Mercado Gris de celulares en México: El espasmo de intereses fragmentados y carente regulación
Comprar un teléfono se convirtió en un arma de doble filo en México. El llamado "mercado gris" ha acaparado los reflectores, entre bloqueos, negativa de la garantía, y acuerdos carentes entre reguladores y empresas.
La preocupación por parte de los gigantes del sector como Samsung, Motorola, Oppo y ZTE han hecho que se tomen medidas para abordar el problema, pero al mismo tiempo suscita un debate sobre la regulación y los daños colaterales en el sector a empresas, pero sobre todo, a consumidores.
El "mercado gris" en México se refiere al comercio de teléfonos móviles importados sin la certificación oficial de la Norma Oficial Mexicana (NOM). Estos dispositivos, aunque a menudo son idénticos a los homologados, carecen de garantías y certificaciones cruciales.
Según la Subprocuraduría de Telecomunicaciones de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), “los equipos terminales móviles provenientes de las importaciones paralelas, es decir de distribuidores no oficiales, no necesariamente cumplen con el proceso de homologación que brinda la certeza total para ser utilizados en las redes de telefonía móvil en el país”, dijo el organismo a través de una solicitud.
Por eso, según el organismo, adquirir un dispositivo que no está homologado, representa riesgos como no contar con servicio técnico ni poder hacer válida la garantía con el proveedor o fabricante, no ser compatibles al 100% con las redes móviles de México, y tener vulnerabilidades de seguridad cibernética y privacidad.
Los consumidores son atraídos por los precios más bajos del mercado gris, a pesar de las complicaciones que representa. Pero aunque los productos son auténticos y fabricados por la empresa, se desvían de los canales oficiales, lo que puede afectar la distribución autorizada y la fijación de precios. En el ámbito del comercio electrónico, esto se refleja en la venta de dispositivos genuinos en plataformas no reconocidas.
Este término no es igual al mercado negro, que implica que los celulares puedan ser robados, falsificados o modificados de manera no autorizada. Los productos, en este caso, no sólo se desvían de los canales legítimos, sino que también se refieren a la venta ilícita de dispositivos robados o falsificados a través de plataformas en línea.
Aunque en ambos casos hay consecuencias significativas tanto para consumidores como para empresas, el mercado gris no está regulado, y de hecho, ha ganado popularidad, representando, según datos de Samsung México, hasta el 20% de las ventas de smartphones en ciertos meses.
Según The CIU, para Wired, entre el tercer trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, en México se vendieron 30.5 millones de smartphones. El 7.2% se vendieron en internet y solo 3% fueron comercializados a través del mercado gris. Sin embargo, la controversia comenzó a dispararse cuando fabricantes como ZTE, Motorola, Samsung y Xiaomi implementaron bloqueos en sus dispositivos comprados fuera de canales oficiales.
COMUNICADO OFICIAL DE SAMSUNG
“En Samsung México estamos comprometidos con la seguridad y el cumplimiento de las regulaciones locales en cada uno de los países donde operamos. A partir del 11 de octubre comenzaremos a bloquear aquellos smartphones que provienen del mercado gris,…— Adrián Santos (@techsantos) October 10, 2023
Por su parte, la PROFECO y el IFT, hicieron un llamado a los fabricantes para revertir estas acciones, reconociendo la libertad de elección de los consumidores en la adquisición de equipos. Ante esto, las empresas frenaron, pero se abrió la conversación a situar el aspecto nulo y carente de la regulación, y las consecuencias del mismo.
Lo que no está prohibido… está permitido
En México el mercado gris de celulares no está prohibido. Jersain Llamas, consultor de Tecnología Jurídica, experto en derecho y TIC, explica que estas compras no son autorizadas ante proveedores, pero no están prohibidas legalmente. “Eso es determinante. Podemos encontrar preceptos en la ley de telecomunicaciones, donde tiene contemplados ciertos aspectos de la banda ancha, también en la Ley de Protección al consumidor, y en la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial en la cuestión de importaciones paralelas respecto a comprar el producto con el proveedor autorizado a nivel nacional. Son los marcos jurídicos que hablan sobre el mercado gris”, explica.
Aunque este mercado no impacta solamente a México, otros ejemplos alrededor del mundo evidencian la falta de esclarecimiento legal. En China, por ejemplo, el mercado gris se ha convertido en el canal preferido para adquirir productos exclusivos fuera de China de muchos habitantes.
Desde artículos de cuidado de la piel y bolsos hasta calzado y ropa, los consumidores chinos recurren cada vez más a sus contactos Daigou de confianza para obtener productos de marcas extranjeras. "Daigou" es un término chino que se traduce literalmente como "comprador en el extranjero", y se refiere a un servicio informal donde individuos, conocidos como "daigous", compran productos en el extranjero en nombre de clientes chinos y luego los envían a China.
Con los consumidores jóvenes acostumbrados a utilizar Daigou como su vía preferida para acceder a productos exclusivos, el mercado gris en China está experimentando un crecimiento vertiginoso. Según el informe de Re-Hub de septiembre de 2023, "The Daigou Index 2.0", el tamaño estimado del mercado gris en China asciende a 81 mil millones de dólares (600 mil millones de RMB), habiéndose expandido en más del 40 por ciento desde 2019. Este fenómeno plantea un desafío significativo para las marcas de lujo, que se ven presionadas por la creciente influencia y capacidad de las redes Daigou en el mercado chino.
Pero hay una diferencia notable en cuanto a regulación. En la actualidad, el mercado del "daigou" se encuentra bajo notables presiones. Los funcionarios gubernamentales han implementado controles fronterizos más rigurosos, y las marcas han adoptado estrategias para homogeneizar sus precios minoristas a nivel global, al mismo tiempo que expanden su presencia tanto en el ámbito digital como en el físico en China.
A pesar de las medidas enérgicas adoptadas contra el mercado de daigou, las empresas están, de hecho, dirigiéndose a las vulnerabilidades percibidas de sus propios clientes. No obstante, el informe de Re-Hub pronostica que el mercado gris de importación continuará su expansión, impulsado por diversos factores macroeconómicos.
Lo que hay en común, es la dificultad para mediar una regulación que incluya tanto a clientes como a empresas. “Estamos hablando de derechos económicos, de cuestiones de exportación, de derecho del consumidor e inclusive una autodeterminación respecto a productos, entonces, de manera muy sencilla, es como un “chilaquil” de materias, porque hablamos de competencia económica, de propiedad industrial, seguridad, garantía, consumidor, etc.”, asegura Llamas, también cofundador de Legal Hackers Guadalajara, aunque para el experto, “Latinoamérica parece un experimento”.
Esta transversalidad de leyes dificulta el mutuo acuerdo. Para el experto “hay muchísimos derechos y prerrogativas, a esto se llama colisión de derechos”, argumenta. “Una parte debe ser el interés legítimo de las empresas, y por otra parte tenemos derechos del consumidor. El cambio de paradigma no debe ser intrusivo ni para los consumidores ni para las empresas. Hay un choque de derechos y de intereses, y hay mucho capital de por medio”, asegura.
Consumidores pagan los platos rotos
Debido a que hay diferentes intereses de por medio, la regulación se ha visto estancada, pero esto ha provocado ya diferentes consecuencias. Para Carlos Morales, PR Director en Huawei Latinoamérica, a pesar de que las empresas, como Huawei, sufren afectaciones, en realidad el impacto más grande es en el consumidor final.
“Nos ha ocurrido que vienen usuarios a hacer válida la garantía que compraron de un dispositivo hace meses. Nosotros, a partir del número de serie y el número IMEI, cotejamos una base de datos global, y sabemos cuando el dispositivo fue vendido localmente. Si fue así, el usuario cuenta con su garantía y se hace válido con todos los beneficios que otorga la ley. Sin embargo, los usuarios que llegan después de meses, y no fue vendido de manera oficial, no puede hacerse nada”, dijo en entrevista.
Pero además de no tener garantía, el usuario puede tener problemas de red, por ejemplo. Para Jersain Llamas, una de las principales consecuencias ya la sufrieron algunos usuarios, cuando las empresas decidieron bloquear los celulares obtenidos por medio de canales no autorizados. “Para mí, esto que sucedió, se me hizo una vulneración de los derechos humanos del consumidor”, aseguró. “Los primeros comunicados de reguladores fueron moderados, como un recordatorio únicamente. Después los bloqueos se intensificaron, pero entonces parecía un tema en el que nadie quería decir lo que estaba pasando verdaderamente”.
Esa fragmentación entre organismos reguladores, y al mismo tiempo, de intereses, hace que surja la pregunta apremiante de tiempo que la industria permanecerá sin, al menos, un principio de regulación, algo que ahora se vislumbra muy poco sólido.
Homologar intereses: el camino a la regulación
El crecimiento del mercado en línea, fue uno de los principales canales que hicieron que este mercado creciera, especialmente en lo que respecta a las ventas paralelas. El mercado gris de celulares genera un conflicto de intereses entre el sector público y privado por diversas razones. Por un lado, las empresas legítimas que cumplen con las regulaciones contribuyen al sistema fiscal mediante impuestos, mientras que el mercado gris, al desviar productos fuera de los canales oficiales, puede resultar en pérdidas de estos ingresos.
Al mismo tiempo, el sector público busca proteger los derechos de los consumidores y mantener la regulación del mercado para garantizar la calidad y seguridad de los productos, aspectos que pueden verse comprometidos en el mercado gris.
Homologar los intereses de ambos sectores, tanto privado como públicos, es crucial para una regulación. Recientemente, Samsung aseguró que buscarán resolver la problemática con una iniciativa desde el Poder Legislativo.
Por su parte, Profeco en acompañamiento con el IFT, recientemente realizó un llamado los fabricantes de equipos terminales móviles, el día 19 de octubre, que tuvo el objetivo de detener de forma inmediata el bloqueo de los celulares adquiridos vía importación paralela, al considerar que esta medida violentaba los derechos fundamentales de la propiedad y la conectividad.
Además, en este comunicado se convocó a los fabricantes a formar parte de un grupo de trabajo en el que participaran los distintos actores involucrados a fin de identificar medidas e implementar acciones para hacer frente a los respectivos retos, salvaguardando en todo momento los derechos de las personas consumidoras.
Hasta ahora, según la Subprocuraduría de Telecomunicaciones de la PROFECO, “el día 26 de octubre, se llevó a cabo la primera reunión del mencionado grupo de trabajo. En esta misma reunión se reiteró que las medidas de bloqueo son violatorias a los derechos de los consumidores. Además, como punto de acuerdo, se les solicitó que presentaran un diagnóstico de la industria para hacer frente al problema de las importaciones paralelas”, dijo en entrevista.
Huawei confirmó esta colaboración, diciendo que se encuentra en estrecha comunicación con PROFECO. “En casos como este, que requiere la colaboración de la industria, lo hacemos de manera puntual, ya sea de manera directa en las mesas de trabajo, o también a través de la ANATEL, que también tiene que ver en este caso puntual, que forman parte de la iniciativa privada para tener una voz más consensuada con los reguladores”, aseguró Carlos Morales.
Sin embargo, estos pasos apenas vislumbran un pedazo de la fragmentación de la regulación, que todavía es lejana. Entonces, ¿qué esperar? Para Llamas, el camino se encuentra en la homologación de intereses, que llevaría como trasfondo, lo que él llama una “tecno regulación”.
“Puede ser que la solución sea tecno regulatoria porque cuando nos referimos a regulación siempre se piensa que son leyes, y constitución y reglamentos. Es verdad, una regulación, además de crear derechos, debe crear instituciones, políticas, lineamientos, mesas de debate, y un sistema de gobernanza en el sector público y privado para cubrir los intereses de todos. Pero al referirnos a la tecno regulación, la estrategia más efectiva para combatir el mercado gris es buscar soluciones tecnológicas de distribución”.
El experto en tecnología jurídica, pone como ejemplo la lucha contra la piratería en línea, donde las regulaciones y juicios legales no pudieron frenarla, pero la implementación de soluciones tecnológicas y plataformas legales, como Spotify, cambió el panorama al ofrecer opciones convenientes y asequibles. “Aplicar un enfoque similar contra el mercado gris podría implicar la incorporación de sistemas de rastreo y autenticación a lo largo de la cadena de suministro, asegurando la legitimidad de los dispositivos y proporcionando alternativas legales a los consumidores en lugar de imponer bloqueos intrusivos”, señala.
Pero hasta acaparar estos diferentes puntos, el escenario se mantiene indefinido. El escenario regulatorio incierto, hace que la búsqueda de soluciones se trace lentamente. Al menos por ahora, los consumidores podrían continuar enfrentándose a ese dilema al comprar un teléfono.