Blindará Blockchain derechos de autor contra robo por IA
La tecnología de Blockchain podría ayudar a solucionar la preocupación en torno a derechos de autor de información con la que se alimenta la Inteligencia Artificial Generativa, y los inversionistas ya muestran interés al respecto.
La startup Story, que anunció una financiación de 80 millones de dólares en fondos, buscará ofrecer una plataforma basada en Blockchain para el rastreo de información como parte de los esfuerzos para mitigar que modelos de IA tomen propiedad intelectual de creadores sin permiso, según reportó el medio de comunicación estadounidense TechCrunch.
Blockchain es una tecnología de registro distribuido que almacena datos en una cadena de bloques interconectados y seguros. Cada bloque contiene un conjunto de transacciones y está vinculado al bloque anterior mediante una referencia criptográfica, creando una secuencia continua y segura.
Esta estructura descentralizada permite que múltiples participantes en una red validen y registren transacciones de manera transparente y a prueba de manipulaciones. Está tecnología es utilizada para aplicaciones como criptomonedas, específicamente es la tecnología que sustenta las criptomonedas Bitcoin y Ether
La tecnología blockchain podría establecer un sistema más equitativo para rastrear la propiedad de contenido con derechos de autor en grandes modelos de lenguaje y plataformas de generación de imágenes.
Story funciona con una red blockchain que permite a los creadores demostrar la autoría y propiedad de su contenido al almacenar su propiedad intelectual en la plataforma. La tecnología de la startup incorpora términos como tarifas de licencias y acuerdos de reparto de regalías en contratos inteligentes.
Estos contratos inteligentes, almacenados en una cadena de bloques, se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertos términos. Esto hace a la propiedad intelectual "programable", al establecer reglas sobre el uso del contenido y el costo de reproducir o remezclar obras, según explicó SY Lee, cofundador y director ejecutivo de Story, al medio de comunicación CNBC. Además, esta tecnología pretende eliminar la necesidad de intermediarios en disputas de derechos de autor, simplificando el proceso en el entorno mediático.
Los inversionistas mostraron interés al financiar la startup en una ronda de Serie B, que generalmente se caracteriza por haber pasado anteriormente por una ronda inicial de financiamiento en la que posiblemente demostró cierto éxito y potencial de crecimiento. Además, la firma de capital de riesgo centrada en las criptomonedas Polychain también invirtió en la ronda.
El interés de los inversionistas surge en medio de controversias en torno al dilema de propiedad intelectual de información utilizada para alimentar desarrollos de IA. La demanda más reciente es contra Anthropic, empresa de Inteligencia Artificial por parte de tres autores, escritores y periodistas que argumentan que la empresa hizo uso de sus libros y de cientos de miles de otros para entrenar a su chatbot Claude, uno de los competidores más importantes de ChatGPT de OpenAI.
Los escritores Andrea Bartz, Charles Graeber y Kirk Wallace Johnson, argumentan que Anthropic utilizó versiones de sus obras para enseñar a Claude a responder a indicaciones humanas.
Sin embargo, Anthropic no es la única empresa desarrolladora que ha sido blanco de críticas por estas prácticas. Varios grupos de autores han presentado demandas contra OpenAI y Meta, empresa matriz de Facebook e Instagram.
Una de las demandas más importantes fue la del periódico New York Times, contra OpenAI que dijo que ChatGPT utilizó millones de artículos del periódico para entrenarse.
Este conflicto es uno de los más grandes en torno a los modelos de IA porque las fuentes de información son la estructura de los diferentes modelos, y entre más información tengan para entrenarse, pueden ser más sofisticados y precisos.
Sin embargo, los desarrolladores también se encuentran en la búsqueda de soluciones, como la empresa desarrolladora de ChatGPT, que recientemente firmó un acuerdo con la editorial Condé Nast, dueña de Vogue, Vanity Fair o The New Yorker, que permitirá mostrar historias de estos medios en ChatGPT, así como en su prototipo de motor de búsqueda SearchGPT.
El acuerdo secunda el contrato que firmó con publishers y medios, enfocado en el buscador, que promete ofrecer respuestas rápidas y precisas, además de citar y vincular fuentes de creadores. Sin embargo, la tregua no mengua para todos los creadores, y Story no es la única empresa que busca resolver un problema actual con su tecnología.
DroppLink, por ejemplo, es una solución que busca facilitar que la IA evolucione de "modelos contaminantes" a conjuntos de datos limpios, donde se reconoce la propiedad intelectual y se recompensa a los creadores.
DroppLink maneja un sistema tokenizado que rastrea y monitorea la actividad del modelo. Su mercado bilateral permite que los propietarios de propiedad intelectual ofrezcan sus datos a empresas de IA bajo términos comerciales específicos, gestionando la atribución mediante contratos inteligentes, un modelo parecido al de Story.
Estas tácticas apenas comienzan a ver la luz, sin embargo, es posible que comiencen a ganar terreno a medida que muestren mayor eficacia, un proceso que vendrá después de esta ronda de financiación, al menos para Story.