El costo de la corrupción

La "honestidad valiente" de López Obrador le salió muy cara al país, no solo en términos de la descomposición de la vida pública, sino también por sus impactos en la economía.
19 Febrero, 2025
López Obrador.
López Obrador.

Una de las promesas más reiteradas y de los fracasos más patentes de la administración pasada es el combate a la corrupción. Las recientes cifras de Transparencia Internacional muestran que en 2024 México alcanzó la percepción más alta de corrupción en los últimos 30 años. Las consecuencias de este fracaso no sólo es la desviación ilícita de recursos, sino la reducción en el crecimiento económico al desanimarse la inversión y elevarse los precios de bienes y servicios.

Desde su campaña presidencial, López Obrador puso el combate a la corrupción como foco de su gobierno. De acuerdo al discurso oficial, los resultados fueron inmediatos, pues la corrupción terminó en el país en 2019 y esto habría representado un ahorro de 500 mil millones de pesos, poco más de 2% del Producto Interno Bruto. En su mensaje de despedida, en 2024, AMLO se dijo satisfecho de los resultados de su gobierno, en particular de no haber permitido la corrupción.

Pese a lo anterior, la evidencia anecdótica y los datos duros no avalan un combate efectivo a la corrupción. En lo anecdótico, la cantidad y magnitud de los señalamientos de corrupción en el sexenio de López Obrador reportados en los medios superan notablemente las del desprestigiado periodo del expresidente Peña Nieto. Tan sólo el quebranto de la empresa Segalmex del pasado gobierno es casi el doble de lo correspondiente a la denominada Estafa Maestra, del que lo precedió.

En lo que se refiere a lo que directamente afecta a las personas, el INEGI reporta que el porcentaje de mayores de 18 años que al realizar un trámite gubernamental fue víctima de corrupción se redujo de 15.7 a 14 entre 2019 y 2023, Esto no es la erradicación de la corrupción proclamada, pero al menos representa un progreso. Sin embargo, el componente de corrupción correspondiente al Gobierno Federal se quedó sin mejora alguna, y el modesto avance provino de los gobiernos estatales.

El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional proporciona un panorama aún más precario. En 2019 este indicador daba al país 28 puntos, donde 100 representa ausencia total de corrupción y cero la máxima corrupción posible. Para 2024, este cayó al nivel más bajo desde 1994, alcanzando 26 puntos. Con ello México se situó en el lugar 140 de 180 países considerados, perdiendo así 14 lugares respecto al mayor logro de la administración pasada.

Este indicador tiende a minimizarse apuntando que corresponde a la percepción de un grupo reducido de observadores. Sin embargo, la información que contiene es más importante de lo que parece, pues anticipa cercanamente consecuencias económicas adversas. En su análisis “Corruption and Economic Growth: New Empirical Evidence”  investigadores de la Universidad de Munich han mostrado que la caída en el IPC se asocia una pérdida de crecimiento económico.

A partir de este estudio, se puede estimar que la caída del IPC en México estaría asociada a una reducción del crecimiento del PIB en el largo plazo de alrededor del 2%. Esta contracción económica se daría fundamentalmente por el impacto de la corrupción en la inversión extranjera directa y sobre la inflación, y sería más pronunciada en caso de que el país acentuara sus elementos autocráticos y la ineficiencia gubernamental, y descuidara el estado de derecho.

En suma, al compromiso incumplido de combatir la corrupción y al fiasco que resultaron ser los esfuerzos gubernamentales al respecto, no sólo se agregó un mayor agravio ciudadano por la descomposición adicional de la vida pública, sino que en lugar del ahorro de recursos anunciado habría habido una pérdida de cerca de 500 mil millones de pesos en términos de un menor crecimiento del PIB. En estos términos, la ‘honestidad valiente’ le salió muy cara al país.

Rodolfo de la Torre Rodolfo de la Torre Actualmente es Director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Ha sido coordinador de la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana, y Director de El Trimestre Económico, del Fondo de Cultura Económica (FCE). Fue parte del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza en México. Es economista por el ITAM, y maestro en Filosofía de la Economía por la Universidad de Oxford.

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