Tener maestría para trabajar de jornalero, crece migración de profesionistas hacia Estados Unidos

El 25% de los profesionistas que migra hacia Estados Unidos trabaja en actividades no profesionales, como Rosalía López, que dejó su trabajo en la Prodecon para ir a limpiar papas al poblado de Murtaugh, en Idaho.
18 Octubre, 2016 Actualizado el 20 de Octubre, a las 17:26
El número de mexicanos con educación superior residentes en Estados Unidos pasó de 455 mil personas en 1990 a poco más de 2 millones en 2013.
El número de mexicanos con educación superior residentes en Estados Unidos pasó de 455 mil personas en 1990 a poco más de 2 millones en 2013.
Arena Pública

Rosalía López tiene una maestría en derecho fiscal, pero hace dos meses dejó su trabajo en la Prodecon para ir a limpiar papas a Estados Unidos.

Su motivación fue simple. Todo un mes defendiendo a ciudadanos de a pie y empresas contra los abusos del fisco mexicano le reportaba un salario aproximado de 20,000 pesos, lo mismo que ganó en una semana librando a las papas de terrones, basura y piedras en el rancho Grand Four D, ubicado en el poblado de Murtaugh, en Idaho, donde además le pagan las horas de traslado y la capacitación.

En los últimos 20 años las Rosalías se cuadruplicaron en Estados Unidos. El número de nacidos en México -con al menos un grado de educación superior- que residen al otro lado de la frontera, pasó de 455 mil personas en 1990 a poco más de 2 millones en 2013, reveló el artículo “Migración mexicana altamente calificada: 1990-2013”, publicado en el número 185 de la revista latinoamericana de Economía, “Problemas del Desarrollo,” de la UNAM.

La migración de mexicanos con licenciatura o posgrado creció a una tasa promedio anual de 4.6% de 2000 a 2013, casi el doble que la migración de mexicanos con estudios de bachillerato o menores, la cual se incrementó a un promedio anual de 2.6% bajo la misma comparación, sostiene el artículo realizado por Selene Gaspar y Mónica Chávez.

Rosalía no fue a trabajar a la papa por tener apuros económicos, como la mayoría de sus compañeros, ella es soltera y no tiene hijos. Migró hacia Estados Unidos junto con su prima Patricia -licenciada en administración de empresas- para juntar dinero y luego hacer un gran tour por Europa.

Su tío les dio el trabajo, Rogelio López llegó a Estados Unidos en una cajuela, un cuarto de siglo después se convirtió en el único mayordomo mexicano de uno de los ranchos de papa en Idaho, una excepción, pues en la papa cada quien tiene su lugar, los gringos son los capataces y los mexicanos los jornaleros, así ha sido siempre.

En la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente Rosalía estaba rebasada, había mucho trabajo y poca gente, ella y sus compañeros laboraban de las 9:00 de la mañana hasta las 11:00 o 12:00 de la noche. Hubo ocasiones en que incluso trabajó hasta la 1:00 de la madrugada y en fines de semana.

Rosalía soportó el estrés que causaba ese ritmo de trabajo por casi tres años, cuando renunció “su jefe le lloró mucho,” dice, pues en el estado donde ella trabajaba escasean los perfiles con experiencia y conocimiento en el laberinto que es la regulación fiscal mexicana.

Cuando recién abrió, la Prodecon batalló para reclutar personal, para integrar a su equipo de trabajó le arrebató varios empleados a la delegación local del Servicio de Administración Tributaria, fue el caso de Rosalía López.

México está desaprovechando el conocimiento y la experiencia de estos profesionistas, el desperdicio es doble, pues el 25% de los mexicanos con posgrado que migraron al otro lado de la frontera están ocupados en tareas no profesionales, revela el citado artículo.

No sólo el talento se derrocha, la migración de profesionistas tira a la basura los recursos que tanto el Estado, como los padres de familia, invirtieron en la formación de estos jóvenes.

La maestra en derecho fiscal trabajó limpiando papas alrededor de 15 horas diarias, “es pesado pero vale la pena,” dice quien recibió a cambio un salario mínimo de 9.5 dólares por hora. La limpia de papa en el condado de Twin Falls es un trabajo temporal que comienza a principios de septiembre y concluye a mediados de octubre.

De los 160 mil mexicanos con posgrado en Estados Unidos -durante 2013- 67% tenían estudios de maestría, 24% un grado profesional y 9% doctorado.

“Voy a pensar si regreso a Estados Unidos un tiempo o ya me quedo en México,” respondió Rosalía, cuando Arena Pública le preguntó que pensaba hacer luego de concluir su tour por Europa.

Si regresa a Estados Unidos, la fiscalista volvería a trabajar de jornalera, por ahora no puede buscar un trabajo acorde a su nivel educativo porque no tiene los papeles que se requieren, relata.

“Te das cuenta de la realidad mexicana, como acá con poco trabajo puedes ganar mucho y haya puedes trabajar demasiado y ganar lo mismo,” dice Rosalía.

 

[Los nombres de los personajes citados en esta nota son ficticios a petición de la entrevistada.]

 

A FONDO: “Migración mexicana altamente calificada: 1990-2013”, publicado en el número 185 de la revista latinoamericana de Economía, “Problemas del Desarrollo,” de la UNAM.

MÁS INFORMACIÓN: Migración se oculta tras “seguridad nacional” para actuar con opacidad, Arena Pública, 14 de septiembre de 2016. 

MÁS INFORMACIÓN: La multiplicación de los micronegocios gracias a los dólares de los mexicanos, Arena Pública, 18 de noviembre de 2015. 

MÁS INFORMACIÓN: El 82% de los migrantes que regresan, trabajan en la informalidad, Arena Pública, 21 de julio de 2015. 

Archivado en