Nerviosismo por frentes fríos inyecta volatilidad al gas natural
La incertidumbre climática está poniendo de cabeza los precios del gas natural, especialmente con la sombra de la crisis energética de 2021 por detrás.
Luego de una tendencia decreciente iniciada a finales de noviembre, el precio spot del gas Henry Hub comenzó a crecer hasta los 6.27 dólares por millón de btu el pasado 27 de enero. Como todos los inviernos el gas natural aumenta de precio debido a una mayor demanda, sin embargo, este incremento sería normal sino fuera por la alta volatilidad que ha presentado.
Tan solo la semana pasada, el precio del gas natural subió 47% entre el 26 y 27 de enero, para caer 26% al día siguiente y tan solo un par de día después subir 16% entre el 1 y 2 de febrero, solo para caer 11% al día siguiente.
Este comportamiento irregular en el mercado de gas natural se debe al miedo de que los frentes fríos que actualmente azotan Texas, el principal productor estadounidense, vuelvan a causar estragos como los provocados hace un año por la tormenta invernal Uri.
“Ha sido un invierno bastante volátil, está cambiando muy muy rápido. Eso señala un nerviosismo sistemático en que todos están pensando en el fantasma del año pasado. En varios puntos se han dado compras de pánico entre quienes intentan se preparan para lo peor”, dijo Eduardo Pru’homme, socio de la consultora Gadex Inteligencia en Energía, entrevistado para este reporte.
Este año el invierno tampoco ha pasado sin dejar su marca. Según un reporte de S&P Global Platts, la producción en la Cuenca Pérmica, uno de los mayores puntos de producción de gas natural de Estados Unidos, cayó 12% hasta 12.2 miles de millones de pies cúbicos (Bcf/d) por día, su nivel más bajo desde Uri en sintonía con el inicio del repunte de su precio.
No obstante, hasta el día de ayer la producción había repuntado hasta 13.7 (Bcf/d) presionando por una nueva baja de los precios que, junto a los mejores pronósticos climáticos, ha regresado el optimismo a los mercados de vivir un invierno mucho más “cálido” que el de 2021. .
“Lo que pasó el año pasado fue una circunstancia especial. Un mal timing en ciertos nodos de entrega, las renovables no funcionaron como se esperaba, muchos elementos fortuitos”, explica Prud’homme, quién también fue Jefe de la Unidad de Gestión Técnica y Planeación del Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas)
Autoridades preparadas frente a cualquier sorpresa
La crisis del gas durante el invierno pasado cobró una factura de 70 muertos en los Estados Unidos y varios días sin energía eléctrica en el estado de Texas, el único estado que tiene su red eléctrica propia..
Si bien no se espera que la crisis se repita, el Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT por sus siglas en inglés), la operadora de la red, ha asegurado estar preparada para las heladas que pudieran aparecer este invierno y el repunte en la demanda de electricidad que podría alcanzar los 72 mil megawatts en el estado.
Los legisladores del estado de la estrella solitaria tampoco se quedaron inmóviles luego de la crisis en el estado y desde entonces han aprobado nuevos requisitos para las empresas generadoras y distribuidoras en el mercado eléctrico, a fin de que garanticen el suministro durante el invierno.
Sin embargo se ha criticado que los legisladores locales no hayan también regulado a las empresas productoras de gas, el otro eslabón de la cadena y quienes obtuvieron ganancias extraordinarias durante la crisis gracias al repunte emergente de los precios ante la escasez.
Hace un año los efectos de este fenómeno no solo se limitaron a Texas, sino también a México que importa la mayor parte de su gas natural de este estado. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) se vió forzada a desembolsar 65 mil millones de pesos para encontrar un proveedor emergente de gas, pues el gas natural es uno de los combustibles más usados en la generación de energía eléctrica, especialmente en el norte del país.
Según Luis Manuel Hernández, presidente nacional del Consejo Mexicano de la Industria Manufacturera de Exportación (Index) también causó de forma indirecta que unas 800 empresas perdieran 200 millones de dólares cada hora, debido a los paros técnicos ante la falta del energético, vital para los procesos industriales.
“Hubo sistemas donde no hubo interrupción, no fue un operativo, sino de decisión comercial, donde muchas empresas -no solo CFE- decidieron no hacer pedidos esa semana porque implicaba un compromiso financiero”, explica Prud’homme.
Si bien la CFE ve poco probable un episodio similar al año pasado, informó en un comunicado que están preparados si esto llegase a ocurrir. Según la empresa estatal, junto a la Secretaría de Energía han implementado un grupo de alertas tempranas ante indisponibilidad de gas continental por congelamiento de ductos en Estados Unidos además de tener máxima disponibilidad de centrales generadoras de combustibles alternos.
“Probablemente están más claros en cómo nominar. También compraron coberturas, pero de éstas no se sabe a qué nivel, en qué cantidad o contratos, así que al final una buena estrategia solo se conoce hasta que sucede algo”, dijo el consultor energético.