nivel mundial.
Las negociaciones entre Ganfeng y Bacanora se extendieron más de lo previsto. La oferta inicial fue emitida en mayo, sin embargo, será hasta octubre que el yacimiento acabe de pasar a manos de los chinos y hasta 2023 cuando comience la producción del sitio.
La insistencia de los empresarios asiáticos se da debido a la importancia estratégica del bien. El litio es un mineral no ferroso con un extenso uso en la industria de las baterías, desde celulares hasta autos eléctricos por lo cual es considerado como uno de los mercados energéticos claves del futuro y que las mineras no quieren desaprovechar.
En 2020 la entonces titular de Economía, Graciela Márquez, advirtió que las proyecciones de inversionistas mineros no consideraban que la mayoría del mineral está en tierras arcillosas, para las cuales no existe en la actualidad un método industrial que permita separar al litio de la arcilla, haciéndolo inútil comercialmente.
La respuesta temprana de la SE se debió a la especulación en torno al tema. En diciembre de 2019, un reporte de la firma Mining Technology señaló a México como la nación con los mayores yacimientos de litio del mundo, cuyas reservas probadas y probables sumaban 243.8 millones de toneladas.
Sin embargo, si bien las reservas son mucho menores a las estimadas por Mining Technology, según un reporte del Servicio Geológico de Estados Unidos, el yacimiento mexicano contaría con 1.7 millones de toneladas de reservas mineras de litio, lo que las convierte en las décimas más grandes del mundo aunque muy por debajo de los 21 millones y 19.3 millones de toneladas existentes en Bolivia y Chile respectivamente.
De lado de Bacanora Lithium, la decisión de vender la mina fue explicada en un documento interno, donde señaló que la junta directiva “es consciente de los riesgos inherentes a empresas con un solo activo y mayores en proyectos de desarrollo minero”.
El proyecto Sonora necesita una inversión de más de 400 millones de dólares y de alta tecnología para extraer litio de las rocas arcillosas, condiciones que solo Ganfeng, la productora de litios más grande de China, puede cumplir.
Litio, entre explotación privada y control gubernamental
A finales del año 2020, desde el Senado de la República comenzó a fraguarse una iniciativa de nacionalización del “oro blanco”.
El senador Alejandro Armenta Mier buscó reformar el artículo 27 de la Constitución Política, para que al litio se le considerará como propiedad exclusiva de la nación y una fuente de energía estratégica para el desarrollo de nuestro país.
No obstante, luego de mantener una serie de reuniones con la nueva titular de la SE, Tatiana Clouthier, el senador Armenta declinó su intención a favor de una Ley regulatoria de la extracción e incluso la creación de un Instituto Nacional del Litio, de manera similar a como ocurre con el petróleo, en búsqueda de mayor participación privada en el proceso de extracción.
Durante su visita de Estado, el presidente de Bolivia, Luis Arce, el líder mundial del litio, declaró que asesorará al gobierno mexicano en su intención por regular el mercado del energético.
La importancia del litio es estratégica para Latinoamérica, pues entre Bolivia, Chile, Perú y México controlan el 67% de todas las reservas a nivel mundial (86 millones de toneladas), mientras que China y Estados Unidos solo tienen 6% y 9.2% respectivamente.
Sin embargo, la mayoría de los estados de la región no tienen capacidad técnica para explotar sus yacimientos, ni por parte del gobierno ni por parte de las mineras nacionales por lo cual han permitido la explotación extranjera, especialmente la china cuyo control sobre la producción alcanza más de la mitad mundial.
En una nota de análisis de coyuntura, el Centro Estratégico Latinoamericano de Análisis Geopolítico (CELAG) señaló que existe preocupación por el incremento de capital chino en minería de litio y su carácter estratégico a futuro lo que podría formar una disputa entre potencias, como Estados Unidos.
El presidente de la Unión Americana, Joe Biden incluso ha reconocido que China actualmente lidera la batalla por el control del litio, por lo cual ha lanzado un programa de aseguramiento de “minerales y materiales críticos” con el fin de reducir, como en el caso de los semiconductores, su dependencia a los bienes chinos.