Contraataque de OpenAI contra el NYT sería un debate secundario
OpenAI busca desestimar la demanda del New York Times.
La empresa desarrolladora de ChatGPT ha presentado una moción ante un juez federal de Manhattan, solicitando la desestimación de partes del informe del periódico New York Times donde acusa a la empresa desarrolla de violación de derechos de autor, alegando que el periódico "hackeó" su chatbot ChatGPT y otros sistemas de Inteligencia Artificial (IA).
La empresa tecnológica argumenta que el Times utilizó tácticas engañosas para generar pruebas que respalden su demanda por derechos de autor. En la presentación, OpenAI afirma que el Times hizo que ChatGPT reprodujera su material mediante "indicaciones engañosas que violan descaradamente los términos de uso de OpenAI", y sugiere que el Times pagó a alguien para “hackear” los productos de OpenAI.
Sin embargo, si bien este contraataque podría hacer que el proceso se demore, o incluso incentive un debate secundario respecto a la vulneración de su sistema de IA, Jersain Llamas, abogado especialista en Tecnología y Hackers legales, opina que no hay que perder de vista la demanda principal.
“OpenAI avienta las acusaciones de piratería o hackeo, que son un poco vagas, no sabemos hacia donde apunta, pero considero que no se tiene que perder de vista que la demanda principal es la paga de suscripción, el contenido y el entrenamiento del chatbot. Me parece que hay que separar la disputa principal. Una segunda disputa podría ser una cuestión de vulneración del mecanismo de seguridad, de hackeo o piratería informática. Sí puede dilatar el proceso, pero me parece que no tendría que perderse la demanda principal: la violación de derechos de autor”, señala.
En diciembre, el periódico estadounidense acusaba a OpenAI de utilizar millones de sus artículos sin permiso para entrenar al chatbot. La denuncia del Times citó casos en los que ChatGPT proporcionó extractos casi textuales de sus artículos, acusando a OpenAI y Microsoft de intentar crear un sustituto para el periódico.
Por su parte OpenAI ha negado las acusaciones y señala que el periódico no puede impedir que los modelos de IA adquieran conocimiento sobre hechos de interés público. Para Llamas este es precisamente un punto de inflexión para el caso.
“El concepto de la economía de los datos para el bienestar y desarrollo económico y social de las empresas es muy importante. Este es un debate fundamental porque uno podría decir que son derechos de autor, pero el problema es que los argumentos y resultados derivados de un sistema de IA hasta el momento son de dominio público porque tanto las marcas como las patentes pueden estar sujetos a registrarse por personas jurídicas”, dijo en entrevista.
El experto también menciona que los derechos de autor se vinculan a la dignidad humana y a la personalidad jurídica. Por lo tanto, en este momento, cualquier reproducción o expresión realizada por una entidad humana no es registrable como derecho de autor.
Por otro lado, OpenAI ha argumentado que el Times necesitó "decenas de miles de intentos para generar resultados altamente anómalos" y que no se puede usar ChatGPT para publicar artículos del Times a voluntad.
“Cuando hablamos de un hackeo hablamos de un ataque”, opina Llamas. “Creo que podría haber muchos ataques a la seguridad o a la privacidad. No respetó la licencia de uso aceptable, por lo que sí hubo un conflicto en un contrato de adhesión en el que no utilizó el producto de acuerdo a como se debería. El argumento podría seguir en que hubo un ataque en el sentido de poder empujar al sistema a tomar ciertas decisiones para que de una respuesta definida”, dijo.
La presentación de OpenAI también se vale de la falta de pruebas de que la capacitación en inteligencia artificial califique como uso legítimo según la ley de derechos de autor. Las empresas de tecnología han defendido que sus sistemas hacen un uso justo del material protegido por derechos de autor y que las demandas amenazan el crecimiento de la industria.
Aunque aún no hay una respuesta por parte del Times, lo cierto es que aunque no es la primera vez que se pone en la mesa el daño a los derechos de autor por la llegada de las herramientas de IA, esta es la primera demanda formal del mundo de los medios para defender su contenido.
Aunque la complejidad de la batalla legal radica en que, aunque las empresas de noticias luchan por proteger sus derechos, la regulación de esta tecnología todavía se encuentra en desarrollo y tiene desprotegidas diferentes aristas que siguen desarrollándose. Llamas opina que es posible que pueda encontrarse un punto medio, pero asegura que será indispensable mirar con atención la regulación de los mismos datos, mismos con los que se entrenan diferentes los diferentes modelos de IA , y tener en cuenta su vulneración.
“El problema va más allá, porque los sistemas de Inteligencia Artificial necesitan datos. La Unión Europea se ha dado cuenta que el problema no recae en la regulación de los mismos sistemas que, aunque es necesario, recae más bien en la regulación de los datos, y por eso se está teniendo una transición de tener los datos como elemento general de protección de datos personales y brincar a una economía de los datos promulgando nuevas regulaciones”, opina.