Solo bienestar social revertirá desaceleración económica global: Banco Mundial
Sin hilos negros que inventar, el Banco Mundial da en el clavo.
El crecimiento de la economía global es insostenible hacia la próxima década.
Por fortuna el análisis de las causas reveló bien el camino para revertir el fatídico escenario: los países deberán centrar sus esfuerzos en reformas y políticas públicas que eleven el bienestar social.
Mejorar la calidad de la educación, los sistemas de salud, incluir en la fuerza laboral a los desalentados, las mujeres y adultos, invertir en infraestructura, son algunas de las propuestas que el organismo expone en sus Perspectivas Económicas Globales 2018 para evitar que el crecimiento económico decaiga.
El Banco Mundial apuesta a la aplicación de políticas públicas para contrarrestar el desacelere económico.
¿Qué sucederá?
2018 será el primer año desde la crisis financiera 2008-2009 en que la economía mundial funcionará a plena capacidad, el crecimiento económico global se acelerará a 3.1% para posteriormente comenzar un periodo de desaceleración, es decir, de crecimientos de la actividad productiva cada vez menores año tras año.
La razón principal será la débil recepción de inversiones en las economías, el escaso aumento de la productividad y el envejecimiento de la fuerza de trabajo, tendencias que son irreversibles en la próxima década.
Si no se toman acciones para contrarrestarlas deprimirán el crecimiento mundial en 0.2 puntos porcentuales y el de los países en desarrollo en 0.5 puntos durante la década que comienza en 2018, con riesgos para los avances logrados en los niveles de vida y reducción de la pobreza, advierte el Banco Mundial.
En vista de que el crecimiento económico disminuirá, los responsables de diseñar políticas deberán mirar más allá de instrumentos monetarios y fiscales que se utilizan para estimular el crecimiento en el corto plazo e invertir en esfuerzos con frutos a largo plazo, asegura el organismo.
Entre ellos incrementar la inversión pública y privada en innovación, así como aumentar la productividad, pero el Banco Mundial hace un énfasis especial en las políticas encaminadas a mejorar el bienestar de las personas mediante la educación, la salud y la inclusión laboral.
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Es fundamental ampliar el acceso a la educación superior y mejorar su calidad especialmente en los países en desarrollo. Una fuerza laboral mejor educada tiene mejores posibilidades de adaptarse luego de la implementación de tecnologías que reducen el empleo, asegura.
El organismo plantea como políticas para mejorar los resultados educativos: mejorar la capacitación docentes y ofrecer incentivos al buen desempeño; adaptar la enseñanza a los requerimientos de los estudiantes, continuar con las subvenciones; así como mejorar la nutrición en la primera infancia para elevar la capacidad de aprendizaje.
Para revertir la desaceleración económica mediante la educación las tasas de matriculación universitaria deberían aumentar siete puntos porcentuales en promedio en los países desarrollados entre 2018 y 2027, suponiendo que los Estados la incrementen de acuerdo con la mejor medida histórica que hayan registrado en un periodo de diez años.
El Banco Mundial sugiere dar prioridad a temas como salud, educación y empleo.
En cuanto a las políticas de salud, para que los países en desarrollo eleven la esperanza de vida de 71 años promedio hasta los 82 años de las economías avanzados, podrían empezar por mejorar el saneamiento y el acceso al agua potable, ya que 9% de la morbilidad global se atribuye al consumo de agua insegura, saneamiento inadecuado o higiene insuficiente. Otra propuesta probada con buenos resultados son los incentivos a proveedores locales de servicios de salud basados con base en su desempeño, sostiene el Banco Mundial.
Las mejoras en los resultados de educación y salud tendrían un efecto en la oferta de la mano de obra y el crecimiento de la productividad que podrían elevar el crecimiento económico potencial del mundo en 0.2 puntos porcentuales en promedio durante la próxima década, asegura el organismo.
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Otro de los aspectos que resalta el organismo es la necesidad de crear políticas para incorporar a una mayor proporción de la población en edad de trabajar al campo laboral, por ejemplo a los desalentados, aquellos que dejaron de buscar trabajo luego de intentarlo sin éxito; a las mujeres, a los muy jóvenes o a los mayores de 55.
A nivel global la fuerza laboral femenina equivale a dos tercios de la masculina; mientras que la tasa promedio de participación laboral entre trabajadores de más de 55 años es de tan solo la mitad que aquellos que tienen entre 30 y 45 años.
Tan solo elevando las tasas de participación laboral femenina –creando puestos de trabajo- de acuerdo con la mayor medida histórica que hayan tenido los países en 10 años, se produciría un crecimiento económico potencial de 0.2 puntos porcentuales a nivel global entre 2018 y 2027.
“Algunas de estas reformas encontrarán resistencia en ciertos grupos políticamente poderosos, por eso es tan importante difundir y presentar de forma transparente toda esta información acerca de los beneficios que generarán para el desarrollo”, asegura Shantayanan Devarajan, director sénior de Economía del Desarrollo del Banco Mundial.
MÁS INFORMACIÓN: Perspectivas Económicas Globales 2018, Banco Mundial, enero 2018.
MÁS INFORMACIÓN: La economía mundial crecerá 3,1 por ciento en 2018, pero el potencial de crecimiento futuro genera inquietud, Banco Mundial, 9 de enero de 2018.