Gasolineros estarán a merced del duopolio ferroviario: Kansas - Ferromex
La apertura del mercado de la gasolina trae consigo una noticia buena y otra mala.
La buena, que por primera vez en más de siete décadas los ciudadanos podrán consumir gasolina diferente a la marca Petróleos Mexicanos.
La mala, que las empresas que pretendan competir con la petrolera del Estado tendrán opciones limitadas para transportar y distribuir el combustible.
La administración de Enrique Peña dio pasos firmes para abrir el mercado de las gasolinas dominado por PEMEX. En 2016 comenzó a conceder permisos para la libre importación de combustibles y durante el año en curso la secretaría de Hacienda a cargo de José Antonio Meade liberará el precio de la gasolina para que se rija por la ley de la oferta y la demanda.
Entre siete u ocho empresas han manifestado ya su interés por competir con PEMEX: FEMSA a través de la marca Oxxo Gas; Gulf Oil International Limited con su marca Gulf y Chevron con la marca del mismo nombre, entre otras.
Pero la concepción de la reforma energética parece haber dejado de lado una importante cuestión, la apertura del mercado de la gasolina no vino aparejada con la generación de infraestructura suficiente para transportar el combustible, una situación que tendrán que enfrentar los empresarios que incursionen en el recién abierto mercado de las gasolinas.
“En el país hay pocos ductos, altos niveles de robo de combustible, se usan pipas caras en trayectos largos […] PEMEX pierde dinero distribuyendo combustibles. Por ello, ha invertido poco en expandir dicha infraestructura,” explicó Carlos Elizondo Mayer–Serra, consejero independiente de la petrolera mexicana en una columna de opinión escrita el 5 de enero de 2017.
Poliductos saturados
En México hay cuatro formas de transportar la gasolina, tres son las más utilizadas: ductos, carros tanque y buques, mientras que tan sólo el 4.7% de la infraestructura ferroviaria se utiliza para ese fin.
La infraestructura para transportar el combustible es insuficiente, el 80% de las terminales de abastecimiento están saturadas, lo mismo que la red de poliductos y las terminales marítimas, revela un diagnóstico hecho por la comisionada Monserrat Ramiro Ximénez de la Comisión Reguladora de Energía en 2015.
Para hacer frente al problema el gobierno volvió a poner la mirada sobre la red ferroviaria del país. La Comisión Reguladora de Energía espera que se recauden 1,500 millones de pesos por el otorgamiento de permisos a concesionarios de ferrocarriles para el transporte de hidrocarburos.
La infraestructura ferroviaria dobla en longitud a los poliductos instalados en México. Mientras que las vías férreas abarcan una extensión de 23,804 kilómetros y conectan las fronteras de norte a sur y del Océano Pacífico hasta el Golfo; el Sistema Nacional de Ductos para el transporte de petrolíferos tiene una longitud de 8,946 kilómetros que no alcanza esta conectividad.
FUENTE: Iniciativa de reforma a la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario de los diputados Abel Guerra Garza y Fernando Alfredo Maldonado Hernández, del Grupo Parlamentario del PRI, noviembre de 2013.
El duopolio ferroviario
El 80% de las principales vías férreas de México está en manos de dos empresas y una concesión de gobierno:
Kansas City Southern que en México preside José Guillermo Zozaya Delano y Ferromex, controlada por Grupo México de German Larrea Mota en sociedad con la estadounidense Union Pacific presidida por Lance Fritz y Grupo Carso-Sinca Inbursa propiedad de Carlos Slim.
Ferromex controla además las vías de Ferrosur, también subsidiaria de Grupo México, en su página web ofrece las vías de ambas empresas como si de una sola se tratara.
Vías concesionadas a Ferromex y Ferrosur. FUENTE: Página web de Ferromex.
La secretaría de Comunicaciones y Transportes tiene en su poder la concesión de la vía Chiapas-Mayab por donde circula el tren conocido como La Bestia. A diferencia de las vías de Kansas y Ferromex esta se extiende únicamente en los estados sureños de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
La vía Chiapas-Mayab estuvo concesionada a la empresa Viabilis Holding del empresario Pedro Topete Vargas, pero la secretaría se la retiró en 2016.
Para transportar la gasolina los empresarios estarán a merced del casi duopolio de empresarios ferroviarios y ello puede colocarlos en una situación vulnerable.
En México las empresas dominantes en diversos sectores han sido artífices de malas prácticas documentadas por la Comisión Federal de Competencia Económica en detrimento de los consumidores, por ejemplo, mantener altos costos de los productos o servicios; realizar acuerdos para fijar los precios o bajos estándares de calidad en su oferta, entre otros. El sistema ferroviario podría no ser la excepción.
La situación de los gasolineros frente a sus escasas opciones de transporte los deja también a merced de que las autoridades reguladoras del país hagan un excelente trabajo para evitar cualquier abuso por parte del casi duopolio.
En tanto y de refilón los empresarios José Zozaya, Carlos Slim y Germán Larrea serán los grandes beneficiaros de la apertura del mercado de las gasolinas, esta vez no por haber ejecutado una idea innovadora o haber hecho una inversión redituable, sino por la falta de infraestructura de transporte de gasolina en el país.
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