Mienten informes sobre estaciones migratorias, revela Sin Fronteras
Dietas especiales, actividades recreativas, educativas y culturales, servicios médicos, espacios dignos, acceso a buzones de quejas y sugerencias, todo esto y más forma parte de la atención que se brinda en las estaciones migratorias mexicanas.
O, eso establece la norma que las rige. Fuera del papel la realidad es completamente distinta.
El Instituto Nacional de Migración miente en sus informes respecto de algunas de las acciones realizadas para mejorar el trato a los migrantes en las estaciones, lo revela la organización civil Sin Fronteras en un informe que documenta el trabajo realizado durante 15 años a favor de esa población.
Las estaciones migratorias mantienen a las personas en condiciones carcelarias, insalubres e incluso han sufrido de tortura, esta situación ha sido documentada por diversos académicos, organizaciones de la sociedad civil como Human Rights Watch y activistas como el sacerdote Alejandro Solalinde.
El informe “Detención sin excepción” detectó nueve situaciones o acciones que el Instituto Nacional de Migración reportó en sus informes entre 2011 y 2014 que discrepan con las conclusiones que ha arrojado el trabajo de campo realizado por Sin Fronteras.
El Instituto de migración aseguró en 2011 haber suscrito 17 convenios con la secretaría de Salud para otorgar servicios a los extranjeros como parte del programa de dignificación de estaciones migratorias.
La organización detectó que los migrantes no son sujetos a un examen médico inicial exhaustiva que permita identificar problemas de salud, aunque si hay personal médico en las estaciones.
En ese mismo año el instituto dijo que dio mantenimiento a diez estaciones migratorias en dos de las cuales las entrevistas hechas por la organización revelaron la entrega constante de cobijas sucias y la carencia de agua caliente, fue el caso del centro de detención de Iztapalapa en la Ciudad de México, mientras que en el centro de Villahermosa, Tabasco no existían espacios suficientes para recibir luz natural, aire y tener mayor movilidad física.
Los informes de 2013 – 2014 presumieron la supervisión de los funcionarios de migración mediante circuitos cerrados de televisión cuyo objetivo era detectar y sancionar a quienes incurran en faltas. Hasta ese último año los entrevistados de Sin Fronteras siguieron reportando abusos de poder y actos de corrupción, particularmente en los centros de detención de Tapachula, Chiapas e Iztapalapa, Ciudad de México.
El informe de Sin Fronteras dio cuenta de que el Instituto Nacional de Migración da por hecho mejoras que no se han concretado en realidad. En Estados Unidos las promesas de deportación masiva del presidente electo Donald Trump son la pesadilla de los migrantes mexicanos, al otro lado de la frontera los malos tratos a los migrantes, principalmente sudamericanos, son una realidad diaria.
A FONDO: Detención sin excepción, Sin Fronteras I.A.P. noviembre 2016.
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