Las tarifas de electricidad están creciendo más rápido que los costos
Las tarifas de electricidad que pagan empresas y familias en México han crecido más rápido que los precios de producción de energía.
Las tarifas que se aplican a empresas en el sector industrial han súbido, rápida y consistentemente, a un ritmo mayor al que suben los precios que deben pagar los productores de energía. Y no se trata de un fenómeno único de las maquiladoras. También componentes de la tarifa de uso residencial, la que afecta a las familias, han presentado un comportamiento similar en los incrementos de precios.
Pero los expertos ven que esta tendencia se acelerará aún más, de aprobarse la llamada “contrarreforma energética” plantead por el Gobierno Federal, lo que se traduciría en aumentos directos en los recibos o, bien, en un mayor gasto en subsidios del gobierno para mantener el precio final a los usuarios.
Evolución de tarifas y precios de electricidad
La Comisión Reguladora de Energía (CRE) contempla dos componentes para calcular el cobro de las tarifas de uso doméstico: uno fijo, que se cobra en pesos por mes ($/mes) y uno variable, que se cobra en pesos por kilowatt hora ($/KWh). Asimismo, usa dos categorías para agrupar a los consumidores, cada una con niveles de tarifas ligeramente distintos entre sí: DB1, hogares que consumen hasta 150 KWh por mes, y DB2, quienes consumen más de 150 KWh al mes.
También hay que tener en cuenta que la CRE contempla 17 regiones geográficas para las tarifas de electricidad en el país, cada una con distintos precios a raíz de factores como la disponibilidad de centrales de generación o niveles de temperatura (que podrían llevar a un uso más continuo de aire acondicionado en los hogares, o bien de instalaciones de enfriamento en instalaciones de producción, independientemente de la condición económica del usuario).
Así, para estimar qué tanto han crecido en general las tarifas que se cobran a los usuarios a escala nacional, se realizó un promedio simple: Se sumaron los 34 valores de tarifas (por cada una de las 17 áreas geográficas y las dos categorías de usuarios) disponibles en las Memorias de cálculo de tarifas de suministro básico de la CRE, y ese resultado se dividió entre 34. El mismo proceso se hizo para cada componente de la tarifa, fijo y variable.
De acuerdo a este cálculo, entre diciembre de 2017 y diciembre de 2021, el componente fijo para las tarifas DB1/DB2 se incrementó en 23.23%, casi el doble del incremento de 12.10% para los precios de producción, según el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) que publica Inegi.
De acuerdo con este mismo promedio simple, también el componente variable de la tarifa residencial ha crecido más rápido que los precios al productor de electricidad residencial. Entre diciembre de 2017 y de 2021 creció 52.78%, más de cuatro veces el incremento del 12.10% para los precios al productor en el sector residencial.
Observando la variación año con año, la evolución prueba ser más compleja. El componente variable de la tarifa residencial tuvo un fuerte incremento entre 2017 a 2018, que se desaceleró significativamente al año siguiente. Además, en 2020 y 2021 este componente variable incluso disminuyó, aún cuando los precios al productor mostraron crecimientos en esos mismos periodos.
El fenómeno de crecimiento asimétrico es mucho más consistente para las tarifas que se aplican a las empresas en el sector industrial. Si bien la CRE contempla varios esquemas tarifarios para compañías industriales, uno de los más importantes es el de Gran Demanda en Media Tensión Ordinaria (GDMTO). Este rubro abarca a las empresas que requieren más de 25 KW al mes y suele aplicarse a muchos negocios de maquila de tamaño medio, no necesariamente grandes líderes de sus respectivos sectores.
Los recibos en GDMTO tienen, al contrario de las tarifas residenciales, tres componentes. Uno de ellos es fijo, y también se mide en $/mes. Otro es un componente variable similar al elemento variable de las tarifas residenciales, cobrado en $/KWh. El tercer componente también es variable, pero considera la capacidad de electricidad usada por la compañía durante todo el mes y se cobra en pesos por KW ($/KW). Éste último es el que tiene mayor efecto en el total del recibo mensual.
Usando el mismo cálculo de promedio simple para cada componente de la tarifa (pero esta vez usando solo 17 variables, una por cada región geográfica tarifaria), el componente fijo para la tarifa industrial GDMTO incrementó 5.8% entre diciembre de 2017 y diciembre de 2021. El primer componente variable aumentó un 17.39%. Ambos cifras se quedan cortas del crecimiento del 26.2% que tuvieron los precios al productor para la generación de electricidad en media tensión entre diciembre de 2017 y noviembre de 2021.
Sin embargo, para el segundo componente variable de las tarifas GDMTO, se registra un incremento del 71.43% en ese mismo periodo. Es decir, el recibo de electricidad para muchas empresas medianas de maquila en México creció tres veces más rápido que los precios de producir esa misma energía. Esa asimetría en el crecimiento de los precios productor y las tarifas a consumidores se mantiene en muchas de las comparaciones anuales.
Fuente: CRE, Inegi.
Ineficiencia en la producción
Estos cálculos confirman los argumentos de los usuarios. Particularmente en el servicio a clientes residenciales y considerando que los mayores incrementos en el componente variable de las tarifas DB1/DB2 se dieron entre 2017 y 2018, parece que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha tenido cierto éxito en limitar el impacto de los crecientes costos de generación a la población final, como lo ha presumido varias veces.
Pero estas cifras también hacen evidente que los precios de producción de la electricidad para uso residencial están creciendo con mayor rapidez.
Lo anterior es congruente con la evolución del mercado que expone Rosanety Barrios, analista independiente de la industria. La especialista apunta que entre los años 90 y 2000 se empezaron a usar centrales de ciclo combinado y se permitió la entrada de los productores independientes de energía (PIEs), lo que permitió reducir los costos.
Y, luego, a raíz de la reforma de 2013, se establecieron las plantas de gas natural como la base de la generación de electricidad, dejando el resto de la demanda del mercado a tecnologías renovables; una distribución que permitió reducir aún más las tarifas a los consumidores y clientes de CFE. Pero el actual gobierno dice que “impulsa la política que CFE debe regresar a consumir combustóleo como lo hizo en los 60. Y ahí regresan los costos”.
Además, dice Barrios, la propuesta de contrarreforma energética también implicaría la cancelación de proyectos de privados y el apagón de renovables. Lo anterior, junto con el mayo uso de renovables, debería resultar en “un alza estimada del 20% del costo de la generación, así como un alza en las emisiones de carbono de casi el 60%”.
También parece respaldar los temores de otros especialistas sobre cómo los subsidios estarían enmascarando los verdaderos costos de la electricidad en México.
De acuerdo con Severo López Mestre, experto en asuntos energéticos, si se hiciera un benchmarking entre las tarifas de media tensión que se le cobran a las maquiladoras de Estados Unidos y las que se cobran a las empresas de México, en el territorio nacional los precios son de casi el doble.
“En ese diferencial, hay un componente muy grande de ineficiencia […]. Y esa ineficiencia es también un tema de cómo está estructurado el sistema y cómo operan las empresas que generan electricidad. Y ese promedio de tarifas ni siquiera es el real, del lado de México. ¿Qué pasa si les quito los 83 mil millones de pesos (MP) de subsidio? […] ¿Cuánto nos costaría producir? El siguiente paso sería entonces pensar que hay que bajar el costo”.
El especialista lamenta que la discusión se haya estancado alrededor del sector de electricidad y de "salvar" a CFE, y no en lograr que la producción de energía sea más eficiente. López Mestre advierte que esta eficiencia probablemente no se alcanzará solamente empoderando y facilitándole el escenario a la Comisión.
“Mientras no tengamos estos mecanismos de regulación y competencia, nuestro sistema está destinado a ser ineficiente", dice Severo López Mestre. "Y con una reforma como la que viene […], que te quita todas las amarras de regulación y competencia, imagínate lo que sigue”, concluye.